EL PAíS › DE LA SOTA SE IMPONíA ANOCHE EN CóRDOBA CON CERCA DEL 46 POR CIENTO DE LOS VOTOS

El camino de regreso a la gobernación

Ante un lento escrutinio, el candidato del PJ se adjudicó el triunfo, ya reconocido por sus rivales: “Le decimos a la Nación que cuente con Córdoba para unir y no para dividir”, aseguró. Pasada la medianoche, Juez sumaba el 25,6 de los sufragios y Aguad el 23,9.

 Por Miguel Jorquera

Desde Córdoba

Los globos celestes tenían inscripta la leyenda “Córdoba se va para arriba”. José Manuel De la Sota fue el último candidato en hablar –casi a la medianoche– y para festejar su triunfo como nuevo gobernador cordobés actuó en sintonía con esa consigna. El Gallego dijo que ayer por la noche “nació el cordobesismo” y el “modelo Córdoba”, donde encontró nuevos bríos para sus viejas aspiraciones nacionales. “Queremos provincias cada vez más fuertes y autónomas. Y a la Nación le decimos que cuente con Córdoba para unir y no para dividir. Tenemos que construir un federalismo en serio y no crear problemas ficticios”, soltó como proclama, sin asumir alineamientos explícitos para las elecciones presidenciales. La Presidenta ya lo había llamado por teléfono para felicitarlo y sus rivales, Luis Juez (Frente Cívico) y Oscar Aguad (UCR), ya habían admitido la derrota, pese a que esa hora apenas se había escrutado el 11 por ciento de los votos. Los números le asignaban a De la Sota un 46,02 por ciento de los sufragios, seguido por Juez con el 25,63 y Aguad con el 23,99.

“He aprendido que ya no soy un peronista cordobés sino que ahora soy un cordobés peronista. Y en este caso el orden de los factores sí altera el producto”, dijo para remarcar su independencia política. Una hora antes, su principal contrincante, Luis Juez, admitía que había quedado fuera de la disputa: “Así como hace cuatro años llorábamos y moqueábamos porque nos habían robado la elección, hoy como hombres de buena voluntad decimos que hemos perdido”, dijo el candidato del Frente Cívico a las 22.30, con sólo el 5 por ciento de los votos escrutados. El resultado de sus mesas testigo daba un resultado irreversible y abreviaba la agonía del recuento oficial. “Ganamos por quinta vez la ciudad de Córdoba y en Villa María (bastión del candidato a vice, Marcelino Gatica), pero perdemos en toda la provincia”, repetían los juecistas, antes de que ingresara al bunker Hermes Binner, el candidato a presidente del Frente Progresista.

Minutos después, el ministro de Gobierno cordobés, Carlos Caserio, dejaba atrás las encuestas en boca de urnas y daba los números de sus propias 236 mesas testigo: 40,4 por ciento para De la Sota, 28,2 para Juez y 21,7 para el radical Aguad. Casi en sintonía con los números de Juez.

El candidato radical fue el último en reconocer la derrota. “Felicitamos a los ganadores de esta elección”, dijo Aguad, sin dar nombres ni cifras. “Voy a seguir defendiendo desde el Congreso los intereses del pueblo de Córdoba, con mucho amor y algo de locura”, se comprometió el diputado, que agradeció la compañía de Ricardo Alfonsín, el candidato presidencial de la UCR en Udeso. “El domingo que viene vamos a volver a ganar Córdoba”, soltó Aguad con más entusiasmo que convencimiento.

La alegría entre los delasotistas había comenzado temprano, cuando tres bocas de urnas de distintas consultoras arrojaron, punto más o menos, un 40 por ciento para el candidato pejotista, diez por encima de Juez y casi el doble sobre Aguad. Igual, todas las voces oficiales del PJ esperaban números oficiales. Juez respondía por Twitter: “Todos los fiscales del Frente Cívico a controlar la elección. Los únicos resultados que valen son los del escrutinio”. Desde la UCR también salieron al cruce de los datos que surgían desde el oficialismo. Al igual que los juecistas, los radicales habían montado un muestreo de mesas testigos, para adelantar datos. Aunque trataban de ocultarlo, su descreimiento se basaba en números propios que también daban ganador a De la Sota. Los globos que acompañaron la campaña radical comenzaban a desinflarse.

La jornada había comenzado complicada. La mayoría de las mesas de la capital cordobesa tardaron casi una hora en abrir la votación, por distintos motivos. A algunas les faltaron los biombos (de cartón) para que los votantes pudieran marcar la Boleta Unica de Sufragio (BUS) con cierta privacidad, y hasta se volvieron a improvisar los tradicionales cuartos oscuros.

El gobernador Juan Schiaretti fue uno de los primeros en ir a votar y encendió la alarma sobre la utilización de la BUS. Frente a las cámaras de TV, la presidenta de mesa le tuvo que explicar cómo doblar la boleta (que mide unos 30 por 40 centímetros), para dejar hacia afuera la parte que lleva la firma de los fiscales de mesa. “¿Cuál es el problema? No lo había hecho. La mayoría de los cordobeses no sabe cómo doblarla. Con una explicación sencilla uno vota más rápido, pero la gente sí sabe votar”, se justificó el creador del sistema.

En el colegio San José de Alto Alberdi, Juez cargó con denuncias y quejas: “Córdoba necesita que la gente vote, por cualquiera. A ellos les pido paciencia, prudencia, todos a votar, ya que sabíamos que íbamos a empezar tarde en Capital. Hay clara intención de que se inicie tarde”. El candidato pidió que se extendiera la votación, pero no lo consiguió. Eso sí, aprovechó para recordar las elecciones de 2007, cuando perdió por un punto y denunció fraude: “Uno está preparado para perder o ganar, pero no para que lo roben”, repitió.

Antes del mediodía y casi al mismo tiempo, De la Sota votaba en Río Cuarto y el radical Aguad lo hacía en la capital cordobesa. “No hay que preocuparse por el tiempo” que demore el escrutinio, sino por que “sea transparente”, dijo De la Sota. También se permitió una humorada cuando respondió a los periodistas que lo único que aprendió sobre la BUS, fue “hacer el tilde”. Luego se fue a almorzar un “risotto a la italiana”, preparado por su actual pareja y ex ministra Adriana Nazario, quien también lo acompañó a votar.

Sobre la medianoche, De la Sota ya se sabía ganador y tenía el reconocimiento de sus contrincantes, aunque sólo había un escaso margen de votos escrutados. Como hace cuatro años, la Justicia le adjudicó las demoras al Correo Argentino.

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“Ya no soy un peronista cordobés, sino que ahora soy un cordobés peronista”, dijo De la Sota, que fue felicitado por CFK.
 
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