EL MUNDO › SUS PROGRAMAS SOCIALES Y SU OLFATO POLITICO SON SUS MAYORES VIRTUDES

La asombrosa carrera del líder del PT

 Por Andrew Buncombe *
Desde San Bernardo do Campo

El carismático líder de Brasil, el presidente Lula da Silva, está al borde de cimentar un notable regreso político y de asegurarse un segundo período, sólo un año después de que una serie de escándalos amenazaran con terminar con su carrera. Mientras la cuarta mayor democracia del mundo se prepara para votar mañana, las encuestas sugieren que el hombre conocido universalmente como Lula está a un tris de ganar la mayoría y de evitar la segunda vuelta. Las encuestas más recientes lo ponen a Lula a 49 puntos y a su rival más cercano, Geraldo Alckmin, del Partido Social Demócrata brasileño, a 33 y a Helena Heloise, que encabeza el Partido de Solidaridad y Libertad y representa una inusual mezcla de conservadorismo social e ideología de izquierda, a 6.

Si logra esta victoria –ayudado por el slogan y una canción de campaña totalmente adictiva que proclama “Lula una vez más con la fuerza del pueblo”– representará una asombrosa recuperación en un político de 60 años. En el verano del año pasado, parecía que la carrera política de Lula, que comenzó organizando huelgas para mejorar la vida de los metalúrgicos, había sido dañada por una serie de escándalos de corrupción que involucraban a importantes miembros del PT. Aun ahora, un 25 por ciento de los 584 miembros del Congreso de Brasil está siendo investigado.

El resurgimiento de Lula está basado en una serie de factores, pero ninguno es más importante que el de cimentar el apoyo de los pobres con varios programas sociales –el más importante de ellos, la Bolsa Familia, les da dinero a las familias pobres para mantener a sus hijos en las escuelas–. Mientras los críticos dicen que no ha hecho nada para resolver las causas de la pobreza, nadie duda de que ayudó a aliviar las condiciones en una inmensa sociedad desigual donde quizás más de 50 millones de personas sobreviven con menos de 1,50 dólar por día.

José Pereira Placido, un limpiador de calles que trabajaba afuera del Teatro Municipal de San Pablo la tarde de la manifestación de Lula, es un ejemplo del más amplio efecto de esta política. Placido, de 28 años, originario del empobrecido estado de Paraiba al Noreste, dijo que ganaba 190 dólares por mes y luchaba con su mujer y cuatro hijos en una favela, en el centro de San Pablo. Gracias al programa de Lula, su ingreso mensual había aumentado 24 dólares y Placido no tenía duda alguna sobre quién recibiría su voto. “Creo que Lula es el presidente que ha hecho lo que ningún otro hizo antes: ayudó a los pobres”, dijo. “Lula rebajó el precio de los alimentos.”

Pero Lula tiene críticos, incluyendo a gente que tenía muchas esperanzas en el 2002, cuando logró una aplastante victoria para convertirse en el primer líder de izquierda de Brasil en más de 40 años. Muchos ambientalistas, por ejemplo, dicen que no cumplió las promesas que hizo. Mientras que en los dos últimos años del período de Lula hubo una reducción en la cantidad de deforestación en el Amazonas, en 2005 más de 9000 km de selva fueron talados para hacer lugar al ganado, a la soja y a la producción mineral.

Greenpeace, que hizo de Lula el segundo premiado con la “Motosierra de Oro”, dice que la ecología podría sufrir más en su segundo período en la medida en que busque aumentar el crecimiento económico –en gran parte a través de la expansión agrícola–. La representante de Greenpeace en Amazonas, Paula Adario, dice: “Quizá no estuvo originalmente preocupado con la ecología, pero la verdad es que no es un tipo verde sino un tipo social y su principal mandato es crear empleos para la gente que lo está apoyando”. Por cierto Lula ha hecho eso –aunque los 3,8 millones de nuevos empleos que ayudó a crear no llegan a cumplir con la demanda y el desempleo todavía está en más del 10 por ciento–.

Pero de igual importancia –porque ha negado a sus opositores de la derecha un forma fácil de ataque– Lula ha logrado una estabilidad económica que muchos de sus críticos de 2002 dudaban que pudiera conseguir. Mientras el Producto Bruto Interno per cápita creció anualmente en un modesto 1,4 por ciento en los últimos cuatro años, la inflación está en alrededor del 3,2 por ciento. Se considera que Lula ha sido un presidente fiscalmente precavido y hasta pagó antes de tiempo un préstamo que sus predecesores habían pedido al FMI.

Arthur Itaussu, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontífica Católica en Río de Janeiro, dijo que había dos factores clave detrás de la supervivencia y el resurgimiento de Lula. Ha sido muy efectivo en poner distancia entre él y los escándalos y ha gastado dinero para ayudar a sus partidarios naturales. “Es un político muy inteligente”, añadió.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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