SOCIEDAD › UN ESTUDIO DE UNICEF QUE REVELA EL VINCULO DE LOS CHICOS Y LA TV

Una mamá de 21 pulgadas

La investigación se hizo también en Chile y Uruguay. Los prepúberes argentinos consideran a la tele una amiga y una “mamá tecnológica”. Son los que más miran, los menos críticos y los únicos que piden más violencia. Según otro estudio del Comfer, la mitad ve más de 4 horas por día.

 Por Mariana Carbajal

Para los chicos argentinos, la televisión es mucho más que un aparato que los entretiene. “Reemplaza su necesidad de atención, escucha y contención.” Es una especie de “mamá tecnológica, plena de color, sonido y movimiento, que repararía la distancia y la incomprensión del mundo adulto”. La conclusión surge de una investigación auspiciada por Unicef que se realizó simultáneamente en Argentina, Uruguay y Chile, para conocer qué piensan y sienten los niños acerca de la TV. Entre otros hallazgos, el estudio encontró que los chicos argentinos son los más expertos en materia de programación, los que tienen una relación más afectiva con el aparato, los únicos que quieren más violencia, los que tienen menor capacidad crítica sobre el medio y los que pasan –en promedio– más horas frente a la pantalla. Otra investigación, encarada por el Comfer, detectó que el 70 por ciento de los chicos de 11 años mira más de cuatro horas diarias, lo que representa más tiempo que una jornada escolar simple. La mayor exposición entre los preadolescentes aumenta a medida que desciende el nivel socioeconómico familiar (ver aparte).
“Televisión, estás en mi casa y ya sos de la familia y estoy convencida (de) que nos podés hacer felices”, escribió una nena de 9 años. “Televisión, creo que sos mi mejor amiga...”, apuntó otra, de 7. “Quiero que me hagas reír y emocionar, que me acompañes, pero por sobre todo que siempre estés conmigo”, pidió un nene, de 8. Son tres de las respuestas que se analizaron durante la investigación y que de algún modo resumen el vínculo de los chicos argentinos con la TV.
El estudio en los tres países se llevó a cabo bajo la dirección de la argentina Tatiana Merlo Flores, doctora en sociología, miembro del Comité Científico Internacional del Forum de Investigadores sobre los Niños, los Jóvenes y los Medios, de la Unesco, y presidenta del Instituto de Investigación en Medios. El trabajo buscó determinar cómo es la televisión y qué representa para los niños en la actualidad y cómo la imaginan, la sueñan o la desean.
Una TV con brazos
“Si hay algo de lo que no cabe duda es que nuestros niños son expertos en televisión y en todo lo que gira alrededor de ésta. Conocen toda la programación y las grillas, los géneros, las formas de producción”, señala el informe con las conclusiones del estudio, al que tuvo acceso este diario. Los chicos “hablan de la TV, se relacionan con ella desde un vínculo afectivo y reclamante de interactividad, en un plano personalizado y subjetivo. Desde esa perspectiva reclaman a la TV –¿al mundo adulto quizá?– ser reconocidos, escuchados, respetados, tomados en cuenta”, agrega el estudio. Para ellos, la TV “es alguien que forma parte de sus vidas, en los sentimientos y en los hechos cotidianos”, destacó Merlo Flores en diálogo con Página/12. “Deja de ser un objeto, un artefacto tecnológico, para ser una persona con la que se relacionan, es el otro con quien conversan, al que le preguntan, que los acompaña cuando están o se sienten solos. Se establece así una relación personal e íntima”, agregó la investigadora. Camila, una de las nenas que participó en el estudio, dijo: “También tendrías que tener brazos para que pudieras dar abrazos en el Año Nuevo y lo más importante, que fueras una muy buena amiga para que jugara y conversara conmigo”.
