EL MUNDO › ESCANDALOSA SESION EN BRASIL, CON
INSULTOS Y GOLPES, EN TORNO DE LA CORRUPCION

Una Caja de Pandora en el Congreso

Mauricio Marinho, ex titular de Correos, acusó ayer a Luiz Gushiken, secretario de Comunicaciones del gobierno brasileño, de intervenir en las concesiones de los contratos de la empresa estatal, en una sesión parlamentaria muy caliente que incluyó golpes y acusaciones de “terrorismo” y de “fascismo”.

“¡Terrorista! ¡Terrorista!”, coreó la oposición legislativa luego que el ex jefe de Gabinete brasileño José Dirceu reivindicara su pasado guerrillero al retomar su banca en Diputados. Mientras los gritos y los roces se apoderaban de la Cámara baja, el ex ejecutivo de los Correos, y aliado del diputado Roberto Jefferson, Mauricio Marinho denunció al secretario de Comunicación del gobierno, Luiz Gushiken, de intervenir –junto con el Partido de los Trabajadores– en las concesiones de los contratos de la empresa estatal, aunque no presentó pruebas. Y los golpes al PT siguen. La central obrera Forza Sindical llamó a una Asamblea Constituyente al margen del Congreso y el Supremo Tribunal Federal abrió una investigación de corrupción que podría perjudicar a Dirceu.
Al mismo tiempo, el partido gubernamental recibió otro golpe judicial con la suspensión de los derechos políticos de la ex alcaldesa de San Pablo y precandidata del partido para las elecciones de octubre del año próximo, Marta Suplicy, por un período de tres años por mal uso del dinero público. La alcaldía contrató –sin licitar– y le pagó cerca de 835 mil dólares a una ONG, en la que ella es presidenta honorífica, para capacitar profesores de la red pública en orientación sexual. La decisión de la Corte Suprema podría debilitar aún más al PT. El tribunal pidió al Congreso que designe a los miembros de una comisión especial para investigar las relaciones con el juego ilegal de Waldomiro Diniz, ex subjefe de Asuntos Parlamentarios de la Presidencia, que hasta hace dos años trabajaba directamente con Dirceu. Diniz habría extorsionado a la mafia de los bingos y el juego ilegal de Río de Janeiro para financiar la campaña electoral de, al menos, un candidato del PT en las elecciones de 2002. Hasta ayer el PT había podido bloquear los pedidos de la oposición para investigar el caso.
El Partido Liberal (PL), del vicepresidente José Alencar, también sufrió un golpe ayer. Raquel Teixeira, del Partido de la Social Democracia Brasileño (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que había denunciado que le habían ofrecido dinero por cambiarse a un partido de la base aliada del gobierno, aseguró ayer que la propuesta vino del diputado Sandro Mabel, del PL, que inmediatamente salió a negar esta versión. El diputado del PL admitió haber invitado a Teixeira a cambiarse de partido, aunque insistió en que nunca le ofreció plata.
En su comparecencia frente a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) por el caso de corrupción en los Correos, Marinho pidió que la comisión investigue varios contratos que la empresa otorga a particulares para que abran oficinas de representación. El aliado de Jefferson fue despedido luego de que lo filmaran recibiendo un soborno para cerrar un trato que, según aseguró, contaba con el aval de Jefferson, ex directivo de los Correos. Marinho acusó al PT de sobornar a legisladores y a Dirceu de haber “encargado” esa filmación, aunque admitió no tener pruebas. El ex ejecutivo reiteró que cuando citó a Jefferson en el video fue para “darse importancia” ante los dos supuestos empresarios que, según declaró, eran agentes de inteligencia enviados por Dirceu.
La respuesta del presidente del PT, José Genoino, fue la usual: “Lo que estamos presenciando es un vendaval de mentiras y acusaciones que tienen como único objetivo alcanzar al PT” y, por extensión, explicó, al gobierno de Lula. Mientras el PT se defiende, la oposición avanza. Forza Sindical, una importante central obrera opositora, llamó a una Asamblea Constituyente. “Las denuncias, gravísimas, justifican la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, independiente del actual Congreso”, explicó la organización. Esta asamblea buscaría “librarnos de una vez por todas de la plaga de los financiamientos irregulares de campañas electorales, principal motor de la corrupción del Estado”.
El PT ya intentó varias estrategias defensivas: hacer hincapié en la falta de pruebas, insistir en que “los acusados se han convertido en acusadores” y, finalmente, reivindicar su pasado guerrillero. Esta última funcionó y permitió tildar a la oposición de “fascista”. El forcejeo entre los diputados Alberto Goldman, del PSDB, y Alberto Fraga, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño de la base aliada, en la Cámara baja, terminó de cerrar un show que el PT busca desesperadamente dirigir.

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Trabajadores protestan ayer en Brasilia contra la corrupción y la política salarial del gobierno de Lula da Silva.
 
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