EL PAíS › AUDIENCIAS EN EL SENADO POR EL PROYECTO PARA AMPLIAR EL VOTO A LOS CIUDADANOS DE 16 Y 17 AñOS

Un debate sobre jóvenes y política

El ministro de Educación, Alberto Sileoni, y el director nacional electoral, Alejandro Tullio, defendieron la iniciativa. También participaron dirigentes juveniles de distintos partidos políticos.

 Por Sebastian Abrevaya

Con la presencia del ministro de Educación, Alberto Sileoni, y del director nacional electoral, Alejandro Tullio, arrancaron ayer en el Senado las audiencias para debatir la ampliación del derecho al voto a los jóvenes de 16 y 17 años y a las personas extranjeras que lleven dos años como “residentes permanentes” en el país. Los funcionarios nacionales apoyaron la iniciativa oficial y respondieron las preguntas de los senadores opositores, mientras que posteriormente expusieron algunos dirigentes juveniles, que lograron relajar el acartonado ambiente de la Cámara alta. “Se ha hablado mucho de la participación de los jóvenes y su protagonismo a través de la historia, y me parece que cargamos con mochilas muy pesadas, pero a su vez, cargamos con historias donde los jóvenes han sido los impulsores de profundos cambios en la sociedad”, aseguró Matías Podestá, de la Unión de Estudiantes Secundarios de Entre Ríos.

A diferencia de otras audiencias, el salón Arturo Illia del Senado se pobló de jóvenes que no vestían saco y corbata ni usaban tailleurs. “Se dice que es un fin electoral, que se manipula a los jóvenes. No nos subestimen, no mientan. Estamos en condiciones de participar”, afirmó Sol Faustina Cozzani, del Colectivo Militante. Una posición diferente trajeron los distintos participantes vinculados con la UCR. Lucio Lapeña, de la Juventud Radical, planteó que si bien están a favor del voto a los 16, van a votar en contra porque debería tratarse una ley “más amplia” que involucre otros derechos para la juventud. El mismo discurso sostuvo Emilio Cornaglia, presidente de la FUA, que criticó el proyecto presentado por “los espadachines” de la Presidenta, Cristina Fernández, por lo que recibió algunos abucheos silenciados a pedido de Aníbal Fernández.

El momento de mayor tensión política fue durante la mañana, cuando Sileoni y Tulio defendieron el proyecto oficial. El ministro de Educación colocó la iniciativa en el contexto de la política educativa llevada adelante por el Poder Ejecutivo, en la que consideró como una “década ganada”. “El proyecto no presupone que todos los jóvenes tengan vocación política, sino que es deseable que se incorporen a la política. Es un argumento muy positivo, la ampliación de derechos es siempre una conquista, nunca un retroceso”, sostuvo.

Al abrirse las preguntas de los senadores, comenzaron las críticas de la oposición. Ante una pregunta del senador radical Ernesto Sanz, Sileoni adelantó que, de aprobarse la ley se profundizarán, en conjunto con el Consejo Federal de Educación, los contenidos referidos a la instrucción cívica y la responsabilidad del voto. Luego de un cruce respecto de las cifras de deserción escolar, el peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá le achacó que los datos que el ministro había expuesto “son el Indec, que es el que dice que la inflación es del 5 por ciento”. Además, Sileoni desestimó las acusaciones respecto del supuesto “proselitismo” de la agrupación kirchnerista La Cámpora en los colegios: “Ha sido una construcción mediática con el fin de infundir miedo, que los padres piensen que no van a conducir la educación de sus hijos”, concluyó.

Fue el director electoral quien se encargó de refutar los cuestionamientos desde el punto de vista jurídico. Explicó que el proyecto establece el sufragio optativo porque exceptúa a los jóvenes del deber de votar, pero no del derecho a votar. Es la misma situación que para los mayores de 70 años, que no tienen sanción en caso de no concurrir a las urnas. “Será la realidad viva de nuestra práctica institucional lo que nos marque el futuro. Siempre es más fácil quitar una excepción que otorgar un derecho”, explicó Tullio, dejando la puerta abierta a futuras modificaciones.

Respecto del proyecto que incluye a los extranjeros, Tullio precisó que entre 2004 y 2012 “hubo 469.002 radicaciones permanentes”, lo que en ningún caso “alteraría la estructura demográfica ni los registros electorales”. Además, el director nacional electoral rechazó las preguntas realizadas por senadores sobre una supuesta reunión de la Cámara Nacional Electoral con el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, en la que le habrían manifestado “preocupación” por la transparencia de las próximas elecciones. Tullio se negó a opinar sobre “un relato, parcial, sesgado, encuadrado en un escenario caótico”. “El Poder Judicial tiene sus cauces institucionales y no voy a opinar sobre los trascendidos de un adjunto de cátedra de algún funcionario judicial”, señaló Tullio, en referencia a una nota publicada por La Nación.

El vicepresidente Amado Boudou visitó la comisión mientras estaban los funcionarios y criticó a los que rechazaron el proyecto. “Son los mismos argumentos que fueron utilizados para que no votaran las mujeres y para que sólo pudieran votar los mayores a 21 años”, afirmó Boudou y completó: “Siempre se estigmatiza a los sectores más vulnerables y a los sectores más jóvenes”. También hubo lugar para otros expositores como el dirigente del PTS, Christian Castillo, quien derramó una cantidad de críticas a la situación educativa, económica y social reflejada por los funcionarios del Ejecutivo pero se mostró a favor de la ampliación de derechos. ¿Quién puede estar en contra? Sólo la derecha más recalcitrante y algunos que les copian sus gestos desde el progresismo”, dijo.

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Sileoni señaló que “el proyecto no presupone que todos los jóvenes tengan vocación política, sino que es deseable que se incorporen a la política”.
Imagen: Rafael Yohai
 
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