La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) de Hugo Yasky recuperó esta semana un histórico bastión del sindicalismo argentino: la conducción de la Unión Obrera Metalúrgica de Villa Constitución, Santa Fe, donde se libró una de las luchas más importantes por la libertad sindical en los ’70, previo al golpe cívico-militar. Este miércoles, con más del 55 por ciento de los votos, la lista Azul que encabezaron Héctor Ibarra y Sergio Pisanelli le sacó más de 20 puntos de diferencia a la lista Marrón, identificada con el sector de Pablo Micheli. En diálogo con Página/12, el secretario de Relaciones Internacionales de la CTA y referente de la UOM de Villa Constitución, Victorio Paulón, remarcó que, “a pesar de las dificultades”, se ratificó “la defensa de la democracia sindical y la participación”. “Ibarra y Pisanelli son la expresión de una nueva generación de dirigentes que son la garantía de que el movimiento sindical se fortalece en la Argentina”, aseguró Paulón.

–¿Qué significa el cambio en la conducción gremial de la UOM de Villa Constitución?

–Significa que sigue viva la democracia sindical, porque a pesar de las dificultades que hubo la participación fue muy alta. Segundo, es la ratificación de la línea histórica de la defensa de la democracia sindical y la participación. Fueron electos los dos principales representantes de la comisión interna de Acindar, hoy por hoy la empresa más importante que hay. Tanto Héctor Ibarra como Sergio Pisanelli han venido en los últimos seis años ganando todas las elecciones de comisión interna. Y por otro lado, también significa la ratificación del alineamiento con la CTA de Hugo Yasky, porque estos compañeros que ganaron están en la Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (Fetia) y esa conducción de la CTA.

–¿La elección marcó de una necesidad de los trabajadores de cambiar la línea anterior?

–Eso fue muy notorio porque la diferencia fue de más del 20 por ciento. La lista Azul sacó más del 55 por ciento, con 1666 votos, 1012 la Marrón y 384 la Verde y Negra. En Villa Constitución es tradicional un alto nivel de participación porque tener derecho a votar significó una lucha muy fuerte en los años ’70, mucho sacrificio y mucha represión. Votaron más de tres mil compañeros. Alrededor del 80 por ciento de los empadronados. Entonces se mantiene vivo el nivel de participación.

–¿Este respaldo a la conducción de Yasky también se traduce en un apoyo al gobierno de Cristina Fernández?

–Sí, porque los referentes estamos claramente sosteniendo la postura de la CTA y por lo tanto es una ratificación. Frente a nosotros estaba la CTA de Micheli con posturas que fueron ampliamente derrotadas.

–¿Quedaron saldados los conflictos con los padrones que obligaron a una intervención del Ministerio de Trabajo?

–Yo rescataría que se derrotó esa práctica de manipular padrones y de impedir la participación de los trabajadores. Logramos una decisión del ministerio que incorporó un padrón complementario de 90 compañeros que era una parte de los 400 que habían sido dejados afuera. Para nosotros eso fue un límite importante porque es necesario terminar con esas prácticas que le hacen mucho daño al sindicalismo y a las centrales sindicales.

–Precisamente la CTA que surgió con las banderas de transparencia, la democracia interna y una nueva práctica gremial...

–No podemos permitir que siga habiendo tergiversación de la voluntad mayoritaria de los trabajadores. Estamos convencidos de que éstos son los fundamentos del nuevo modelo sindical. Ibarra y Pisanelli son la expresión de una nueva generación de dirigentes que son la garantía de que el movimiento sindical se fortalece en Argentina.