EL PAíS › TENSIONES ENTRE CARRIO Y LOS DIPUTADOS DEL PARTIDO

La rebelión en la granja del ARI

El punto de quiebre es la relación con Kirchner. Carrió quiere mantener la distancia y la identidad propia frente a la tentadora “transversalidad”. Pero muchos de sus caciques disienten y quieren otro rol para el partido. El fantasma del PI y el rol de Chacho.

 Por José Natanson

“No quiero seguir saliendo sola a marcar la posición del partido. Yo estoy segura de mis convicciones, pero necesito que me acompañen.” Tres semanas atrás, Elisa Carrió abrió con estas palabras una reunión con los diputados de su partido, a los que les pidió más apoyo en su decisión de sostener públicamente la autonomía total respecto del Gobierno. En aquel momento, fue Rafael “Balito” Romá quien se animó a discutir la posición política de la chaqueña. Sin embargo, ni la reunión fue un episodio aislado ni Romá está solo: otros legisladores, como José Vitar y Mario Cafiero, cuestionan con diferentes tonos la línea de pescindencia y oposición declarada por Carrió.
El encuentro se produjo en el departamento de la chaqueña en Barrio Norte. Fue un lunes y empezó tarde, porque Carrió venía de una actividad partidaria del ARI Capital. Mientras picaban algo, los diputados del ARI –estaban casi todos– escucharon el mensaje central: Carrió se quejaba de la falta de acompañamiento público que generó la decisión de declarar la independencia del ARI respecto del nuevo gobierno. “Necesito saber si el ARI se banca decir la verdad, aun en este momento, que obviamente no es el más oportuno para porque nadie quiere escuchar críticas”, señaló.
La postura fue fijada hace cuatro meses cuando, luego de un breve período de cautela, la líder del ARI aseguró a Página/12 no sólo que su partido no participaría de la nueva gestión, sino que se consolidaría como principal espacio de oposición. Carrió habló de “hegemonía” y objetó el esquema de alianzas de Kirchner. Más tarde, a pesar de que coincidió en apoyar a Aníbal Ibarra en su disputa con Mauricio Macri, Carrió cuestionó el proyecto de Presupuesto, la ratificación de Roberto Bendini al frente del Ejército y la relación del Gobierno con los medios.
En la reunión en el departamento de Carrió, la respuesta corrió por cuenta de Romá, que mencionó algunos de los ejes positivos de la gestión Kirchner y objetó la radicalidad de la posición de la chaqueña. “Ninguno de nosotros se plantea volver al PJ, pero tampoco podemos caer en el antiperonismo”, aseguró Balito. Ex vicegobernador bonaerense, Romá fue uno de los primeros dirigentes en saltar del PJ al ARI. Tiene buena imagen y la chaqueña lo designó como coordinador del equipo de campaña y le encargó tareas bien complicadas, como el intento de normalización de la jungla en que se ha convertido el ARI porteño. Aunque tiene buena relación con Carrió, Romá discrepa en cuanto a la forma de pararse frente a Kirchner.
No es el único. Mario Cafiero también saltó del PJ al ARI. Se alejó de Carrió por diferencias en torno a la conformación de las listas de la provincia. Nunca rompió formalmente, pero se encuentra cada vez más cerca del peronismo. De hecho, en las últimas elecciones compitió con el ARI en un fallido experimento neokirchnerista encabezado por Francisco “Barba” Gutiérrez. El tucumano Vitar no perdió el diálogo con su antiguo jefe político, Carlos “Chacho” Alvarez. Reconvertido en analista político, el ex vice cuestiona las últimas decisiones de Carrió –llegó a comparar al ARI con el PI– y no ahorra halagos a Kirchner.
Graciela Ocaña es un caso aparte. Mano derecha de la chaqueña durante los últimos años, Ocaña sufrió una especie de congelamiento político luego de su decisión de bajarse de la candidatura a gobernadora por diferencias con Carrió en torno del esquema de alianzas. En general, Ocaña coincide con los planteos de Carrió, por lo que no termina de entender el vacío en el que se encuentra. Ni Romá, ni Vitar ni Ocaña son figuras menores. Aunque algunos no renovarán su mandato, se trata de los cuadros legislativos más importantes del partido, con influencia y predicamento en otros sectores del ARI. Algunos integrantes del interbloque liderado por el ARI, como Lucrecia Montegudo del PI, tienen pensado pegar el salto al “interbloque transversal” que integrarán legisladores electos como Claudio Lozano o Miguel Bonasso.
En cualquier caso, los focos de rebelión en la bancada de diputados se suman a otros núcleos de resistencia, la mayoría de los cuales se intensificaron a partir de la llegada de Kirchner al Gobierno. Hasta el momento, ninguno ha pegado un portazo, y es poco probable que ocurra: se trata más de redefinir el rol de la fuerza que de plantear alejamientos. Por otro lado, tampoco sería justo responsabilizar totalmente a Carrió: como figura casi excluyente del ARI, la chaqueña está tironeada entre la tentación de apoyar al Gobierno y la necesidad de preservar la identidad de su partido, que también es la suya.

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Carrió dijo lo suyo y escuchó críticas en una reunión privada hace tres semanas con sus diputados.
 
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