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Bahía Blanca, una zona para los negocios turbios

La Justicia cree que en torno a esa poderosa departamental, la más rica del sur provincial, existe una “cooperativa” de comisarios dedicados al trabajo sucio. El caso de Caruso sería solo la punta del iceberg. Su jefe, también sospechado, sufrió un accidente.

 Por Horacio Cecchi

El comisario mayor Gustavo Aníbal Moral, ex jefe de la Departamental de Bahía Blanca y actual de Pergamino, no podrá salir del país por dos motivos. El primero es porque la Justicia bahiense se lo prohibió al investigarlo en una causa por enriquecimiento ilícito paralela a la del sorprendente comisario de Médanos, Juan Manuel Caruso. La segunda es que ayer, alrededor de las 10.30, mientras Moral se dirigía hacia La Plata conduciendo su Ford Escort, en el kilómetro 315 de la ruta 3, partido de Azul, chocó de frente contra una camioneta fumigadora que avanzaba por el otro carril. El accidente fue lo suficientemente grave como para que Moral fuera internado en el hospital local, y lo suficientemente leve como para que hoy, tras una tomografía computada, ordenaran su alta. ¿Cuál es el vínculo entre causa y accidente? Moral escuchaba un programa radial en el que mencionaban su caso al aire en el preciso momento en que de la otra mano avanzaba la fumigadora. Si se confirma esta hipótesis, habrá que descartar otras razones más oscuras. Según fuentes bahienses consultadas por Página/12, se sospecha de una cooperativa de comisarios dedicados a negocios turbios en la departamental más poderosa y rica de todo el sur bonaerense.
La Departamental Sur, con cabecera en Bahía Blanca, cumple dos roles simultáneos. El primero, preventivo. El segundo, estratégico: es la departamental más rica y poderosa del sur de la provincia. Su cabecera, Bahía Blanca, es un nudo de control del paso de la ruta 3 que une Mar del Plata con el sur del país. “Al que lo mandan como jefe, no lo mandan castigado. Ahí se cocinan negocios fuertes –dijo a este diario un ex comisario–. Prostitución, abigeato, tráfico de drogas, blanqueo de ganado en negro, desarmaderos.”
El caso de la parejita Iglesias-Chavarría, secuestrada y fusilada en un presunto robo de auto con olor a vendetta (Iglesias era hijo de un comisario bahiense), es un ejemplo de la historia negra de esa ciudad. Moral hizo su primera gran aparición pública al descubrirse los cuerpos de la parejita, hace dos años, ocultos en un monte próximo a Bahía Blanca. Fue el primer funcionario que llegó al lugar. Moral ya era jefe de la Departamental Sur y Juan Manuel Caruso era su secretario. Por entonces, el jefe de la Bonaerense era Eduardo Martínez y el ministro de Seguridad, Ramón Verón. Para esa época se desataba el corralito. ¿Por qué mencionarlo? Porque después de que saltó la fabulosa fortuna de un oscuro comisario de pueblo (Juan Manuel Caruso, de Médanos, con ocho mil habitantes), otra de las hipótesis es que buena parte de sus bienes, valuados en alrededor de cinco millones de pesos, surgen de dividendos obtenidos por una mesa de dinero, en la que un grupo de comisarios hacía de banca.
De todos modos, por el momento no existen pruebas concretas de los orígenes del dinero, cuestión que deberá explicar el propio comisario de apellido célebre. Pero sí existen pruebas de la fortuna: el 19 de setiembre, tras una escucha telefónica por una investigación sobre un preso VIP de Caruso y una red de desarmaderos, surgieron algunos datos. La investigación del fiscal Oscar Duizeide terminó por detectar dos enormes viviendas en Bahía Blanca, una de Caruso y otra, al lado, a nombre de su suegra Nélida Rodríguez; un caserón venido a menos donde vive el gasista Luis Aguado, autodeclarado testaferro del comisario; otra vivienda en Villa Harding Green; un chalet en Villa Ventana a nombre de Ana Mateucci, esposa de Caruso; siete lotes en el country Bosque Alto a nombre del gasista; una casa en Monte Hermoso; una chacra en Cipolletti; una Nissan 4x4; un Peugeot 206 como regalo para el hijo; una combi Asia Topic; una Renault Megane, de uso propio; varios depósitos de entre 250 mil y 400 mil dólares, a nombre de su suegra y del gasista; un paquete con una tarjeta de Caruso y 202.022 dólares en la casa de papá Oscar Pascual Caruso, jubilado, en Lomas de Zamora. Y la caja de seguridad 45, sector 2, de lasucursal del Macro-Bansud de Bahía Blanca, con 900 mil dólares en su interior.
Esta cuenta fue el vínculo que involucró al comisario mayor Moral, ex jefe y amigo del yerno de la enriquecida jubilada Nélida Rodríguez. Moral apareció en uno de los videos de seguridad bancaria, el 1º de setiembre pasado, abriendo la caja 45, sector 2. “Los testimonios de empleados bancarios sostienen que era un trámite habitual –dijo Duizeide a Página/12–. En el contrato de locación de la caja no figura autorización de la dueña para un tercero. Queremos saber por qué el comisario Moral abría esa caja y qué relación tiene con Caruso.”
Moral fue jefe de la 5ª y la 2ª de Bahía Blanca. Luego jefe de la Departamental Sur. Allí trabó amistad con Caruso, que según algunos ofició de tesorero de la cooperativa. Cayó Verón y Moral cayó en desgracia y fue congelado en La Plata. Hasta que decidieron blanquearlo en Pergamino. Algunos investigadores analizan la teoría del iceberg: sólo se ve la séptima parte. En esta teoría, Caruso estaría en la punta y Moral en la zona sumergida. El resto debe estar inquieto: con un cantante en la orga vaya y pase.

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El comisario Caruso está sospechado de poseer cuentas bancarias y propiedades a granel.
 
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