Dilma Rousseff nombró como nuevo canciller a su representante en Estados Unidos, Mauro Vieira, que previamente fue embajador en la Argentina. La designación de Vieira como canciller, y su reemplazo en Washington por el actual ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, fue considerado por los medios y analistas como un intento de recomponer relaciones con Estados Unidos, deterioradas tras el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) a Rousseff y Petrobras, denunciado por el ex agente Edward Snowden. La primera misión de Vieira podrá ser la de preparar el terreno para concretar este año la visita de Estado de Rousseff a Washington, que fue aplazada sin fecha en octubre de 2013 a causa de las revelaciones sobre espionaje. El propio presidente Barack Obama expresó el deseo de recibir a la mandataria brasileña en una llamada telefónica realizada en octubre, luego de que se confirmara su reelección, y envió a Brasilia al vicepresidente Joe Biden para representarlo ayer en el acto de investidura. Vieira fue también jefe de Gabinete y subsecretario general de la Cancillería brasileña en su período como embajador en Buenos Aires, donde trabó una gran relación con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.