EL MUNDO

Otras voces sobre el nuevo Papa

LUIS FARINELLO *.
“Ganó el miedo”

“Mi primera reacción cuando se anunció al nuevo Papa fue de asombro y de tristeza. Esperaba un conservador, pero al menos uno que tuviera capacidad de diálogo. Hubiera querido un Papa con perfil distinto, no tan cerrado a lo dogmático, sino volcado a las angustias del hombre del hoy. Pero soy sacerdote y acepto todo: el Vaticano, el Opus Dei...
Ratzinger es un hombre muy inteligente, sabe la crisis que vive la Iglesia y va a buscar el equilibrio. No obstante, creo que con su elección ganó el miedo. Frente al proceso de secularización mundial, algunos tienen miedo, se encierran y condenan a los demás cuando lo que habría que hacer es derribar las puertas de la Iglesia y evangelizar. Quisiera que el nuevo Papa camine las calles de Bagdad, que vea cómo los misiles caen a su alrededor y no que sólo escriba documentos formidables. Un Papa sobre el que la gente diga ‘¡La pucha, mirá al Papa!’.
Toda la historia de Ratzinger indica que va a ser un Papa de puertas adentro. Es un hombre que no entendió a Leonardo Boff (exponente de la Teología de la Liberación) ni a la historia del pobre. Es parte de una Iglesia que se siente guardiana de la verdad, cuando la verdad está también en otros lugares. Su elección puso mal a muchos pero no se va a llegar a una ruptura. Para mucha gente fue un golpe, sobre todo para quienes siempre trabajaron al lado de los pobres; se van a sentir sospechados y no hay por qué sospechar de los que tenemos una teología distinta.”

* Sacerdote.



LEONARDO BELDERRAIN *.
“Buenas expectativas”

“Tengo buenas expectativas. Es lo más perfecto que pudo salir de ese cuerpo de cardenales formado por Juan Pablo II y de la actualidad de la Iglesia Católica. Eso sí, tiene una postura vehemente, lo cual hace que, tal vez, recién en el próximo cónclave se trate, por ejemplo, la participación de la mujer. Me pone muy feliz que el grupo de cardenales haya elegido rápido al nuevo Papa, eso quiere decir que va a gozar de mucho consenso dentro de los cuerpos cardenalicios. Me pone bien que sea un hombre culto; nadie puede dudar de su agudeza doctrinal y de que va a tener un diálogo abierto con los intelectuales que, en la Iglesia, a veces, están ausentes. Es importante que no sea italiano; Alemania es un pueblo sufrido que tuvo pensadores de gran talla, como Lutero.
Ratzinger, en los años 70 fue aperturista, aunque después cambió un poco. Pero creo que, al igual que (Néstor) Kirchner llegó al poder de la mano de (Eduardo) Duhalde y después se soltó, es posible que el nuevo Papa retome alguna de sus lealtades. Hay mucha gente que cuando tiene el poder vuelve a sus lealtades. Tengo mucha esperanza de que eso suceda, de que se sienta cerca, otra vez, de los teólogos de la renovación. Es teólogo y los teólogos siempre quieren un poco de poder para ejecutar lo que siempre han deseado. Si no, vendrá más temprano que tarde el papa que queremos.”

* Sacerdote, teólogo y profesor de Bioética en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.




EDUARDO DE LA SERNA *.
“Nunca vio a un pobre”

“Creo que se buscó un Papa de transición y no que la Iglesia se renueve como debería hacerlo tal cual lo manda el Concilio Vaticano II: mostrar el rostro siempre joven de Jesús a la humanidad. Esto no se cumplió, no sólo porque el nuevo Papa es viejo, sino porque no es renovador. La asunción de Ratzinger es una mala noticia para América latina, porque creo que nunca vio a un pobre. Siempre fue un profesor; no creo que tenga conciencia de la realidad del Tercer Mundo. Su pontificado no va a ser más de lo mismo, sino peor. Juan Pablo II era conservador pero tenía gestos progresistas: visitó una favela, una sinagoga, el Muro de los Lamentos. No se puede esperar eso de Ratzinger porque no es pastor, nunca fue un cura que tuvo que atender la vida cotidiana de la gente.
Hubiera sido ideal perder los miedos y elegir alguien que deje de escandalizarse de aquello que se propone cuando se habla del hambre, la injusticia, la guerra; no lo veo a Ratzinger pidiéndole a (George W.) Bush que se convierta. No vislumbro cambios porque hay cosas que con Ratzinger se volvieron intolerables: lo relativo a los preservativos, el divorcio. Incluso, él mismo prohibió algunos temas, por ejemplo el sacerdocio de la mujer. Con su asunción, los que siempre propusimos cambios entramos en una etapa de resistencia. Es más, habrá más voces de disidencia, de tal modo que va a terminar explotando algo en la Iglesia para que se renueve.”

* Doctor en Teología.

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