EL PAíS › FERNANDEZ DISPARA, GIANNETTASIO ATAJA, MENEM SE CUELA

Un cruce de chicanas fuertes

Los efectos del apretón de manos y de las sonrisas para las fotos, que enmarcaron el encuentro entre el presidente Néstor Kirchner y el gobernador bonaerense Felipe Solá, parecen no alcanzar para desandar la escalada verbal entre el gobierno nacional y el provincial. Ayer la disputa continuó por los medios de comunicación. “El ya fue”, dijo el ministro del Interior, Aníbal Fernández, hablando de Eduardo Duhalde. Para que no quedaran dudas, cerró su idea diciendo que “hoy hay un hombre nuevo en el poder y ese hombre tiene su impronta y nadie le puede decir que lleve la impronta de otro y por eso se está llevando a cabo el cambio de la Argentina”. Desde la vereda bonaerense, la vicegobernadora Graciela Giannettasio respondió que “las diferencias entre Kirchner y Duhalde ya tendrían que haber terminado porque no le hacen bien al país”. Eso sí, se mostró condescendiente con la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner sea candidata bonaerense. “Tenemos que ver las encuestas”, dijo. Como dirían la viejas series televisivas: Continuará...
El día después a la reunión en la Rosada dejó en evidencia que aunque lo que estaba en discusión era el régimen de coparticipación federal de impuestos, la pelea es más grande. La historia vuelve a repetirse y como en otros momentos del pasado, dos viejos aliados en la interna del peronismo se convierten en enemigos íntimos. No se trata solamente de plata, aunque por sí solo eso no sea poca cosa.
“No lo digo yo, el propio Duhalde dice que no participa más en política”, fue la más dura de las definiciones del bonaerense Fernández. Algo que a todas luces sonó como una chicana, ya que ni el quilmeño ni el propio Kirchner desconocen el peso del ex presidente dentro de la camada de dirigentes provinciales. También se encolumnó con su par en el gabinete el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y continuó con sus críticas al mandamás del duhaldismo por las opiniones que éste había dado al hablar de la política de derechos humanos del gobierno nacional. “Argentina tiene un solo concepto de derechos humanos y es el derecho humano para el ciento por ciento de los argentinos.” Aquí enumeró el descenso de los índices de pobreza y desocupación. El empleo del término “el hombre nuevo”, al hablar de Kirchner, también tuvo su origen en una antigua definición de Duhalde. El ministro del Interior recordó que en el 2003, cuando el caudillo bonaerense desistió de ser candidato a Presidente, le había dicho “hay que buscar al hombre nuevo para producir el cambio”. Giannettasio intentó mostrar a Duhalde como un dirigente alejado de la denominada “vieja política”, incluso intentó presentarlo como un estadista y lo parangonó con Felipe González, el líder del Partido Socialista Obrero Español.
Desde Chile, aprovechando que no le preguntaron por su situación judicial, el riojano Carlos Menem intentó sacar un rédito de la ocasión. “Felipe Solá, como el resto de los mandatarios provinciales reclaman lo que les corresponde”, dijo. También reclamó buen trato y siguió desmintiendo que no había dicho “que Kirchner no terminaba su mandato”. El tema de fondo no es la interna peronista sino la coparticipación. Así lo dejó en claro el economista y diputado de la CTA, Claudio Lozano. “Llevan una disputa más ligada a una discusión de poder, algo que no resuelve los problemas de la sociedad.” Algo similar dijo el neuquino Jorge Sobisch, que pidió que “las internas y pujas políticas dentro del PJ queden fuera del debate de la coparticipación”.

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