EL PAíS

El 75 por ciento de los niños argentinos es pobre

Son unos 7.400.000 chicos. Otros 2.900.000 viven bajo la línea de indigencia. Así lo revela un estudio privado. La mayor concentración está en el conurbano y en las provincias del norte. El impacto del plan social.

 Por Sergio Moreno

En los principales conglomerados urbanos de la Argentina viven 5.713.380 chicos menores de 14 años. De ellos, 4.248.840, es decir un 74,3 por ciento –prácticamente tres de cada cuatro–, son pobres, y 1.670.679, el 29,2 por ciento, son indigentes. La mayor cantidad de estos pibes pobres e indigentes viven en los partidos del conurbano y las regiones que proporcionalmente más pobreza infantil concentran son Formosa –donde el 92,6 por ciento de los chicos son pobres–, Concordia y provincias del norte. Contrariamente, las áreas donde menos pobreza infantil hay son Ushuauaia, la Capital Federal y Río Gallegos, pero los guarismos no son para enorgullecer a nadie ya que trepan hasta el 37 por ciento, 38,4 y 39,9 respectivamente. Si se extrapolan estos valores a los aproximadamente 10 millones de chicos menores de 14 que hay en la Argentina, se concluye que unos 7.430.000 son pobres mientras que 2.920.000 son indigentes. Los niños hace ya mucho tiempo que han dejado de ser privilegiados en este país.
Los datos que abren y son motivo de esta nota están contenidos en un trabajo realizado por la consultora Equis, que dirige el sociólogo Artemio López. El estudio está basado en guarismos obtenidos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec y actualizada con los valores inflacionarios a setiembre de 2002. El dato de la inflación es clave ya que el cruce de la raya de la pobreza y la indigencia se ha medido a partir del nivel de ingresos de cada familia.
En su trabajo, López recuerda que los hogares indigentes son aquellos que no cuentan con ingresos suficientes para adquirir la canasta básica de alimentos, necesaria para satisfacer los requerimientos energéticos mínimos de los miembros de esa familia para, a su vez, realizar movimientos moderados. El valor de referencia –del cual surgen los restantes indicadores de la línea de indigencia para cada integrante del hogar– corresponde a un adulto varón de entre 30 y 59 años, con un demanda de 2.700 kilo/calorías por día, para lo cual debe adquirir una canasta de alimentos que, a valores de setiembre de 2002, asciende a 104,1 pesos mensuales, o sea, 3,47 pesos diarios.
Los hogares pobres son aquellos cuyos ingresos son insuficientes para adquirir la canasta básica propia de los niveles de indigencia más el agregado de algunos bienes y servicios no alimentarios como gastos del hogar, transporte, vestimenta, etcétera. López sostiene que el valor de la línea de pobreza para setiembre en el área metropolitana (Capital y GBA) se fijó en 234,2 pesos mensuales.
Pibes pobres
En base a los valores mencionados arriba, para el mismo período (setiembre de 2002), la línea de indigencia para chicos menores de 14 años oscila entre un piso de 34,4 pesos para niños de hasta un año de edad, y un techo de 99,9 pesos para un varón de hasta 14. En cuanto a la línea de pobreza, el piso es de 77,3 pesos y el techo es de 224,8 pesos para las mismas franjas de edad citadas recién.
De esto se desprende que la línea de indigencia promedio para menores de 14 años la marca el acceso o no a 62,7 pesos mensuales, mientras que a la de pobreza la trazan 138,2 pesos.
En el cuadro adjunto se puede observar la distribución de la pobreza y la indigencia en los principales conglomerados urbanos del país. Los datos que el Indec obtiene de estos núcleos son estadísticamente generalizables, habida cuenta de que el 84 por ciento de los habitantes del país viven en ciudades.
En dicho gráfico se puede observar, además, el impacto del Plan Jefes y Jefas de Hogar –el programa de asistencia económica para familias desocupadas implementado por el Gobierno–, que consigue bajar en un 20,8 por ciento los niveles de indigencia en los niños respecto a los altísimos niveles del mes de mayo de 2002, que alcanzaron al 36,9 por ciento.Extendiendo estos valores a la población nacional de menores de 14 años, el Plan Jefes y Jefas “ascendió” a 770.000 niños de la indigencia a la pobreza, a la vez que impidió que caigan en la indigencia a 210.000 pibes.
Sin embargo el plan no actúa con significación estadística –sostiene el estudio de Equis– sobre la pobreza infantil y tampoco logra retrotraer los niveles de indigencia a los valores de diciembre de 2001, antes del ciclo inflacionario iniciado a partir de la salida de la convertibilidad.

Compartir: 

Twitter

El conurbano concentra la mayor pobreza e indigencia infantil.
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.