EL PAíS › JULIO COBOS NO DEJA DE COQUETEAR CON FRANCISCO DE NARVAEZ Y FELIPE SOLA

El as que Cleto guarda en la manga

El vicepresidente espera tomar el control de la UCR para avanzar en las negociaciones con los peronistas. Cuentan que “sueña” con que el colombiano sume a Margarita Stolbizer en su fórmula a la gobernación bonaerense y acompañe su postulación presidencial.

 Por Sebastian Abrevaya

Aunque ahora está concentrando sus energías en dominar la estructura radical, Julio Cobos no abandona nunca la idea de que para gobernar Argentina durante cuatro años necesita una pata peronista. Con esa convicción mantiene sus puentes con dirigentes del peronismo disidente y sobre todo con aquellos de la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país y el bastión más importante del PJ. Por eso quienes lo conocen de cerca no se sorprendieron la semana pasada al escucharlo decir que comparte “la misma sintonía” con Francisco de Narváez, uno de los mejor posicionados para suceder a Daniel Scioli, ni cuando se enteraron de que recibe al ex gobernador Felipe Solá. A primera vista, la idea parece compleja para llevar a la práctica, pero a dos años para las elecciones nadie puede descartarla. No hay que olvidar que nadie hubiera dicho tampoco hace dos años que en una noche Cobos sería catapultado hasta los mayores índices de popularidad del país y se convertiría en precandidato a presidente.

El cruce de elogios de esta semana no fue el primer coqueteo entre el vicepresidente y el empresario colombiano, a quien recibió una semana antes de las elecciones en su despacho del Senado. En aquel momento desató la ira de sus socios del Acuerdo Cívico y Social –empezando por el presidente de la UCR, Gerardo Morales– que veían como contribuía a polarizar la campaña entre De Narváez y Néstor Kirchner, dejando relegada a un tercer lugar a la dupla Margarita Stolbizer-Ricardo Alfonsín.

Esa reunión fue una clara vendetta de Cobos ante la impugnación de las colectoras que realizó el radicalismo y que le impidió al vicepresidente presentar su partido, Consenso Federal, colgado de la boleta de diputados nacionales del ACyS. La relación se recompuso pero la huella quedó marcada en la memoria radical. Los últimos elogios de Cobos a De Narváez volvieron a retorcer de bronca a sus aliados bonaerenses.

Lo que Cobos dijo fue que con De Narváez debían “trabajar en conjunto”. “Francisco y yo estamos en la misma sintonía”, argumentó y sostuvo que ambos coinciden “en la necesidad de acordar las políticas de Estado que requiere nuestro país”.

De Narváez le devolvió la gentileza de inmediato: “Lo que él piensa y lo que yo pienso tiene una enorme coincidencia”, declaró y agregó que “siempre es un placer” reunirse con Cobos. Para el colombiano tienen “coincidencias en el marco central y las diferencias están saldadas”.

La clave del coqueteo la reveló el electo diputado bonaerense al aclarar que en 2011 van a estar juntos “en espacios políticos que se complementen”. Esa idea de “complemento” es la que seduce al vicepresidente y la que aterroriza a sus socios: Cobos presidente-De Narváez gobernador. El vicepresidente sabe que Buenos Aires es un terreno inhóspito para los radicales, más allá de la recuperación que tuvo el partido en los últimos tiempos. En ese marco, la necesidad de garantizar un buen desempeño en el distrito que representa el 37 por ciento del padrón nacional es determinante para sus aspiraciones presidenciales.

“El sueña con una fórmula De Narváez-Stolbizer”, analiza uno de los operadores con más trayectoria en la UCR, mientras agrega que Cobos recibió a Stolbizer unos días antes de elogiar al peronista disidente. El objetivo parece difícil de conseguir, pero hay que recordar que en plena campaña electoral hubo intensas negociaciones para unir a toda la oposición en contra de Néstor Kirchner y Daniel Scioli. Además, el Acuerdo Cívico y Social no parece tener hasta el momento un candidato que pueda dar vuelta el tercer lugar de las legislativas de junio.

La imposibilidad de De Narváez para competir por la presidencia hace de su apoyo un botín preciado por todos los presidenciables. El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y el senador santafesino Carlos Reutemann se disputarán su respaldo si quieren llegar a la Casa Rosada. El empresario hará valer sus votos y en esa negociación la opción Cobos subirá aún más su cotización. En el entorno del vicepresidente aseguran que su afinidad con el colombiano no va más allá de una cuestión de formas ya que ambos son moderados y dialoguistas. Sin embargo, cuando le preguntan por su proyecto político, el vicepresidente repite que quiere llevar a cabo “la concertación que Kirchner” no supo hacer. En su cabeza también está la posibilidad de tener a un jefe de Gabinete de signo opuesto al suyo.

El principal escollo que tendría el mendocino para arrimar a su proyecto a un peronista como De Narváez o Solá son sus aliados de la UCR y del socialismo. Morales descartó públicamente una alianza con algún dirigente del PJ disidente, opinión compartida por gran parte del partido. “Este tipo no tiene lealtad más que con él mismo. Está estudiando con juristas los tratados internacionales, que tienen la misma jerarquía que la Constitución, para ver si puede ser candidato a presidente y demostrar que sería un caso de discriminación”, le advirtieron a Cobos algunos referentes de la UCR en alusión de De Narváez.

El vicepresidente descarta esa chance, pero los radicales no son los únicos que arriesgan esa hipótesis. Es por eso que cuando acompañaron a Lavagna en 2007, apoyaron la candidatura a gobernador del diputado Jorge Sarghini en la interna que tenía con De Narváez. Finalmente, Lavagna se definió por Sarghini y De Narváez quedó tercero muy cerca de Stolbizer.

Más allá de que en el entorno de Cobos no se animen a reconocerlo públicamente, la alianza con un peronista es una carta escondida en la baraja del vicepresidente. Sus hombres más cercanos remarcan que una de sus principales cualidades es que “es un gran tiempista” y por eso, hasta tanto Cobos no se garantice el control de la UCR, las conversaciones con el PJ disidente no pasarán de un coqueteo. Una vez que hayan conseguido colocar a un hombre de su confianza al frente del partido y consolide su candidatura en el ACyS, las negociaciones con el PJ tomarán otro color.

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Francisco de Narváez y Julio Cobos en una muestra de que están en “la misma sintonía”.
Imagen: DyN
 
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