EL PAíS › CURIOSIDADES DE LA CAUSA

Moneta también es investigado en Bahamas

Por S.V.

La justicia de Bahamas recurrió a la Justicia federal argentina para pedir informes respecto de la actividad financiera del ex banquero Raúl Juan Pedro Moneta. El dato surgió, por casualidad, de entre una larga lista de citaciones y pedidos de averiguación de domicilio librados para que el ex dueño del Banco República se presente a la audiencia fijada por la magistratura mendocina en el marco de la querella interpuesta contra él por el dirigente bancario de la provincia, Sergio Palazzo.
Palazzo y su abogado señalan que el peregrinaje para ubicar a Moneta comenzó a mediados de 2001, cuando la Sexta Cámara del Crimen de Mendoza envió un oficio a Buenos Aires para que Moneta fuera notificado de la audiencia en su domicilio de la calle Castex. Los policías a cargo de la diligencia informaron al tribunal que quienes los atendieron se negaron a recibir la citación e indicaron que las comunicaciones judiciales al ex banquero debían ser remitidas a la calle Sarmiento 336, piso 19, sede del ex Banco República. En la dirección indicada recomenzó la comedia de equivocaciones: el escaso personal de vigilancia que se mantiene en el edificio explicó que Moneta no trabajaba allí desde hacía aproximadamente dos años. Los demandantes pidieron entonces que el ex financista fuera citado en dependencias del Hotel Aconcagua, de Mendoza, en uno de cuyos salones y con la presidencia de Moneta se realizaría la asamblea de accionistas del Banco Mendoza. Iba a resultar otra frustración puesto que el personal de seguridad del hotel impidió a los funcionarios judiciales el acceso al lugar donde sesionaba la asamblea.
El trámite prosiguió y el notificador regresó varias veces al departamento que ocupan el ex banquero y su familia sin que nadie, nunca, respondiera a los llamados. Como se estila, la cédula fue deslizada por debajo de la puerta. El ex abogado de Moneta Alfredo Iribarren se hizo entonces presente en el juzgado para informar que su cliente se encontraba en el exterior, comprometiéndose a informarle del llamado del juez y la fecha de la audiencia. Pese a las promesas del letrado, Moneta siguió inhallable. Palazzo y su letrado volvieron a la carga y un año después de haber iniciado la demanda, en febrero de 2002, lograron que el juzgado aceptara notificar a Moneta en el Casino de Oficiales de la Guarnición Mendoza, escenario de la nueva asamblea anual del caído Banco Mendoza. En la guarnición, igual que sucediera en el Hotel Aconcagua, los custodios se transformaron en un muro impenetrable para el oficial de justicia.
Hartos, a fines de 2002 los querellantes pidieron que se librara un oficio al juez federal porteño Rodolfo Canicoba Corral, a cargo de la instrucción de la causa abierta a raíz de las caídas de los bancos Mendoza y República, para que éste informara cuál es el domicilio real fijado por Moneta al recibir el beneficio de la eximición de prisión que lo obligaba a presentarse en los tribunales de Comodoro Py el día 16 de cada mes. El juzgado mendocino solicitó entonces que fuera Canicoba Corral quien, aprovechando su concurrencia mensual al juzgado, notificara a Moneta de la citación. Al no obtener respuesta, el magistrado mendocino cortó por lo sano y se comunicó telefónicamente con el juzgado federal 6. Para su sorpresa, el juez capitalino expresó que le había resultado imposible cumplir con el reclamo puesto que el día en que debía presentarse, el ex banquero no concurrió, haciéndolo, en cambio, su abogado con un escrito donde pedía que Moneta fuera beneficiado con una segunda eximición: la de la obligación de ir a firmar periódicamente. La petición fue concedida.
Si bien el ex banquero sigue sin ser notificado, el expediente con los infructuosos intentos, crece. Entre sus fojas surge un dato, ajeno a la demanda pero de gran interés: la existencia de una nota del Procurador General de Bahamas donde se pedirían precisiones acerca de la relación existente entre el Banco República y el Federal Bank. El oficio probaría todavía más lo que Moneta continúa negando a pesar del cúmulo de evidencias: que el Federal Bank era propiedad de Moneta. La presunciónhabía sido reforzada por los propios directivos del Citibank de Argentina, quienes al declarar ante el subcomité de investigaciones del Senado de los Estados Unidos admitieron haber pensado siempre que la offshore era parte del “grupo Moneta”.

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