EL PAíS › PARA EL GOBIERNO, EL ACUERDO CON EL FONDO FUE MAS QUE EXITOSO

“Verán, no se claudicó en absoluto”

La senadora y primera dama Cristina Fernández de Kirchner sostuvo que el Gobierno no varió su posición. Lula y Lagos llamaron para felicitar al patagónico. El brasileño calificó al acuerdo como “extraordinario”.

 Por Fernando Cibeira

El Gobierno no hará una evaluación oficial sobre el acuerdo con el Fondo hasta que no lo haga la titular del organismo, Anne Krueger, o su vocero, Thomas Dawson, quien prometió una conferencia de prensa para hoy. Con todo, hubo lugar para aclarar que después de tanta ida y vuelta el pago de los 3100 millones de dólares no significaba una claudicación sino más bien lo contrario, que Argentina había conseguido que se respetara lo pactado con el FMI en septiembre pasado. “No se claudicó en absoluto”, sostuvo la senadora y primera dama, Cristina Fernández de Kirchner. Luego de las horas de tensión, el presidente Néstor Kir-chner se relajó con los llamados de su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Chile, Ricardo Lagos, que querían felicitarlo. Con Lula se prometieron un festejo la semana que viene cuando se reúnan en Río de Janeiro. “¿Viste que cuando trabajamos en conjunto podemos conseguir cosas importantes?”, le dijo Kirchner.
A lo largo de la negociación la comunicación del Gobierno resultó bastante tortuosa, dado que en la Rosada temían que alguna palabra de más echara a perder el acuerdo. Ayer, una vez alcanzado el consenso, en Presidencia se toparon con el problema que, como es lógico, primero debe salir el Fondo a hacer una evaluación, no sea cosa que los funcionarios argentinos digan algo de lo que después tengan que arrepentirse.
Pero a Cristina Kirchner la interceptaron en el Senado y habló. La primera dama se preocupó de aclarar que el Gobierno no había bajado sus banderas. “Cuando se establezca muy claramente las cartas que se intercambiaron entre el Poder Ejecutivo y el FMI, se verá absolutamente que no se claudicó, que están en el marco de lo que se acordó con el FMI el año pasado”, respondió.
Más en lo teórico, Cristina analizó que las negociaciones con el Fondo estaban lejos de ser una puja ideológica, sino que se trataba de intereses económicos. “Estamos discutiendo sobre miles de millones de dólares y cuando se discute acerca de miles de millones de dólares no hay buenos ni malos, simplemente hay intereses”, sostuvo.
Aunque estaba muy lejos de donde se desarrollaron las negociaciones, en Roma, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, no quiso quedar afuera y se convirtió en la otra voz del Gobierno que salió a ponderar en público los términos del acuerdo. “No hemos variado absolutamente nada, lo que hemos hecho es llegar hasta donde podemos comprometernos y nada más”, aseguró el ministro. Y agregó: “El Presidente no ha dicho que se planta y después se retracta porque es un capricho, lo que dice es que no va a ceder en las cosas que signifiquen sucumbir a corto plazo, sólo va a hacerlo cuando tenga posibilidades de poder cumplir”.

Festejo en Río

Luego de resuelto el acuerdo, Kirchner recibió llamados de felicitación de los vecinos. Minutos después de las 18.30, Kirchner estaba en su despacho junto al ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el vocero presidencial, Miguel Núñez, esperando que comenzara el acto para presentar el acuerdo con las tabacaleras, cuando se comunicó Lula. Lo quería saludar por lo que calificó “un acuerdo extraordinario”.
Un poco antes, cuando lo habían consultado en Brasilia, el canciller Celso Amorim había contestado con un “obviamente que estamos contentos” a una consulta sobre la resolución de las negociaciones argentinas.
En el diálogo que duró una media hora, Kirchner le detalló a Lula los vaivenes de los últimos días hasta llegar al acuerdo. Lavagna le pidió que le mande su agradecimiento a los funcionarios brasileños que más trabajaron en los últimos días a favor de Argentina: el jefe de Gabinete, José Dirceu; el ministro de Economía, Antonio Palocci, y el asesor presidencial, Marco Aurelio García.
“¿Viste que cuando trabajamos en conjunto podemos conseguir cosas importantes?”, le remarcó Kirchner a Lula, en referencia a lo que conversaron recientemente en Venezuela sobre negociar en forma conjunta con los organismos internacionales. Lula coló la situación argentina con todos los líderes del G-7 con los que conversó en los últimos días, empezando por el norteamericano George Bush.
Los alcances de ese acuerdo que resultaría histórico entre Brasil y Argentina –por ahora bastante nebuloso– comenzarán a ser delineados el martes próximo en una cumbre en Río de Janeiro. Lula le preguntó a Kirchner si llevaría a Cristina porque su esposa, Marisa, la quería ver. “Sí, va a ir”, le respondió.
Lo que quedó en claro en la evaluación que hacían los funcionarios del Gobierno era que estas negociaciones con el Fondo habían contribuido a fortalecer la relación, muchas veces complicada, entre Lula y Kirchner. Justamente, el último gran enojo de Kirchner con Lula fue cuando el brasileño no lo llamó para solidarizarse en el durísimo tire y afloje que precedió al actual acuerdo.
Después de Lula, también llamó Lagos. El diálogo fue en la misma línea pero más breve. El chileno lo felicitó por el acuerdo y le reiteró su respaldo total a la posición argentina ante los organismos.

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Luiz Inácio Lula da Silva llamó para felicitar. Estuvo hablando media hora con Néstor Kirchner.
 
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