EL MUNDO › ABBAS NOMBRO UN GOBIERNO PROVISORIO, PERO HAMAS LO DESCONOCE

Dos gobiernos para una Palestina

El nuevo gobierno tiene apoyo internacional y se habla de levantar el boicot. Pero Haniye dijo que el único gobierno legal es el de Hamas, porque fue elegido por el voto popular.

Palestina terminó de convertirse ayer en una criatura de dos cabezas. Mientras el primer ministro Ismael Haniye, depuesto por el presidente Mahmud Abbas, se negaba a dejar el poder en la Franja de Gaza, en Cisjordania Abbas bendecía a su nuevo premier, que asumirá hoy. Salam Fayyad dirigirá el nuevo gobierno de emergencia, que tendrá la difícil tarea de reunificar los territorios palestinos. “Será un gobierno pequeño, de diez o 12 ministros. La mayoría de ellos serán independientes”, explicó ayer el asesor de Abbas, Nabil Amr. Este nuevo ejecutivo ya cuenta con el apoyo del llamado cuarteto internacional para Medio Oriente –Estados Unidos, Rusia, ONU y Unión Europea– y de la Liga Arabe. Washington incluso adelantó que aceptará levantar el boicot comercial que había impuesto 15 meses atrás, tras la asunción del gobierno dirigido por el movimiento islámico Hamas.

Desde Gaza, Haniye volvió a descartar las versiones que hablan de dos estados palestinos. “Gaza pertenece a todos los palestinos y no sólo a Hamas”, aseguró el premier destituido. “El gobierno es legítimo porque emana del Parlamento elegido democráticamente”, agregó el dirigente de Hamas. Con esta frase, Haniye cuestionó el gobierno transitorio creado por Abbas en Ramalá, al que su organización se niega a reconocer. “La decisión del presidente es un golpe de Estado contra la legitimidad palestina y una violación de nuestra ley”, sentenció el vocero de Hamas, Ismail Redwan.

El portavoz también intentó despejar las dudas sobre la posibilidad de una guerra civil en la Franja. “No tiene nada que temer, nadie los va a dañar”, aseguró. Pero las palabras del dirigente islámico no pudieron desviar la atención del clima de miedo y de confusión que se vive en las calles de la ciudad de Gaza. Según fuentes médicas, ayer habrían continuado las ejecuciones a efectivos de los organismos de seguridad leales al movimiento Fatah, que encabeza el presidente Abbas. El otro lugar caliente en la Franja es el cruce fronterizo de Erez, donde cientos de palestinos chocaron con la milicianos de Hamas cuando intentaban cruzarlo y refugiarse en Egipto.

No sólo civiles intentan cruzar la frontera. En los últimos días se estima que decenas de altos mandos de Fatah habrían logrado salir de la franja a través del cruce de Erez o en embarcaciones con destino a Egipto. Lo mismo están haciendo los trabajadores de organizaciones humanitarias extranjeras, que temen por sus vidas. El éxodo es tal que ayer salieron organizaciones palestinas de derechos humanos y hasta un jefe del brazo armado de Hamas, las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, a pedirles que se queden y ayuden a la población palestina, que hace más de un año que sufre el boicot internacional.

El clima de miedo en Gaza se acentúa por las constantes amenazas de los milicianos de Hamas de agravar el conflicto si las fuerzas de seguridad de Fatah siguen deteniendo a dirigentes de Hamas en Cisjordania. “Si las Brigadas de los Mártires de Al Aksa continúan sus cazas de brujas de miembros del grupo islámico en Cisjordania, la represalia será muy dura”, aseguró ayer un portavoz de Hamas, Sami Abu Zurhi. Según informó, hasta el momento los hombres de Abbas han “secuestrado” al menos a 150 de sus compañeros, en supuesta represalia por la toma de Gaza. “No nos quedaremos de brazos cruzados ante estos crímenes en Cisjordania. Tomaremos todas las medidas necesarias para asegurar el fin de estos crímenes”, prometió el dirigente.

Pero a pesar de las amenazas de Hamas, la organización islámica ha quedado completamente aislada, después de que el cuarteto internacional y la Liga Arabe dieran su apoyo explícito a Abbas y al nuevo gobierno palestino. No importa que ayer algunos testigos hayan denunciado que hombres de Fatah atacaron instituciones de Hamas en Ramalá y Naplusa, las dos principales ciudades de Cisjordania. Ni que trabajadores del Parlamento –con sede en ese territorio– hayan asegurado que agentes de Abbas intentaron secuestrar al vicepresidente del Legislativo, el dirigente islámico Hassan Kreisheh. De todas maneras, el cónsul estadounidense en Jerusalén, Jacob Walles, le aseguró a Abbas ayer que con la asunción del nuevo gobierno se levantará el boicot internacional, que había sido impuesto por considerar a Hamas una organización que no renunciaba a la violencia.

Obviamente el boicot se levanta solamente para Cisjordania. La afluencia de ayuda internacional a esta parte del territorio palestino permitirá mejorar las condiciones de infraestructura, de sanidad y alimentarias de la población, mientras en la Franja de Gaza estos problemas se acentuarán debido al aislamiento y la emigración de las organizaciones humanitarias.

Israel, declarado enemigo del movimiento islamista, decidió por el momento mantener abierto uno de los cruces para permitir el ingreso de alimentos y ayuda humanitaria, aunque mantiene todas las otras salidas selladas.

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Mahmud Abbas, en una reunión en Ramalá, negocia el gobierno con representantes de la OLP.
Imagen: AFP
 
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