EL PAíS › EL CANDIDATO A PRESIDENTE DEL FIT, JORGE ALTAMIRA

“Pasamos un vía crucis para legalizarnos”

 Por Adriana Meyer

Es probable que sea el candidato que más veces se ha presentado a elecciones, y sin embargo insiste. Jorge Altamira, histórico dirigente del Partido Obrero (PO), aparece por estos días en televisión pidiendo el voto para las elecciones primarias, “para que no silencien a la izquierda”, ante el riesgo de no alcanzar el 1,5 por ciento de los votos necesarios para acceder a los comicios nacionales. En diálogo con Página/12, el candidato a presidente del Frente de Izquierda y los Trabajadores (PO, PTS e IS) explica por qué eligieron usar ese eje de campaña y reconoce como algo “inédito y positivo” el espacio gratuito en los medios al que accedieron a instancias de las nuevas leyes de medios y electoral. Altamira espera que la cantidad de personas que adhirieron a #unmilagroparaaltamira en Twitter voten el próximo domingo al FIT: el jueves pasado ese hashtag llegó al tope de los trending topic, las palabras claves más usadas en la red social.

–Un milagro para Altamira suena como el título de una película...

–Sí, como Milagro en Milán, de Vittorio de Sica. Es un elemento irónico que no pretende ridiculizar, fue una ocurrencia. Por supuesto que yo creo que los votos se consiguen con la lucha, con un proceso político objetivo, no con milagros.

–Las cifras obtenidas por la izquierda han bajado respecto de las elecciones posteriores a 2001, a niveles de los ’80 y ’90. ¿Es una tendencia peligrosa para las primarias?

–La elección en la Capital tuvo un cuadro político que no se repite ahora. Zamora no participa. Proyecto Sur va dividido y disminuido. A lo mejor ahora nuestra candidatura a la presidencia tiene mayor visibilidad, quizá el panorama cambie. Por ejemplo, una encuesta en Salta me da muy alto. Pero es una hipótesis. Si aumentamos el caudal de votos el 14, habrá sido válida. Zamora sacó 1,5, más lo que obtuvimos nosotros, más algún desgajamiento de Proyecto Sur, con eso ya llegaríamos al piso.

–¿Cómo influye el factor Zamora? ¿Cuando está les resta, y cuando no se presenta les suma?

–Zamora hizo una elección muy baja siendo que no hace mucho en el recuerdo de los votantes llegó al 14 por ciento, pero tampoco los votantes de Zamora se inclinarían en un cien por ciento por nosotros. Me llamó la atención en Capital la combinación de la boleta Macri-Ramal en la zona de Lugano. Tenemos una tradición en la zona y el nombre de Marcelo Ramal pega, quizá vota a Macri por la acción de punteros o alguna asistencia que brindó, pero mantiene su adhesión a una lucha muy larga. Con esto quiero decir que también esperamos votos de los sectores pobres que votaron a Macri, en Ciudad Oculta, en la (villa) 21-24, donde Macri arrasó, y unos poquitos nos votaron. Como hay que sacar el 1,5, el 1 por ciento lo tenemos, con la modificación del cuadro político en Capital llegamos a 3, y bueno, es un promedio interesante para ese 1,5 a nivel nacional.

–¿Hubo cuestionamientos a nivel interno por centrar la campaña en el tema de la proscripción?

–No, incluso en las discusiones con nuestros compañeros del Frente coincidimos en que nos convenía plantear en forma más clara el tema y eliminar la palabra, en el sentido de presentarlo no como la voluntad de proscribirnos a nosotros, sino que la consecuencia objetiva es silenciar a un planteamiento político que existe en el país y que no lo formula nadie salvo nosotros. En el spot está muy claro, hemos encontrado un lenguaje más claro para el votante popular con esta expresión que con la expresión proscripción.

–¿No les criticaron que no se hable de un programa?

–Todo lo contrario. Los actores empiezan con el programa, y nosotros hablamos del silenciamiento a un programa, no a personas. Pero en las entrevistas televisivas y radiales yo fui mucho más lejos que esta crítica al 1,5, desde que hemos pasado un vía crucis para legalizarnos. No puede ser que te mataste meses buscando la legalidad, juntando cada adhesión en cada provincia, y te dicen, bueno, pero tiene que pasar por otra prueba más, la primaria. En algunas provincias estamos terceros y luego vienen Binner o Carrió, y ellos no van a poder ir allí, con lo cual nuestro reclamo va más allá de una exigencia del FIT. El Gobierno dice “no podemos permitir que se fragmente el cuadro político ni parlamentario en tantos bloques”, pero ellos van con un montón de colectoras.

–¿Rescata, al menos, que nunca antes tuvieron tanto espacio en los medios?

–Sí, y lo dije públicamente: es muy positivo que hubiera esta publicidad oficializada por el Estado.

–¿Coincide en que es inédito?

–Sí, sí. La transparencia es en todos los sentidos, no tengo problema en reconocerlo. Pero creo que lo lamentan. Mis exhortaciones al electorado kirchnerista de que nos voten porque hay una derecha kirchnerista que domina todo, no les gusta para nada. Ya ocurrió en 1989, nos daban 15 minutos para hablar en la tele y yo hice un zafarrancho fenomenal. Después lo eliminaron.

–Ahora parece que llegó para quedarse.

–Vamos a ver. De Narváez está haciendo toda una movida para recuperar los espacios comerciales, pagos. Por ahí hay un fallo que ataca al Gobierno por la forma de hacer este reparto de espacios. De todos modos, Alfonsín o Pino tienen su espacio y sus spots son de una tristeza espantosa. En cambio, nuestros compañeros de Contraimagen y de El Ojo Obrero han hecho una belleza de creatividad.

–¿Qué pasa si no llegan al 1,5 por ciento de los votos? ¿Será culpa sólo de la proscripción o quedará expuesta la limitada llegada de la izquierda?

–Tengo que esperar a que se produzca, si no parezco un veleidoso, te armo toda una explicación teórica y si llegamos me la tengo que guardar en el bolsillo. No es una evasión, sino un cierto rigor que me impongo para no andar diciendo tonterías.

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