EL MUNDO › TRAS LA GESTION DE CHAVEZ, ROJAS Y PERDOMO FUERON LIBERADAS AYER

Las FARC soltaron a los rehenes

En una jornada dramática que empezó en la selva colombiana y terminó en Caracas, llegó el ansiado reencuentro entre las ahora ex rehenes de las FARC y sus familiares. Rojas y Perdomo le agradecieron a Chávez, pero no lo nombraron a Uribe. Las FARC entregaron pruebas de vida de otros rehenes. Uribe habló con tono marcial.

 Por Katalina Vásquez Guzmán

Después de seis años de espera, no quedaban lágrimas para recibir a Clara Rojas y Consuelo González, rehenes de la guerrilla de las FARC dejadas en libertad ayer. En la selva colombiana verde y húmeda de San José del Guaviare, Colombia, fueron entregadas a la Cruz Roja Internacional, que llegó al sitio de la mano del gobierno venezolano al que la guerrilla le entregó las coordenadas y, claro, la confianza para la liberación.

En la mañana de ayer, el drama de aquel secuestro empezó su fin. Dos helicópteros, donde viajaban personal de la Cruz Roja, el ministro venezolano Ramón Rodríguez Chacín y la senadora colombiana Piedad Córdoba, fueron el vehículo a la libertad para Rojas y González. A las dos mujeres, las FARC les arrebató la libertad en las polvorientas y estrechas carreteras del interior colombiano. Y en Venezuela la encontraron nuevamente. Después de pasar por Santo Domingo de Táchira llegaron a Caracas y anoche descansaron con sus familiares en el Hotel Meliá, donde madres, hijas, yernos y nietos esperaban los jubilosos momentos de ayer desde hace casi dos meses.

La historia es de novela. Después de que Hugo Chávez fuera aceptado como mediador para un intercambio de prisioneros entre la guerrilla y el gobierno de Colombia, y de que esas gestiones se suspendieron por decisión del presidente Alvaro Uribe, las FARC anunciaron que desagraviarán al venezolano con la entrega de Consuelo, Clara y su hijo Emmanuel, quien nació en cautiverio el 16 de abril de 2004. Pero, nuevamente, el proceso fracasó. Las FARC decidieron suspender la entrega, y así llegó a su fin el llamado Operativo Emmanuel. Comisionados de Venezuela, Argentina, Francia y Cuba tuvieron que regresar a sus países con la amargura de no ver al anunciado grupo en libertad antes del fin de año. Uribe remató informado que el pequeño no estaría en poder de la guerrilla sino en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar desde hacía varios meses. Resultó cierto. Por eso, ayer, los abrazos fueron entre Clara y Consuelo y sus familiares.

Todo comenzó muy temprano. El miércoles, el canciller venezolano pidió autorización a Colombia para iniciar el operativo, sencillo y no anunciado de ayer. Se ordenó suspender las actividades militares en el departamento de San José del Guaviare de las 6 a las 18 de ayer. A las 8 de la mañana partieron los helicópteros de la Cruz Roja a la selva. Allí fueron vistas, por primera vez después de las pruebas de supervivencia y en libertad, las dos mujeres. Clara, delgada con el pelo corto, y Consuelo, ahora de cabellos canosos, se abrazaban con Rodríguez Chacín, con Piedad Córdoba en medio del llanto, y con los delegados de la Cruz Roja, entre quienes había una mujer con remera del Che Guevara que los guerrilleros miraban con asombro. A ellos, sus captores, las señoras les estrecharon la mano al despedirse. Había hombres y mujeres, pero no muchos. Una decena se lograban ver al frente, pero una columna móvil de la guerrilla los esperaba tras los árboles para regresar al interior de la selva antes de que el ejército colombiano iniciara operaciones otra vez. Los guerrilleros entregaron a Rojas y Perdomo pruebas de vida de otros ocho rehenes, incluyendo las del ex gobernador Alan Jara. Morochos y flacos, aporreados por el sol, los guerrilleros se despidieron de las rehenes con una frase propia del país: “Hasta lueguito, que les vaya bien”.

Los helicópteros alzaron vuelo. Eran las 12 del mediodía y el mundo tenía los ojos sobre ellos. La prensa nacional e internacional transmitía la noticia. En varios aeropuertos venezolanos había periodistas apostados esperando la llegada. En el Hotel Meliá, micrófonos y cámaras rodeaban las habitaciones de los familiares. La madre de Clara, temblorosa, había dicho al conocer la noticia: “Este ha sido el milagro más grande que mi Dios me ha podido dar”. “Por fin”, decía Patricia Perdomo, hija de Consuelo González.

Pasaron dos horas y quince minutos hasta que los helicópteros llegaron a Santo Domingo de Táchira, en Venezuela. Fuerzas militares y periodistas estaban vigilantes del cielo. Nadie sabía, entonces, que antes de abordar las aeronaves, las señoras habían pedido a Chávez continuar con la mediación. Ante los guerrilleros y todavía en la selva, Clara Rojas le dijo por radio al presidente venezolano que le agradecía: “Ay, presidente, mil y mil gracias por el acompañamiento que nos ha dado. Estamos volviendo a nacer. Le paso a Consuelo”. “Gracias por toda su gestión humanitaria. Por favor, no puede bajar la guardia. Los que quedaron (secuestrados) le mandan ese mensaje”, dijo Consuelo González.

Ya en Venezuela, las señoras descendieron del helicóptero y, abrazadas por Rodríguez Chacín, subieron a un jet del gobierno venezolano. Las ropas y los rostros eran distintos. Durante el vuelo, también se maquillaron para el abrazo de libertad con sus familias al llegar a Caracas. A las cuatro de la tarde, doña Clara de Rojas pudo encontrarse, después de cinco años, con su hija Clara Leticia. Patricia y María Perdomo abrazaron a su madre justo el día en que se cumplían seis años y cuatro meses de secuestro. “Nos reconforta la noticia de las pruebas y nos da más energías para ponerle a esta lucha, al Gobierno argentino en especial”, dijo Alvaro Gechel, hijo del congresista, Jorge Eduardo, de quien las FARC entregó una prueba de vida.

Por la noche, Uribe dio un discurso en tono marcial, nombrando una lista de rehenes que permanece en cautiverio. Agradeció a Chávez y a Cuba por la liberación de los rehenes. Dijo que llamó al hotel de Caracas, habló con Rojas y Perdomo y les dijo que se alegraba de que estuvieran bien. Las ex rehenes no habían nombrado al presidente colombiano a la hora de los agradecimientos.

Compartir: 

Twitter

Clara Rojas habla por teléfono con el presidente Chávez tras ser liberada por las FARC junto a Consuelo González.
Imagen: AFP
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.