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Por Eric Silver*
Desde Jerusalén

Un éxodo tranquilo se está llevando a cabo en Gaza cuatro días antes de que el ejército israelí les dé la orden de marchar a las 1500 familias de colonos de la Franja. Funcionarios informaron que 861 familias habían solicitado hasta ahora la compensación, mientras cientos de otras estaban negociando discretamente. La autoridad de la desconexión entregó llaves a 133 familias en casas nuevas en Nitzan, un suburbio construido para ese fin cerca de Ashkelon. Otras 50 han firmado contratos para unirse a ellos. Incluyen a 100 familias de Nevei Dekalim, el mayor de los asentamientos y uno de los más desafiantes.
A pesar de las demostraciones masivas de apoyo esta semana en Jerusalén y Tel-Aviv, donde una multitud estimada en más de 50.000 personas se concentró ayer para manifestarse contra la desconexión (los organizadores habían esperado reunir a 100.000 personas), la mayoría de las familias en los 21 asentamientos están aceptando el hecho de que se tendrán que ir. Si no firman antes del domingo, arriesgan perder el 30 por ciento de su compensación, lo que promedia un millón de shekels o 112.500 dólares. Los camiones de mudanzas están rodando. En la pequeña comunidad agraria de Pe’at Sadeh, las 25 familias estaban embalando sus cosas ayer, listas para mudarse en bloque a Mavki’im, una antigua cooperativa agrícola del otro lado de la frontera sobre la costa mediterránea. Piensan irse el domingo antes que lleguen los soldados. “Es muy triste, muy duro –dijo Motti Levy–, pero estamos metiendo nuestras cosas en los contenedores. Las nuevas casas están casi listas y llevamos los equipos para poder comenzar a plantar nuestras hierbas y vegetales nuevamente para exportar.”
Al mismo tiempo, el ejército intensificó ayer las restricciones a los israelíes que entran a la Franja de Gaza. De ahora en adelante, los permisos de entrada serán emitidos sólo para los residentes, aquellos involucrados en la evacuación o aquellos que brinden servicios esenciales. Las autoridades admitieron que 2700 extremistas de derecha se habían infiltrado desde Cisjordania para resistir la retirada. Estos eran 700 más que los que se estimaban previamente.
Aunque están usando mucho tacto y esperan poder mantener la violencia al mínimo, las fuerzas de seguridad están desplegando 55.000 soldados y policías en ambos lados de la frontera para vaciar los asentamientos y evitar que los militantes que se oponen a la desconexión lleguen a la Franja de Gaza. Se cree que dejarán otros cuatro asentamientos, que deben ser evacuados en el norte de Cisjordania, para más adelante.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.