SOCIEDAD › EL TIEMPO FRENTE AL APARATO, SEGUN EL COMFER

Más horas que en la escuela

Por M. C.

Poco más de la mitad de los chicos de 9 a 12 años mira entre cuatro y seis horas diarias de televisión. La exposición aumenta a medida que se incrementa la edad y empeora el nivel de ingresos de la familia. Sin embargo, el factor que más determina el tiempo que los prepúberes pasan frente a la pantalla tiene que ver con que los padres le impongan un límite de horas de tevé. Son resultados de una encuesta encargada por el Comfer.
Según el trabajo exploratorio, los chicos de 11 años son los que miran más tele: casi el 70 por ciento pasa más de cuatro horas del día frente a la pantalla. “Los datos son impresionantes, es muchísimo, pero no diría que es una situación alarmante”, consideró Gustavo López, ex interventor del Comfer y actual subsecretario de Gestión e Industrias Culturales del gobierno porteño. En cambio, sólo el 27 por ciento de los de 9 años, el 50 por ciento de los de 10 y casi el 60 por ciento de los de 12 dedican tanto tiempo a la TV. Si se analiza por sexos, parece existir una mayor propensión a la sobreexposición entre las mujeres: 59 por ciento de ellas, contra 47 por ciento de ellos, consume entre cuatro y seis horas. Y son más los chicos de nivel socioeconómico bajo que ven esa cantidad de horas que los de sectores medio-alto: 57 por ciento contra 45 por ciento, respectivamente.
“Pero el factor que influye con mayor preponderancia en el tiempo de exposición es un factor cultural, una norma que existe o no en cada núcleo familiar: la existencia de un límite de tiempo asignado a la actividad televisiva”, señala el estudio. Mientras que en los hogares donde no hay límite explícito, siete de cada 10 chicos ve más de 4 horas diarias, en las casa donde lo hay, sólo uno de cada 10 supera esa cantidad. En principio, en la encuesta aparece una clara relación entre nivel socioeconómico e imposición de límites. Los papás de sectores más carenciados tienden a poner menos restricciones horarias: sólo un 38 por ciento lo pone, frente a un 46 por ciento de los padres de niveles medioalto.
En principio, el efecto del límite paterno es casi absoluto. Sólo 3 de cada 10 “liberados” se autorrestringen a menos de dos horas diarias. “Si la decisión de ver un tiempo razonable, menos de dos horas, se basa en una decisión propia, puede ser debido a la existencia de alternativas de entretenimiento en el hogar que sustraigan al niño de la TV”, precisa el informe. Y la gran alternativa a la TV es la computadora. Los “liberados de límite” que se autorrestringen a sólo dos horas lo hacen en un 72 por ciento porque tienen computadora en casa. Visto desde otra perspectiva, un 40 por ciento de los que tiene computadora sólo ve dos horas, aunque esté libre de límites paternos.
La encuesta fue realizada por el consultor Eduardo Lauzán en 2001, durante la gestión en el Comfer de Gustavo López, pero nunca se difundió. “Si los pibes están más tiempo frente a la TV que en la escuela, estas estadísticas nos deben ayudar a pensar en políticas públicas, políticas de Estado en la materia. Y no sólo en mejorar la calidad de los contenidos de la TV, que por cierto siempre es bienvenida y necesaria, sino que también se debe trabajar sobre esta realidad y aprovechar la herramienta televisiva para mejorar y no empeorar la condición cultural de los niños”, opinó López en declaraciones a Página/12. “Se deben proponer proyectos que potencien la creación, coordinar con el sistema educativo acciones conjuntas a través del sistema de medios públicos, ayudar a producir contenidos regionales o específicos para distintos sectores sociales en situación de riesgo y otra serie de medidas para que, mientras no cambien determinadas condiciones sociales o familiares, la televisión y la radio jueguen un rol activo en el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos”, agregó el funcionario.

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