EL MUNDO

Los iraquíes votaron un Parlamento sin novedades, será chiíta y kurdo

Fue alta la afluencia de votantes en un día de relativa calma en el país bajo ocupación anglo-americana. La minoría sunnita (de Saddam) no boicoteó los comicios, pero no conseguirá ni puestos ministeriales ni un número significativo de bancas.

Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad


Un gran número de iraquíes fue a las urnas ayer en las elecciones parlamentarias. Una fuerte explosión anunció el comienzo de la elección en Bagdad, pero el nivel de violencia fue bajo. En los distritos sunnitas de la capital, que boicotearon las pasadas elecciones, había una atmósfera tranquila mientras la gente hacía cola en los centros electorales. La mayoría de los 15 millones de iraquíes que pueden votar parecía estar optando por partidos religiosos o étnicos.
En el distrito de Jadriyah, sólidamente chiíta, Saad Abbas dijo que estaba votando por la Alianza Unida Iraquí, una coalición clerical. Como estaba prohibido transitar con autos en las calles, había una plácida atmósfera alrededor de la escuela Mohammed Baqr al Hakim, uno de los centros electorales en Jadriyah. Las simpatías políticas y religiosas en el vecindario son reveladas por el nombre de la escuela, llamada así en honor de un conocido religioso chiíta asesinado por el antiguo régimen.
La jornada transcurrió tranquilamente salvo por esporádicos ataques con granadas y morteros que causaron la muerte de un guardia de seguridad de un colegio electoral y de un civil, mientras que ocho civiles y un soldado estadounidense resultaron heridos. Los votantes se han acostumbrado a mojar sus dedos en la tinta indeleble violeta para evitar que voten dos veces. Talib Ibrahim Hussein, el director de la escuela y a cargo del centro electoral, dijo que esperaba un 90 por ciento de asistencia de los 2600 votantes en su distrito. Sólo ocasionalmente hubo señales de que la elección estaba ocurriendo en la ciudad más peligrosa del mundo. Una pareja le preguntó a Hussein si podían votar en Jadriyah, explicando que recientemente se habían tenido que ir del distrito de Dohra, mayormente sunnita, en el sur de Bagdad por las amenazas de muerte que recibían porque eran chiítas. Hussein estuvo de acuerdo en permitirles votar.
Los electores que no votaban por un partido religioso optaron por Iyad Allawi, el ex primer ministro, que figura en una boleta nacionalista y secular. Se presentó como un líder fuerte no sectario y nacionalista que restaurará la seguridad. Su candidatura está muy favorecida por Estados Unidos y Gran Bretaña con la esperanza de evitar que Irak se divida. “Voté por Allawi porque es un hombre fuerte”, dijo Jawas Othman al Obeidi. “Ayudará a gente como mi tío, que perdió su trabajo porque estaba en el partido baasista.” Umm Ali, ama de casa y chiíta, también expresó su simpatía por Allawi, pero estaba preocupada porque podría traer nuevamente al partido baasista. Dijo: “Espero que distinga entre los saddamistas y los baasistas”. Muchos votantes sunnitas dijeron que su comunidad había cometido un error al no votar en las elecciones de enero. Esto dejó a los chiítas y a los kurdos a cargo total del gobierno. hmed Shaab Ahmed, un comerciante, dijo: “Como sunnitas cometimos un gran error cuando no participamos en esa elección”. Los sunnitas esperan conseguir 55 bancas en el Parlamento de 275 miembros. Pero esto no les dará necesariamente mucha influencia o muchos puestos ministeriales. La mayoría de éstos serán para los chiítas y los kurdos. Pasarán dos o tres semanas antes de que se anuncien los resultados finales y mucho más tiempo, posiblemente marzo, antes de que se forme un gobierno.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Los votantes mojan sus dedos en la tinta indeleble violeta para evitar que voten dos veces.
 
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