En unas bolsas negras y tras 84 días de su asesinato regresaron a Cali los diputados secuestrados por la guerrilla de las FARC en 2002. Durante los cuatro años de su cautiverio, las familias rogaban por que llegaran vivos y libres. Y ayer los recibieron de manos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que recuperó sus restos mortales en el departamento de Nariño (Sur), en una jornada que comenzó desde el lunes pasado, cuando salieron en la madrugada seis de sus miembros y el ex ministro Alvaro Leyva. “Recibimos las coordenadas de las FARC, fuimos al sitio y pudimos recuperar los cuerpos”, explicó a Página/12 Yves Heller, portavoz del CICR.

Las esposas y los hijos de los ex diputados se amontonaron en la puerta del Instituto de Medicina Legal en Cali, a las tres de la tarde de ayer, para esperar los vehículos que transportaban los que serían los cuerpos sin vida de sus seres queridos. Los rostros eran mezcla de tristeza y tranquilidad. Las manos apretadas, los pasos rápidos y los movimientos constantes mostraban esa ansiedad y desesperación que estaba a punto de terminar, y que empezó en abril de 2002, cuando la guerrilla secuestró a 12 diputados de la asamblea del departamento del Valle del Cauca. En junio de este año, el grupo armado anunció que once de ellos habían muerto en medio de fuego cruzado y durante un ataque al campamento militar donde los tenían retenidos. Desde entonces empezaron a sumar días en el calendario para la devolución de los cuerpos.

Durante la misión del CICR la semana pasada, el gobierno colombiano dio la orden de militarizar nuevamente la zona del sur del país donde los delegados buscaban los cuerpos. El argumento, según el presidente Alvaro Uribe, era que el grupo guerrillero dilataba la entrega para aprovechar el tiempo en sus actividades armadas. El miércoles, cuando fue hallado el primer cadáver, el gobierno amplió el plazo hasta ayer. El viernes se conoció que otros cinco cuerpos habían sido encontrados. Y el sábado la Cruz Roja anunció que ya tenían en su poder los once cuerpos.

Los delegados caminaron durante tres días por las selvas del sur de Colombia para buscar las coordenadas entregadas por las FARC. Después tuvieron que cavar varias fosas y desenterrar los cuerpos de los ex diputados. Yves Heller le explicó a Página/12 que “fue un proceso bastante difícil para nuestros equipos en el terreno, pues tuvieron que trabajar en circunstancias de clima y de terreno muy difíciles, y para los familiares es una espera bastante dura”.

Ayer los cadáveres fueron transportados en un helicóptero de la CICR hasta Popayán, al sur de Cali, donde debió abastecerse de combustible. A las tres de la tarde la aeronave llegó a la base aérea de Cali. Luego los cuerpos se transportaron hasta Medicina Legal en los carros de la CICR. Allí fueron recibidos por una comisión internacional forense que establecerá la identidad de cada cuerpo y la causa de muerte. “Lo que sigue es que la comisión internacional los identifique para poder entregarlos finalmente a sus familias”, dijo Heller a este diario.

Se supone que los cuerpos corresponden a Héctor Fabio Arizmendi, Alberto Quintero, Edinson Pérez, Rufino Varela, Jairo Hoyos, Ramiro Echeverri, Juan Carlos Narváez, Carlos Alberto Charry, Carlos Alberto Barragán, Francisco Javier Giraldo y Nacianceno Orozco. Pero habrá que esperar entre dos y tres días por cada uno para que se realice la necropsia y se identifiquen. No se sabe quién será el primero ni el último en entregar; por eso, dijo a los medios la vocera de las familias, Fabiola Perdomo, “la pena es larga”.