EL MUNDO › HABLA AKRAM AL HAKIM, ISLAMISTA IRAQUI EXILIADO

“No queremos una teocracia”

Por Pablo K. de Sandoval *

Akram al Hakim (nacido en Kerbala, en 1949), miembro fundador del Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí, niega rotundamente la posibilidad de que el integrismo religioso se apodere de Irak tras la guerra. “El jefe del Estado no será un líder religioso, como en Irán”, afirma. Al Hakim responde así a la inquietud expresada por EE.UU. ante el posible ascenso del islamismo y la mayoría chiíta en Irak, a la que representan su partido, junto con el Congreso Nacional Iraquí, de Ahmed Chalabi, y el partido Al Dawa. Al Hakim vive exiliado en Londres.
–¿Se parecerá el futuro Irak al régimen islamista de Irán, como teme EE.UU.?
–Por lo que yo sé, ni siquiera los grupos islámicos plantean ahora mismo que haya un gobierno en manos de los clérigos. Estas acusaciones reflejan dos problemas que tienen los norteamericanos. Primero, que Irán es para ellos un nudo en la garganta desde hace 20 años. Los norteamericanos creen que porque haya una doctrina chiíta en Irán y otra en Irak, esto puede desembocar en una corriente contra ellos. Pero lo que no saben los americanos es que hay muchas diferencias entre los chiítas de uno y otro sitio. En segundo lugar, a cualquiera que se oponga a ellos lo acusan de ser proiraní. Ante cualquier problema que surge en Irak, los norteamericanos lo achacan a una intervención iraní. En Irak la situación tiene que ser diferente. Ni la oposición ni el pueblo admiten un modelo iraní en el que en la cabeza del Estado haya un líder religioso que tiene concentrado todo el poder. Esto no se plantea en el escenario iraquí.
–Entonces, ¿qué papel tendrá la religión en Irak?
–No hay nadie que quiera un gobierno teocrático, pero sí uno que respete la religión, que permita los cultos y los ritos y que respete la doctrina islámica en cuanto al libertinaje, la obscenidad y ese tipo de cosas.
–¿Qué opina de la reivindicación territorial de los kurdos?
–Los kurdos, al tener un problema muy arraigado, saben concretamente lo que quieren. En los medios no plantean claramente su deseo de un Estado independiente porque saben que sería negativo. Pero no cabe duda de que ellos trabajan por un Kurdistán independiente y autónomo hasta que llegue el momento propicio para declarar un Estado. Ahora tienen un problema muy grave con EE.UU., que quiere un sistema centralizado sin dar cabida a ninguna autonomía.
–¿Por qué han faltado los representantes chiítas a reuniones organizadas por EE.UU. en Irak?
–Hay tres razones. Estos grupos opinan que los que tienen que convocar las reuniones son los iraquíes y que los americanos deben ser los observadores, y no al revés. En segundo lugar, hubo ya muchas reuniones que llegaron a conclusiones importantes, pero EE.UU. plantea las reuniones desde cero, sin contar con estos planteamientos previos. Por último, la representación era muy pequeña, mientras que se planteaban objetivos muy grandes. Por eso han fracasado.
–¿Quién controlará el petróleo?
–Todo el mundo está de acuerdo en que esté controlado por el gobierno iraquí, que se venda en condiciones de mercado y que sus beneficios reviertan en la población. Los norteamericanos juegan con dos opciones: privatizar la industria o dejarlo sin zanjar, crear un estado de confusión. La mayor parte de los opositores a Saddam está contra la privatización.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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