EL PAíS › LAS DIVERSAS REALIDADES DE LOS GOBIERNOS INVITADOS

Luces y sombras de la Cumbre Progresista

 Por Marcelo Justo

La cumbre de “Gobiernos Progresistas” que se inicia hoy en las afueras de Londres reúne a 14 jefes de Estado de países tan dispares como la Argentina y Canadá, Gran Bretaña y Etiopía, Alemania y Brasil, Canadá y Polonia. En medio de consignas que se parecen a slogans publicitarios, el anfitrión de la reunión, el primer ministro Tony Blair, intenta cobijar bajo el paraguas de su tercera vía al canciller alemán Gerhard Schroeder y al presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva; al socialdemócrata sueco Goran Persson y el primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi; al chileno Ricardo Lagos, el sudafricano Thabo Meki y el polaco ex comunista Lezek Miller, por nombrar sólo algunos de los diversos proyectos presentes.
Esto sin contar los invitados especiales como el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y Massimo D’Alema, el ex líder de los post-comunistas italianos. Ante tanta diversidad, muchos observadores se preguntan qué proyecto común pueden compartir un país como Etiopía, que figura en el puesto 169 del Indice de Desarrollo Humano de la ONU publicado esta semana, con el número tres de dicho ranking, Suecia, o el decimotercero, Gran Bretaña.
En la conferencia preparatoria de los “gobiernos progresistas”, que tuvo lugar durante el fin de semana, se procuró trabajar en un temario común definido bajo los principios generales de una suerte de socialdemocracia que acepta el capitalismo, pero promueve una agenda social que lime sus aristas más filosas. Este temario común abarca la transformación del Estado de bienestar, la renovación de los servicios públicos, una nueva definición de derechos y responsabilidades ciudadanos, la reforma de las corporaciones empresarias, nuevas instituciones internacionales, migración e integración social, y ciencia, tecnología y riesgo.
El temario tiene un marcado sabor eurocéntrico. En la página de Internet que se dedica a la conferencia se define la posición de la tercera vía sobre las instituciones internacionales centrándola en la lucha antiterrorista. “A partir del 11 de septiembre las cosas han cambiado. Queremos aunar esfuerzos para asegurar que Europa tiene una influencia real en los hechos internacionales y en la renovación de sus instituciones que permita lidiar con la amenaza de las armas de destrucción masiva”, especifica el capítulo sobre relaciones internacionales.
Así las cosas, la cumbre promete convertirse en una gran pasarela internacional para el desfile de conocidos políticos que procuran mejorar su imagen con una mano de tintura progresista. Este sería el caso del primer ministro Tony Blair, que procura reinventarse como progresista tras su simbiótica alianza con George Bush sobre Irak.
El economista John Kay, que dirigió esta semana uno de los seminarios de la conferencia preparatoria, coincide que el análisis se ha centrado en el funcionamiento de las economías del primer mundo. En declaraciones a Página/12, Kay puntualizó que, a pesar de esta limitación, hay elementos que pueden ser útiles. “Muchas veces se ha intentado aplicar en los países en vías de desarrollo fórmulas económicas fundamentalistas que no son ciertas siquiera en los países desarrollados. Se pone como modelo a Estados Unidos. Sin embargo, el Estados Unidos que se pone como modelo no tiene nada que ver con el de la exitosa realidad económica”, indicó Kay.

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