EL MUNDO › EL CANDIDATO DEL PT REFUERZA SU PRIMER PUESTO EN BRASIL

Cuando Lula dice “todos me quieren”

Se reunió con la embajadora de EE.UU. y obtuvo el apoyo del ex presidente José Sarney. Serra sube y Ciro Gomes baja.

Lula es el más querido. Y por todos. Ayer, el candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) anduvo a los besos con la embajadora norteamericana Donna Hrinak. Un poco antes, había recibido el apoyo del ex presidente José Sarney, quien prefirió separarse del respaldo que su Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) le otorga al candidato oficialista José Serra. Y a la mañana el diario Correio Braziliense le traía otra evidencia de su popularidad: una encuesta de Vox Populi señala que sigue cómodo en las intenciones de voto, situadas en un 35 por ciento, un punto más que el anterior sondeo del mismo instituto. La gran sorpresa de la encuesta es que muestra, además, que el patito feo de esta elección también puede sentirse un poquito querido. Serra trepa al 15 por ciento y la sensación de la campaña, Ciro Gomes, desciende de 32 al 25 por ciento. O sea, que no se sabe quién disputará el ballottage con Lula. Cualquiera que lo haga, según el mismo sondeo, perderá. La misma tendencia mostró ayer otro sondeo de Ibope: Serra pasa del 11 al 17 por ciento y Gomes del 26 al 21.
Según el sondeo de Vox Populi, en el ballottage Luiz Inácio da Silva obtendría el 47 por ciento de los votos si su adversario fuera Ciro Gomes (39 por ciento), y un 48 por ciento si fuera Serra (35 por ciento). Otro hecho significativo es que la tasa de rechazo de Lula, situada en un 24 por ciento, se ubica muy por debajo de los niveles del 50 por ciento que registraba en elecciones anteriores. Como si todo esto fuera poco, una encuesta realizada sólo en el estado de Sao Paulo confirma los sondeos a nivel nacional, ya que Lula se mantiene a la cabeza con el 31 por ciento, Serra pasa del 16 al 19 por ciento y Gomes cae del 27 al 23 por ciento.
Y eso que Lula no hace todos los deberes a los ojos de Washington. En un desayuno con los embajadores del Mercosur (Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile), el candidato del PT propuso fortalecer las instituciones del mercado común para caminar hacia un modelo tipo Unión Europea (con banco central y moneda común) y, sobre todo, para negociar en otros términos su adhesión al ALCA. “Hay que negociar, pero hay que saber negociar en bloque para defender los intereses de los países del Mercosur frente a la superioridad estadounidense”, declaró. Cierto es que, anteriormente, Lula no quería hablar ni de negociar. Anteayer por la noche, en un mitin cercano a Brasilia, Lula había dicho que en las negociaciones actuales por el ALCA “no hay una política de integración, sino una política de anexión”. Ayer, ante los embajadores, Lula también propuso la creación de un programa de “soberanía alimentaria” del Mercosur, para eliminar el hambre en los países socios del bloque.
El líder del PT recibió ayer el apoyo, ya previsto, de José Sarney, confirmando que el PMDB no puede mantener unida a su variopinta tropa. El partido aportó a Serra su candidata a vice, Rita Camata, pero además de Sarney, ya el también ex presidente Itamar Franco había manifestado su apoyo a Lula. “Hoy es otra persona. Está más maduro políticamente y aprendió a negociar. Tiene una fuerza política muy grande. Al contrario de lo que afirman, Lula es un factor de estabilidad”, explicó. Los Sarney parecen tener ya una tradición de renuncia al oficialismo. La hija de Sarney, Roseana, retiró su candidatura (que parecía la más segura de ganar en las encuestas) por el Partido del Frente Liberal (PFL) luego de que se iniciara una investigación contra su marido. Las denuncias de Roseana contra una supuesta operación del gobierno hizo que el PFL abandonara el gobierno y la alianza electoral oficialista y renunciara a presentar candidato. Así, Serra está al frente de una coalición maltrecha.
Pero no está muerto quien pelea, y quien para pelear tiene las mejores armas. Serra tiene más tiempo en televisión que el resto de los candidatos (la publicidad gratuita va en relación a la cantidad de legisladores de cada partido) y lo está usando exclusivamente a atacar a Ciro Gomes, el que se interpuso entre Lula y él hace un mes y medio. Gomes había dicho, por ejemplo, que había estudiado en escuelas públicas y Serra mostródocumentos que prueban que estudió parte del bachillerato en dos colegios religiosos privados. También le sacó que había llamado “burro” a alguien que había hablado del presidente de Suiza, ya que, según Gomes, Suiza no tiene presidente cuando en realidad sí lo tiene. La campaña de Serra está tan sesgada en ese sentido que el Tribunal Electoral ha obligado a Serra a descontar en los programas futuros el tiempo dedicado a atacar al candidato del Frente Laborista.
Como Serra, Lula también obedece al rosario de las campañas. Si el tercero debe atacar al segundo, el primero debe hacer la plancha. Así, el candidato del PT está haciendo una campaña serena, sin ataques a nadie, intentando presentarse como estadista. Ahora ha llamado a la calma al Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), recordándoles que si él llega a la presidencia se van a acabar las ocupaciones y la violencia para conseguir las tierras porque se realizará “una reforma agraria”.

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Besos van, besos vienen: Lula y Donna Hrinak.
 
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