EL MUNDO

Los buenos viejos tiempos de la Guerra Fría están en Medio Oriente

Vladimir Putin, presidente de Rusia, movió ayer dos fichas estratégicas contra EE.UU. al aprobar la venta de misiles para las instalaciones atómicas de Irán e invitar a Hamas a Moscú.

Rusia comenzó a mostrar una actitud más agresiva ayer, en clara confrontación con Estados Unidos, al anunciar oficialmente la exportación de misiles rusos a Irán para que defienda sus instalaciones nucleares. Esta movida estratégica de los rusos resulta sumamente irritante para la administración de George W. Bush, que busca la paralización o destrucción de esas instalaciones. Pero ése no es el único dolor de cabeza para Washington, ya que Rusia invitará “próximamente” a responsables del grupo islámico Hamas, ganador de las recientes elecciones palestinas, a Moscú para hablar sobre el futuro del proceso de paz en Medio Oriente. Dicha invitación, que fue aceptada por la formación palestina, genera grandes controversias, ya que tanto Estados Unidos como la Unión Europea (UE) consideran que Hamas es un grupo terrorista.

El anuncio oficial de que Rusia, que pidió que Irán no sea atacado como condición de apoyar el envío de su caso al Consejo de Seguridad, exportará misiles a Teherán para que defienda sus instalaciones nucleares cayó como un balde de agua fría para Estados Unidos, que busca volver esas instalaciones inoperables. “Hemos cerrado un acuerdo sobre la exportación de sistemas de defensa antiaérea a Irán. No hay ninguna razón para no cumplirlo”, dijo en Moscú el director de la autoridad para la cooperación técnico-militar con el exterior, Mijail Dmitriyev. El ministro de Defensa, Sergei Ivanov, anunció a fines de 2005 el suministro de hasta 30 sistemas de defensa antiaérea del tipo Tor-M2 para las instalaciones atómicas iraníes, así como de importantes edificios gubernamentales, frente a ataques aéreos. Dmitriyev no dio fechas del suministro de los misiles, pero medios moscovitas especulaban que los sistemas se instalarán antes de mitad de año.

Pero Rusia dio otra razón de preocupación a los gobiernos norteamericano y europeos. El presidente ruso Vladimir Putin anunció ayer que invitarán a Hamas a Moscú para llevar a cabo conversaciones. El mandatario, cuyo país no considera terrorista a Hamas, subrayó que esta formación llegó al poder tras unas elecciones democráticas y que hay que “respetar la elección del pueblo palestino”. Sobre la consideración que se hace de Hamas como organización terrorista, el mandatario ruso se manifestó “profundamente convencido de que quemar los puentes en la política es lo más sencillo, pero no tiene futuro alguno”. “Partiendo de esta idea, no nos hemos apresurado a calificar de terrorista a ninguna organización, sino que intentamos trabajar con aquellas estructuras que operan en esa zona del mundo”, añadió Putin.

El grupo islámico, por su parte, aceptó gustoso la invitación. “Hamas aplaude la invitación para que nuestros líderes viajen a Moscú, pero no sólo la de Putin sino la de cualquier mandatario extranjero dispuesto a reunirse con nosotros”, manifestó Ismail Haniye, líder de la lista política que el movimiento islámico presentó a las elecciones del 25 de enero. Haniye, cuyo partido se veía hasta ahora aislado por la comunidad internacional, aseguró que “Hamas está abierto al diálogo con cualquier país, con la única excepción de Israel”, estado al que no reconocen.

La noticia tomó a Estados Unidos e Israel por sorpresa. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, pidió a Rusia que “aclare cuáles son sus intenciones” al invitar a Hamas y dijo que Washington espera que Moscú respalde los pedidos internacionales para que el grupo islámico renuncie a la violencia y reconozca el derecho de Israel a existir. Israel, por su parte, que desde la victoria de Hamas en las elecciones había conseguido concertar un frente internacional contra el diálogo con los islamistas, expresó ayer un vivo malestar. Un alto responsable israelí, que pidió el anonimato, dijo que “cuando los chechenos cometen un atentado en Moscú, Rusia considera que se trata de un acto terrorista, pero no es el caso cuando se produce en Jerusalén”, en referencia a las decenas de atentados suicidas cometidos por Hamas.

La invitación de Putin es vista por el gobierno israelí como la primera fisura en el frente internacional para doblegar al movimiento islámico y que éste reconozca el derecho del Estado judío a la existencia. La ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, de visita en Washington, aseguró que tenía una promesa del presidente Bush de no romper filas con la política adoptada por el Cuarteto para Medio Oriente –formado por Estados Unidos, la UE, Rusia y la ONU–, y cuya decisión es la de no dialogar con Hamas en tanto no reconozca a Israel, se aparte de la violencia y acepte los acuerdos firmados. Sin embargo, el presidente ruso negó que su país haya perdido interés en el proceso y reiteró su compromiso político para alcanzar un acuerdo a través del Cuarteto. “Rusia no se ha apartado de su responsabilidad”, subrayó Putin, quien recordó su reciente viaje a la región y dijo que el ministerio ruso de Exteriores mantiene un alto nivel de actividad en el marco del Cuarteto y de manera bilateral para avanzar en el proceso.

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Vladimir Putin dará a Irán hasta 30 sistemas de defensa antiaérea del tipo Tor-M2.
Imagen: AFP
 
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