EL PAíS › EL ESPACIO CARTA ABIERTA REALIZó UNA JORNADA DE DEBATE SOBRE LA NUEVA DERECHA

“Estamos ante un riesgo extremo”

En una sala colmada de la Biblioteca Nacional, intelectuales y economistas analizaron la conformación de un nuevo conglomerado conservador a partir del conflicto agrario. Examinaron su ideología, sus lenguajes y su expresión en los medios.

“El clientelismo no es necesariamente algo que obnubila a las conciencias, que oscurece a las personas. Es algo que hace de la política un enganche con instituciones viejas de la política. Pero las personas no por eso pierden su libertad, la libertad pueden perderla los transparentistas arriba de los tractores”, disparó el sociólogo Horacio González ante el público que desbordó la sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional. Fue el inicio de las jornadas de discusión organizadas por los intelectuales y personas del ámbito cultural que integran el espacio Carta Abierta. El encuentro inicial, ayer, estuvo dedicado a “La nueva derecha y la acumulación”. Junto a González discutieron, en la primera mesa, el sociólogo Eduardo Grüner, la socióloga María Pía López y el filósofo Ricardo Forster.

La mención de González al clientelismo se dio en un tramo de la charla en el que abordó la muerte del joven tucumano en Plaza de Mayo, horas antes del acto oficialista de la semana pasada. “Esta nueva derecha no tiene entera conciencia de lo que está haciendo. Pero la idea de que tendría que haber otro pueblo que aplauda a una Presidenta que entonces se habría ahorrado el gasto de llenar la plaza pública, obedece a dos ideas de país, a la confrontación de dos estilos, de dos lenguajes. La nueva derecha ocurre en el lenguaje, en la retórica de la televisión de la pantalla partida, de las islas de edición. Tenemos que preguntarnos qué parte del muchachito de Tucumán tenemos todos”, dijo el director de la Biblioteca. Luego agregó: “Duele decirlo, pero el personal del campo y la Federación Agraria son la nueva derecha. Y la televisión, sin saberlo, es capitalismo comunicacional bajo la forma de un supuesto progresismo”.

Forster coincidió en poner el eje en el lenguaje. “La nueva derecha tiene muchas formas de la vieja derecha, pero tenemos que reconocer que nuestros lenguajes se habían gastado a la hora de poder decirle algo, nos había ganado la batalla. En los ‘90 estábamos silenciados, dábamos una batalla testimonial. Discutir a la nueva derecha es en realidad discutirnos a nosotros mismos, nuestra urgencia es recuperar este tiempo.” A criterio del filósofo y docente de la UBA, “estamos ante una situación inédita de extremo riesgo, de perder lo que se ha ido ganando. Por eso vale este pequeño entusiasmo que sentimos, algo distinto está aconteciendo en esta sociedad tan anómala que es la argentina. Volvemos a la política, vamos a discutirle a la derecha la cuestión social, la cuestión del hambre, del racismo, la violencia y la explotación, todo lo esencial respecto de la democracia”.

En otro momento, González ensayó una exégesis de los dichos de la presidenta Cristina Kirchner cuando mencionó una frase del El 18 Brumario de Luis Bonaparte, de Karl Marx. “Uno de los grandes textos de Marx, hermoso y profundo, de 1852, que habla de las telarañas de las viejas revoluciones. A mediados del siglo XIX en Francia, Marx dice que esas personas bien intencionadas, que creían estar contribuyendo al gran cambio en las barricadas de París, también estaban repitiendo la historia. Es decir, que la historia se daba una vez como tragedia y otra vez como farsa. Se entiende lo que quiso decir la Presidenta: no generar en Argentina la reproducción cíclica de los momentos pasados, sí la memoria y el recuerdo de los que se sacrificaron, pero que la sociedad no quede paralizada. La tarea del Gobierno es no repetir el ciclo desarrollista, aunque sí tomar la tecnología, no repetir el ciclo de los ’70 sin olvidar el sacrificio militante”, explicó.

A su turno, Grüner también se ocupó de la mención a la obra de Marx: “Dice Marx que ‘hay generaciones de muertos que oprimen como una pesadilla el cerebro de los vivos’, que ‘los muertos entierren a los muertos’. Pero (Walter) Benjamin, que era más o menos marxista, dice que es lo contrario: ‘Si el enemigo gana, ni los muertos van a estar a salvo’. Y por ahí me parece que pasa el tema”.

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Horacio González, Eduardo Grüner, Ricardo Forster y María Pía López, ayer, en la sala Jorge Luis Borges.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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