EL PAíS › ELISA CARRIO HABLO CON LOS TRABAJADORES DE GATIC

En la esquina más peronista

La candidata del ARI fue a San Martín, a pedido de cincuenta trabajadores despedidos para solidarizarse con su situación. El diálogo. Los pedidos. Las promesas. Brulote contra Kirchner.

 Por Felipe Yapur

Eran las cinco de la tarde. Hacía mucho calor y en la esquina más peronista del partido de San Martín, donde se cruza la avenida Eva Perón con la calle Juan Perón, unos cincuenta trabajadores despedidos de la fábrica de zapatillas Gatic se protegían del sol a la espera de la llegada de la candidata presidencial del ARI, Elisa Carrió. En asamblea, los trabajadores habían decidido convocarla para pedirle la formación de una comisión investigadora, la solidaridad en su lucha por reabrir la fábrica cerrada y explotarla a través de la cooperativa que conformaron. Carrió los escuchó con atención y se comprometió a apoyarlos. Después, luego de charlar con varios de los ex empleados, la candidata habló de política. Desde la puerta de la fábrica cerrada vaticinó que la postulación de Néstor Kirchner “va a fracasar en 15 días”.
Desde hace una semana, los trabajadores acampan en la puerta de la fábrica que pertenece a la familia Bacherian y que está cerrada desde hace un año, cuando la firma declaró la quiebra. Los Bacherian dejaron a 300 empleados sin indemnizaciones y ocho meses de remuneraciones que quedaron atrapados en el concurso. “Me patearon a la calle como a un perro. ¿Me quiere decir cómo hago para vivir con 60 años?”, repetía Andrés Avelino Juárez, mientras secaba las gotas de sudor de su frente. El desempleo le causa dolor sobre todo por haber trabajado 35 años en la firma y no tener una alternativa: “Dígame, doctora, ¿no es una injusticia lo que nos pasa, a mi edad tener que salir a rebuscar en la basura para llevar algo para el buche? No doy más, todos los que estamos acá somos gente de trabajo”, le indicó el ex operario a la candidata presidencial.
Mientras Juárez relataba sus pesares, a su lado hablaba Juan Saavedra, mucho más joven que el primero pero, igual que su veterano compañero, sin posibilidades para conseguir un nuevo trabajo. “Hay que recordar que los Bacherian eran amigos del gobierno de (Carlos) Menem. Les dieron millones de dólares para mejorar la fábrica. La plata se la quedaron ellos y a nosotros nos querían pagar la deuda salarial con cajas de arroz y fideos.”
Carrió asentía ante cada uno de los reclamos. Los escuchó rodeada de los diputados del Interbloque, Carlos Raimundi, Francisco “Barba” Gutiérrez y Alberto Piccinini. La precandidata les aseguró que su presencia allí era para “apoyar sus reclamos” y agregó que “lo que piden es de estricta justicia, trabajar. Con dueños o sin dueños, esta empresa tiene que recuperarse. Este es el pueblo que va a levantar la Nación”. A su turno, Gutiérrez les pidió que “no se dejen llevar las máquinas”, y dijo que esta situación “es producto de un modelo económico y una imposición del FMI que impidió la reforma de la Ley de Quiebras para que las empresas concursadas pasen a manos de los trabajadores”. No hubo aplausos, pero sí había calor.
Antes del diálogo, los delegados leyeron frente a los periodistas un documento donde explicaron las razones de su intento por controlar la fábrica. Con escollos, porque el equipo de sonido parecía encaprichado en no funcionar. Julia, una ex empleada con 19 años de servicio, hacía lo posible para hacerse escuchar cada vez que el micrófono la abandonaba. “Los parlantes deben ser del patrón. Por eso no andan”, se quejaba un par de trabajadores que se desesperaba por encontrar la falla en el equipo. No lo consiguieron. En el documento le solicitan a Carrió la formación de una comisión investigadora que “analice el desempeño del grupo Gatic, sus manejos financieros y la operatoria que ha llevado al concurso del grupo con evidente fraude a los trabajadores como acreedores laborales”. Además le recordaron que el grupo adeuda sólo en concepto de impuestos la friolera de 150 millones de pesos y millonarios créditos a entidades financieras estatales.
Poco después, y Lilita pidió permiso a los trabajadores para hablar con los periodistas porque consideraba que ella estaba en un acto de solidaridad y no proselitista. Con la venia de los operarios, Carrió habló de política. Insistió que la nominación de Kirchner como el candidato del Gobierno “es el último intento de Duhalde que va a fracasar en 15 días. Esmuy claro que las cosas que no son de verdad se caen, es el montaje de algo que no es cierto”.
Para Carrió la renovación peronista que pregona Kirchner no es tal. “¿Me quieren decir qué renovación representa (el gobernador de Santiago del Estero, Carlos) Juárez?” y agregó que el santacruceño demostró no ser lo que decía ser: “Ya no tiene las características que parecería tener, hoy al convertirse en el candidato de Duhalde demuestra ser otra cosa”. Finalmente, y como para otorgarle una pizca de misterio a sus declaraciones, afirmó que “ante la posible caída de algunos candidatos que sólo figuran primero en algunas encuestas, no habrá ballottage”.

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El encuentro sucedió bajo el sol agobiante de la tarde, en pleno centro de San Martín.
 
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