EL MUNDO

Se armó Venezuela a pesar de las presiones de EE.UU.

Un vocero del gobierno chavista tildó de cínica la interferencia norteamericana para frenar una compra de armamento. Y también defendió su derecho a abrir una fábrica de fusiles Kalashnikov.

Venezuela defendió ayer su programa de compra de armas rusas y tildó de “cínicas” las críticas de Estados Unidos al respecto. La administración de George W. Bush había anunciado esta semana que le iba a pedir a Rusia que reconsidere su venta de material bélico al gobierno de Hugo Chávez. Estados Unidos también había criticado la instalación de una fábrica de fusiles en la ciudad venezolana de Maracay, 80 kilómetros al oeste de Caracas. El gobierno venezolano calificó esa actitud de “intimación a la Federación Rusa” de un “ejercicio de cinismo” del gobierno norteamericano. “El anuncio de Washington es una demostración de la prepotencia con que actúa en su política exterior”, indicó el ministro venezolano de Comunicación e Información, William Lara.

La relaciones entre Venezuela y Rusia se fortalecen día a día, dijo el ministro. “Venezuela y Rusia recién comienzan un trato económico-comercial y de cooperación que se profundizará próximamente con la visita de Chávez a Moscú”, explicó Lara. Rusia le vendió recientemente al gobierno de Chávez diez helicópteros de transporte y ataque y 100.000 fusiles de asalto AK-103. 30.000 de esas armas llegaron al país esta semana y fueron distribuidas a las Fuerzas Armadas. A pesar de las críticas norteamericanas en contra de estas ventas, el presidente venezolano aseguró que las mismas seguirán. Venezuela comprará a Rusia 24 cazas de largo alcance Sukhoi 30, y también ampliará la compra de helicópteros. Chávez señaló que adquirirá los cazas rusos, dada la negativa de Estados Unidos de suministrar los repuestos de los aviones F-16 que compró a Washington en la década de los ’80.

Estados Unidos quiere impedir que Venezuela siga comprando armas. “Washington contactará a las autoridades rusas para pedirles que reconsideren la potencial operación de venta a Venezuela de 24 aviones Sukhoi 30 y otros equipos militares”, indicó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Sean McCormack, en conferencia de prensa. Estados Unidos duda de las intenciones de Caracas puesto que, a juicio de la administración Bush, las adquisiciones venezolanas de armas van más allá las necesidades de defensa del país sudamericano.

Otro de los aspectos que preocupa a Estados Unidos es la instalación de una fábrica de fusiles en Maracay, que estará operativa en unos tres años. “No estoy seguro de para qué necesitan una fábrica de armas. Ya tienen 100.000 de estos rifles. ¿Para qué necesitan producir más?”, preguntó el portavoz estadounidense.

La respuesta no tardó en llegar. “El contrato que firmará Venezuela para la fabricación de fusiles Kalashnikov AK-103 no prevé que el país exporte ese tipo de armas y sólo podría hacerlo con el consentimiento de Rusia”, explicó el presidente de la empresa Izhmash, Vladimir Grodetsky. “Los fusiles se venderán sólo a militares. Las condiciones del contrato prevén que se expida el certificado de usuario final”, aclaró Grodetsky.

La injerencia de Estados Unidos en la venta de armamento de otros países a Venezuela no es cosa nueva. Lara recordó que el gobierno estadounidense ya incurrió en una intromisión al tratar de impedir la compra venezolana de los fusiles y helicópteros rusos y de otros equipos militares a España y Brasil. Estados Unidos intentó impedir la compra de diez aviones y ocho embarcaciones militares que Venezuela hizo a dos empresas españolas. Venezuela desistió, sin embargo, de adquirir aviones tipo “Tucano” a Brasil porque Washington vetó la transacción, ya que las aeronaves tenían tecnología estadounidense.

Estados Unidos dijo que vetó la venta de armas a Venezuela por la supuesta falta de cooperación del país en la lucha antiterrorista. Chávez opinó que esa reacción fue una manifestación imperialista y una prueba de que Washington quiere desarmar a Venezuela para después intentar una invasión del país, que es el quinto exportador mundial de crudo y cuarto abastecedor de Estados Unidos. El miércoles pasado, Chávez mostró su determinación de seguir adelante con el programa de compras al presidir una ceremonia en el Ministerio de Defensa, durante la cual posó ante los fotógrafos con un fusil AK-103 del primer lote de 33.000 fusiles rusos que ya están en manos del ejército venezolano.

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Hugo Chávez apunta un fusil ruso durante una ceremonia en el Ministerio de Defensa.
Imagen: AFP
 

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