Ricardo Alfonsín y Julio Cobos se reunieron el martes a la noche y hablaron de la posible suspensión de la interna.
Imagen: Joaquín Salguero.

La UCR entró en un estado deliberativo. La derrota en manos del Frente para la Victoria en Catamarca y el triunfo del radicalismo K en la interna de Río Negro hicieron tambalear la estrategia electoral de todos los sectores, incluido el que responde a Ricardo Alfonsín. El martes por la noche, Alfonsín, líder del Morena, mantuvo un encuentro cara a cara con el vicepresidente Julio Cobos, que había salido públicamente a pedir la suspensión de la interna del 30 de abril. Aunque dentro de su propio espacio hay quienes quieren seguir adelante con la interna porque descuentan que obtendrá un triunfo que lo dejará mejor posicionado para las presidenciales, Alfonsín no rechazó de plano el planteo del vicepresidente. Eso sí, puso una condición: que Cobos y también Ernesto Sanz digan que resignan sus aspiraciones y que no se presentarán tampoco a las primarias del 14 de agosto.

El debate atraviesa a todos los espacios del radicalismo. Así como están los que insisten con la interna, hay otros alfonsinistas que apuestan a un acuerdo con Sanz y Cobos para que se bajen y negociar el resto de las candidaturas. Dirigentes de la Corriente de Opinión, que lidera Federico Storani, le pidieron internamente a Sanz que reconsidere presentarse en abril y según operadores de peso de la UCR, Enrique “Coti” Nosiglia habría hablado con el mendocino con el mismo objetivo.

“El candidato a presidente de nuestro partido no será producto de un acuerdo de dirigentes, sino que estará respaldado por el voto de la gente”, salió ayer con los tapones de punta el titular del Comité Nacional, Angel Rozas, uno de los pilares del alfonsinismo. Junto con el jujeño Gerardo Morales y el cordobés Mario Negri, Rozas es partidario de competir contra Sanz en abril. Apuestan a una victoria aplastante de Alfonsín que le dé un nuevo impulso como candidato a nivel nacional. Según el alfonsinismo, la elección rondará el 70 a 30 a favor de ellos, lo que dejaría también fuera de carrera a Cobos.

“La UCR ha puesto en marcha un proceso eleccionario interno por decisión unánime de sus cuerpos orgánicos”, argumentó Rozas y agregó que no cabe hacer “ningún tipo de concesiones a la estrategia electoral del oficialismo”. Sin embargo, hay otro sector del alfonsinismo que considera que las divisiones terminarán por perjudicar las chances del radicalismo en varios distritos y le dan ventaja al kirchnerismo.

“Es una locura de los que usan el paraguas de Ricardo porque si no no tienen posibilidades en sus provincias”, cuestiona un alfonsinista de pura cepa. Es un tiro por elevación a Fernando Chironi, que salió tercero en la interna de Río Negro, con el 7 por ciento de los votos. El problema no fue la derrota frente a Bautista Mendioroz, quien apoyado por Sanz salió segundo con el 43,5 por ciento, sino que el vencedor fue el radical K César Barbeito, con el 47,6. “Si hubieran ido juntos ahora la gobernación de Río Negro no estaría en disputa entre dos candidatos del kirchnerismo”, se quejó el mismo alfonsinista.

Por el momento primó la postura de continuar con la interna y minimizar públicamente el impacto de los dos resultados del último domingo. La elección del próximo domingo en Chubut puede volver a abrir el escenario. El candidato radical Pedro Peralta está tercero y Sanz viajará a la provincia para participar del cierre de campaña.

En las huestes del senador mendocino algunos dirigentes empezaron a dudar de su capacidad para enfrentar a Alfonsín y le plantearon la posibilidad de buscar un acuerdo para que la sangre no llegue al río. En el entorno íntimo de Sanz descartan de plano esa posibilidad pero en la CON del bonaerense Federico Storani –uno de sus respaldos más importantes a nivel nacional– hasta evaluaron hacer una presentación “fantasma” para impedir judicialmente la votación y así conseguir una salida decorosa. El diputado nacional Rubén Lanceta, que integra la CON, es uno de los partidarios de suspender la elección.

Fuentes del cobismo confirmaron el encuentro del martes con Alfonsín, aunque cuestionaron la actitud “inflexible” del hijo del ex presidente. Lo cierto es que el bonaerense no descartó un acuerdo, pero planteó como condición que Cobos y Sanz bajaran sus candidaturas. El temor en el alfonsinismo es que si se baja solamente Sanz, el vicepresidente finalmente decida presentarse en las primarias abiertas del próximo 14 de agosto y le complique el escenario al bonaerense, que no contaría entonces con el impulso de la interna del 30 de abril, en la que la UCR definiría orgánicamente a su candidato. En ese esquema de la elección de abril, Cobos quedaría con dos problemas centrales: por un lado, sufrirá la pérdida de legitimidad interna para competir por la candidatura radical; por el otro, tendrá un problema para conseguir aliados y candidato a vice. El socialista Hermes Binner y la bonaerense Margarita Stolbizer ya avisaron que acompañarán al ganador de la interna radical.

El escenario está trabado. El próximo domingo, cuando en Chubut tengan un nuevo termómetro de lo que pasa entre el radicalismo y la sociedad, los teléfonos volverán a sonar.