EL MUNDO › EL COSTO ECONóMICO DE LA DICTADURA HONDUREñA

Echar a un presidente no es gratis

 Por Arturo Cano *

Desde Tegucigalpa

Un estudio le ha puesto números al golpe de Estado hondureño: 15 mil millones de lempiras (unos 790 millones de dólares), que equivalen a 6 por ciento del producto bruto interno de ese país.

La cifra es resultado de la suma de, entre otras cosas, las pérdidas provocadas por los toques de queda, los bloqueos de carreteras, los cierres de fronteras y aeropuertos, los retenes, la suspensión de recursos financieros de los organismos multilaterales y de países en particular. A los anteriores se suman la disminución del turismo y la producción agrícola, la menor inversión extranjera, la ausencia de créditos, la falta de apoyos a las pequeñas y medianas empresas, la cancelación de proyectos sociales. El estudio fue realizado por el Grupo Sociedad Civil (GSC), que reúne a grupos y organizaciones de 12 sectores sociales, que van de sindicatos a agrupaciones empresariales, pasando por ONG.

Según el GSC, el costo de los bloqueos de carreteras es de 700 millones de lempiras y el de los toques de queda es de 3 mil millones de lempiras.

La inversión extranjera y el turismo se han reducido para toda Centroamérica, según afirma el secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Juan Daniel Alemán.

A eso se suma la reducción (estimada en más de diez por ciento) de las remesas familiares que envían los millones de migrantes centroamericanos que viven en Estados Unidos. Sólo el cierre de fronteras tras el golpe de Estado ha causado pérdidas diarias por unos cinco millones de dólares. Y la Unión Europea ha detenido su acuerdo de asociación comercial con Centroamérica para presionar al gobierno de facto. La peor parte la llevan, claro, los pobres de Honduras.

El GSC estima, tras revisar el programa monetario del gobierno, que el crecimiento de la economía hondureña, calculado en 4 por ciento para el año que corre, será negativo (menos 2 por ciento). El recorte de los recursos de la cooperación internacional, dice el análisis del GSC, tendrá un “alto impacto” en la vida de muchos ciudadanos hondureños, debido a que el financiamiento externo representa 16,4 por ciento del presupuesto de la administración central para este 2009. El golpe es mayor si se mide de otro modo: la ayuda externa representa 56 por ciento de los fondos para la inversión pública social del Estado.

Además de los recortes internacionales, el gobierno de facto enfrenta una pobre recaudación fiscal y un pésimo ejercicio presupuestario que, sin embargo, deja ver las prioridades del régimen. Al 28 de septiembre, según cifras del Ministerio de Finanzas, la Policía Nacional y el ejército habían ejecutado más del 80 por ciento de su presupuesto anual. En cambio, en educación y en otras áreas relacionadas con gasto social, la ejecución era inferior a 40 por ciento.

* De La Jornada de México. Especial para Página12.

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