EL PAíS › LA REACCIóN DEL EX PRESIDENTE DE LA RúA

“El punto de partida de un complot”

Probablemente, su absolución por parte del Tribunal Oral Federal Número 3, en el marco de la causa que se le siguió por el pago de sobornos para lograr la aprobación de la reforma laboral a principios de 2000, no era una sorpresa para él. Tal vez por esa razón, el ex presidente Fernando de la Rúa salió de los tribunales de Comodoro Py, se paró frente a los periodistas y sacó un papel del bolsillo interno de su saco: “Este juicio oral demostró la verdad y dejó a mi gobierno libre de cualquier sospecha de corrupción”, leyó formalmente.

“Esta es mi declaración”, dijo cuando el enjambre de micrófonos se acomodó frente a él y continuó: “En este juicio de casi dos años y más de 300 testigos, se demostró la inexistencia de toda sospecha de corrupción para mi gobierno y puso en claro la verdad”.

En las pocas líneas que siguieron, y que llevó preparadas para analizar brevemente su absolución, el ex presidente calificó la denuncia que lo implicó en el pago de coimas a un grupo de senadores justicialistas para comprar sus votos a la ley de Reforma laboral, en abril de 2000, como “una infamia de principio a fin que de hecho no existió”, además del “punto de partida de un complot político”. La evaluación coincidió con los alegatos, cuya lectura asumió él mismo durante el juicio y en los que se declaró inocente.

Por último, De la Rúa imaginó el fallo del tribunal como una reivindicación. “La absolución reivindica mi dignidad y la de mi gobierno”, concluyó antes de agradecer a sus abogados defensores, Valeria Corbacho y Ricardo Kirszembaum, a la prensa y aclarar, por último, que no realizaría más declaraciones.

De hecho, esquivó algunas pocas preguntas que le realizaron en ese mismo momento, por lo que se excusó con una fórmula a su estilo: “Ampliaré sobre determinados temas en entrevistas particulares con los medios cuando pase la tensión del momento”.

El ex presidente contó con la compañía de sus ex ministros de Obras Públicas Nicolás Gallo y de Salud Héctor Lombardo, además de su primo Eduardo de la Rúa y otros familiares. Tras oír que el TOF número 3 lo liberaba de culpa y cargo, se abrazó primero con sus abogados y al retirarse de la sala lo hizo con sus familiares.

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De la Rúa leyó su declaración.
 
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