La televisión aparece reemplazando la necesidad de “atención, escucha, contención. No sólo es entretenimiento tecnológico, es mamá tecnológica, plena de color, sonido, movimiento. Repararía la distancia e incomprensión del mundo adulto”, concluye la investigación. Joana, de 13, lo expresa así: “Te escribo como a una amiga ya que comparto muchos momentos con vos, a veces te convertís en imprescindible, llenando vacíos que se producen en casa por la falta de una hermana que no tengo y una mamá que debo resignarme a su ausencia por la necesidad que tiene de salir a trabajar”.Otra chica de la misma edad dice: “Quisiera que fueras mi consejera sabia y oportuna, como un profesional médico alertándome sobre alguno de los muchos interrogantes que se plantean a esta edad que estoy viviendo”. Una nena, de 10, escribió: “Quisiera que me reflejaras a través de un programa familiar la figura de papá que vive lejos”.
La metodología aplicada en la investigación realizada en los tres países latinoamericanos fue diseñada en la prestigiosa Universidad de Bologna y replicada simultáneamente en Italia, Canadá, Grecia, Sudáfrica e India. Chicos de 7 a 13 años fueron invitados a través del mismo spot televisivo a contestar la siguiente pregunta: “¿TV, cómo te quiero?”. Podían enviar sus respuestas por carta, incluyendo dibujos, o por e-mails. En la Argentina, el spot se difundió por todos los canales de aire en 2001. “La convocatoria fue un éxito”, destacó Merlo Flores. Respondieron 2860 chicos, frente a no más de un millar en Italia, 300 en Canadá y 100 en Uruguay, por ejemplo. “De aquel total, en Argentina se seleccionó una muestra de 400 respuestas, teniendo en cuenta la representatividad de las diferentes regiones socio-culturales-geográficas. Se descartaron aquellas en las que era evidente la intervención de un adulto en su realización. Consideramos nada más las que mandaron los chicos espontáneamente”, explicó la investigadora. El material fue analizado por un equipo interdisciplinario de cuatro psicólogos, tres sociólogos, un comunicador social y un cientista político. Los resultados estuvieron listos este año y recién hoy se difunden en el país.
Igualdad de oportunidades
Al comparar las respuestas de los chicos argentinos con las de los uruguayos y los chilenos, surgen rasgos particulares. Los argentinos piden películas de terror más que en los otros dos países y son los únicos que hablan de querer más violencia. “Hay que aclarar que detestan la violencia presente en los noticieros. Les disgustan la tristeza, la amenaza y la inquietud que les suscitan ese tipo de programas dado que se refieren a aquello que efectivamente está sucediendo en el mundo real, no ya de la fantasía”, señala el informe. Tienen, además, menor capacidad de crítica y mayor compromiso afectivo con la TV. “Los uruguayos, en cambio, aparecen como más racionales, críticos y menos inclinados a la fantasía que los niños argentinos y chilenos”, precisa el estudio.
“Se calcula que los chicos de 6 a 13 años ven un promedio de cuatro horas diarias de televisión en Argentina, 3 horas y media en Uruguay y 3 horas y 7 minutos en Chile”, indicó Merlo Flores. De los tres, Argentina es el país con mayor penetración de TV por cable, con 73 por ciento de hogares, contra 34 por ciento en Chile y 43 por ciento en Uruguay. Aquel porcentaje lo ubica tercero en el continente, después de Estados Unidos y Canadá. En el 98 por ciento de las casas hay TV, una proporción similar que en Chile y sensiblemente mayor que en Uruguay, donde sólo tienen el 88 por ciento.
“Tanto en Argentina como en Chile y en Uruguay, los chicos ven a la TV como un vehículo de democratización, como la posibilidad de igualdad de oportunidades y lo piden claramente”, indicó Merlo Flores. Los chicos de niveles más carenciados o los que viven en las zonas de frontera piden programas que los capaciten en temas que los puedan ayudar a trabajar, como aprender inglés, tejer, arreglar jardines. Un nene escribió: “Quiero que todos los niños, especialmente los más pobres, puedan ver todos lo canales”. Otro le pidió a la pantalla chica que “nos enseñes mucho, que nos des la educación necesaria para el futuro, especialmente para aquellos niños que no tienen posibilidades”.

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El estudio encontró que los chicos son expertos en televisión.
Para ellos es “alguien” que los acompaña cuando se sienten solos.
 
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