EL PAíS › SUCESIóN DE REUNIONES PARA EVITAR UNA FRACTURA EN LA CGT EN EL ENCUENTRO QUE HOY HARáN LOS GORDOS

Los pesos pesado juegan su último round

Anoche, Moyano pareció abrir un espacio de negociación. Fue luego de que los Gordos anticiparan una ruptura de la central obrera. Durante todo el día, desde el Gobierno buscaron acercar a las partes. Hoy se sabrá si tuvieron éxito.

 Por Martín Piqué

“No creo que la sangre llegue al río.” Las palabras que pronunció anoche el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, parecieron abrir un espacio a la negociación entre los sectores en pugna dentro de la central mayoritaria. Hasta su aparición en el programa “A Dos Voces”, las críticas que se habían cruzado desde ambas partes presagiaba una fractura inexorable. Ese era el clima que reinaba tras las declaraciones del camionero de la víspera –Moyano había acusado a sus rivales de “entregar” a los trabajadores– y que seguía empeorando a medida que pasaban las horas: mientras que el sector capitaneado por los “Gordos” contraatacaba con amenazas de ruptura, el gremio de Moyano volvía a presionar empresas del sector mercantil para que encuadraran como camioneros a los trabajadores del área de logística (uno de los adversarios de Moyano es Armando Cavalieri, de Comercio). Cuando el quiebre se hacía inevitable, Moyano habló en la televisión. Sus dichos tuvieron un tono ambiguo. Combinó chicanas con guiños conciliadores hacia sus rivales. “La CGT no es un colegio de señoritas. Algunas cosas que nos decimos están dichas ya, pero bueno... La CGT no se quebró ni se va a quebrar”, aseguró Moyano.

A juzgar por sus dichos, el secretario general de la CGT tomó en cuenta el esfuerzo que puso el Gobierno para mediar entre las partes. La mediación estuvo a cargo del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; también intentaron acercar a los dos sectores los ministros Carlos Tomada y Julio De Vido. Anoche se sumó también la Presidenta. Los esfuerzos del Ejecutivo para evitar una ruptura no habían logrado avanzar demasiado hasta ayer a la tarde. La mejor prueba fueron las declaraciones de José Pedraza, de la Unión Ferroviaria y uno de los emblemas de los “gordos”. “La situación de la CGT está en terapia intensiva. Nuestro sector está muy enojado y mañana (por hoy) nos reuniremos en Sanidad para definir qué hacemos. Vamos a ver con qué se despacha Hugo Moyano porque si sigue en la misma línea esto no tiene retorno”, fueron las palabras de Pedraza. Algo parecido había dicho Oscar Lescano, de Luz y Fuerza (ver aparte). El tono dramático hacía prever tempestades.

Sin embargo, anoche, el camionero intentó bajar la confrontación y abrir una puerta al diálogo. Dijo que el consejo directivo y la mesa chica de la CGT seguirían funcionando con normalidad; luego invitó a sus rivales a asistir a las reuniones. “Si quieren venir que vengan; si no quieren venir, no podemos hacer nada”, deslizó. Los dirigentes enfrentados con Moyano son Pedraza, Lescano, Cavalieri y West Ocampo, conocidos popularmente como “Gordos” y hegemónicos en la CGT durante los años ’90 (controlaron la central a través del entonces secretario general Rodolfo Daer, del Sindicato de la Alimentación. La mayoría de estos dirigentes representan a gremios vinculados a los servicios). En esta puja con Moyano el grupo de los “Gordos” logró el apoyo de los “independientes”, como se conoce a Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez (Uocra). Rodríguez y Martínez encabezan dos sindicatos muy importantes; en los últimos años han tenido vínculos bastante estrechos con el oficialismo.

La apuesta de Moyano es que sus rivales eviten que el conflicto siga escalando porque se encuentran ante las puertas de una negociación muy importante para sus afiliados. La semana que viene se reunirá por primera vez el Consejo para el Diálogo Económico y Social (CDES) y la CGT sentará a 12 representantes. Entre esa docena de miembros se encuentran los “Gordos” y los “Independientes”, que forman parte de la mesa directiva de la central sindical. A modo de pronóstico, Moyano dijo anoche que el sector rebelde asistirá a la primera sesión del CDES. “Nosotros resolvimos la semana pasada participar del llamado del Ministerio de Trabajo al Consejo Económico y Social. Ellos también están en la lista. Están convocados, si no van es su problema, pero no creo que vayan a decidir algo así”, señaló. Si los “Gordos” y los “Independientes” llegaran a faltar a esa reunión sería un dolor de cabeza para el Gobierno.

Acción y reacción

La evolución de la puja interna de la CGT se resolverá hoy entre el mediodía y las primeras horas de la tarde. Ya no habrán dudas si se produce la ruptura o si, ante la inminencia del Consejo Económico y Social, los rivales de Moyano optan por una alternativa más moderada: esa opción podría ser abandonar el actual consejo directivo pero mantener su representación en el CDES y asistir a las rondas de diálogo convocadas por el Ejecutivo. La intriga se resolverá hoy a las 13, cuando “Gordos” e “Independientes” se encuentren en la sede de Sanidad, el sindicato que desde hace años dirige West Ocampo. Ayer, antes de conocer las últimas declaraciones de Moyano, Lescano había anunciado una ruptura total con el camionero: “Mañana (por hoy) nos vamos todos.”

Lo que suceda en Sanidad determinará lo que pase dos horas más tarde en el salón Felipe Vallese del edificio de la CGT. Allí se organizará un acto de “agradecimiento a la militancia” por el apoyo a los candidatos de extracción sindical que compitieron en las listas del oficialismo. La actividad está programada para las 15.30 y fue convocada por el dirigente de Judiciales, Julio Piumato, uno de los hombres que acompaña a Moyano desde mediados de los noventa. El acto funcionará como una aval entusiasta de la conducción del camionero en la CGT. Quizá también como una demostración de fuerza. Pero todo dependerá, por supuesto, de lo que haya pasado dos horas antes en la convocatoria de “Gordos” e “Independientes”.

La sucesión de actos en un mismo día actualizará lo que ya es una tradición del sindicalismo peronista cada vez que el PJ entra en estado de debate interno. Hoy la CGT sufrirá un desprendimiento, que se sumará al que encabezó Luis Barrionuevo hace un tiempo, por lo que el mapa sindical vivirá otra vez tiempos de fragmentación y polarización: sobran los antecedentes al respecto. “La CGT sólo estuvo monolíticamente unida en tiempos de Ubaldini”, recordaba anoche un dirigente gremial que no comulga con Moyano pero que tampoco se siente a gusto con los “Gordos”.

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El camionero Hugo Moyano no la tiene fácil para seguir conduciendo una CGT unificada.
Imagen: Pablo Piovano
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