EL PAíS › NINA ARAGONES YA ES GOBERNADORA DE SANTIAGO

El día en que la Rama peleó

La asunción de la esposa de Juárez detonó una pelea fenomenal entre sus seguidoras y la JP local. Hubo agresiones, represión, heridos y detenidos. Crónica de una asunción propia de Macondo.

Las militantes de la Rama Femenina esperaban desde hacía cinco horas con sus característicos carteles en forma de corazón el momento de la asunción como gobernadora de Santiago del Estero de su jefa espiritual, Mercedes Marina “Nina” Aragonés de Juárez, frente al teatro 25 de Mayo. Pero poco antes del acto aparecieron barras de la JP que trataron de desplazarlas del lugar, provocando avalanchas y contusos. La policía antimotines buscó imponer orden reprimiendo con gases y dejando su propio tendal de heridos. Los incidentes retrasaron el inicio de la ceremonia media hora, pero al final Nina se convirtió en la primera mujer de la historia en gobernar Santiago. La esposa del viejo caudillo Carlos Juárez dejó a un lado su proverbial parquedad para hablar en público y prometió que garantizará “la paz social” en la provincia.
Al momento de los incidentes, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, ponía un pie en el aeropuerto provincial. En respeto a la tradición santiagueña que no permite que durante los actos públicos se mezclen hombres y mujeres, a la Rama Femenina se le había adjudicado la primera cuadra frente al teatro. Igual no podrían ver a Nina salvo cuando entrara y saliera porque la ceremonia se transmitiría por seis pantallas gigantes. Luego de aguantar toda la tarde con un calor de 32 grados, las mujeres de repente comenzaron a sufrir la agresión de integrantes del JP santiagueña, también identificados como miembros de la barra brava del club Central Córdoba. Para correrlas de su lugar, les tiraban bombas de estruendo a los pies, generando corridas y varios heridos, incluyendo niños. Hubo que convocar de emergencia a la policía antimotines, que complicó más la cosa tirando gases. A la noche seguían los incidentes, los detenidos sumaban 26 y había dos heridos supuestamente por haber recibido ladrillazos.
La asunción de su esposa fue la única solución que encontró Juárez –de 85 años y cinco veces gobernador– para seguir con el mando de la provincia. En su anterior jugada política, Juárez renunció a la gobernación y llamó a elecciones colocando como su candidato a un ahijado político, Carlos Díaz, y como vice a Nina. Díaz ganó con cerca del 70 por ciento pero enseguida cayó en desgracia porque un cuñado suyo, dueño de un prostíbulo, mató a una joven de 17 años. Juárez no le perdonó a Díaz que no le hubiera contado nada y le hizo la cruz. Su mujer ni siquiera asumió como vicegobernadora, argumentando problemas de salud. Sin respaldo, Díaz renunció cuando no llevaba ni un mes como gobernador y su lugar lo ocupó interinamente el presidente de la Legislatura, Darío Moreno.
Los Juárez manejan la provincia como un feudo. Ayer, el gobierno declaró asueto administrativo con el argumento de que se trataba de un día histórico, ya que por primera vez a Santiago lo gobernará una mujer. En verdad, así permitían que los empleados públicos pudieran movilizarse al acto que, según los organizadores, tuvo 25 mil asistentes. Hace un tiempo, la Legislatura provincial, de amplia mayoría justicialista, aprobó para el matrimonio el título de “Protectores Ilustres” del pueblo santiagueño, una calificación con la que Juárez siempre se mostró de acuerdo.
En la ceremonia de ayer, Nina pidió permiso para salirse del protocolo y hablar de pie. “Esta banda y este bastón que representa distinción y jerarquía para cualquier ciudadano de bien, y lo incluyo a mi Carlos Arturo (Juárez), van dedicados al pueblo todo de Santiago del Estero porque con su convicción y apoyo hemos podido, en forma conjunta con mi esposo, hacer de esta provincia una patria chica, llena de paz y tranquilidad”, sostuvo. Dentro del teatro había mil invitados especiales. Además de Matzkin, desde Buenos Aires viajó el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño.
Afuera, las incondicionales de la Rama Femenina ya habían retornado a su lugar en primera fila con sus corazones de papel glacé con leyendas tales como “Nina: te quiero” y “Nina conducción”. “Estoy muy emocionada: a todos sin distinción, un pedacito de esta banda les pertenece”, agradeció la flamante gobernadora. La oposición, con un margen de maniobra acotado debido a los repetidos triunfos electorales de los Juárez, le quitó apoyo a la ceremonia. Por ejemplo, los diputados de la UCR no asistieron. “Lo institucional está difuso, la festividad partidaria es lo más importante en la asunción de Aragonés de Juárez; desmerece y desdibuja lo institucional”, sostuvo el jefe del bloque legislativo radical, Eduardo Abalovich.

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Nina Aragonés, muy producida, feliz cuando le colocan la banda de gobernadora provincial.
 
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