EL PAíS › ANOCHE NO ESTABA CONFIRMADA LA REUNION ENTRE EL GOBIERNO Y SOLA

Una agenda dependiente de la gripe

Se iba a concretar ayer, pero, según adujeron de ambos lados, el gobernador y el jefe de Gabinete estaban engripados. Kirchner recibió a Sobisch y cerró la ronda con todos los mandatarios.

Felipe Solá intentará allanar hoy el camino para alcanzar un acuerdo económico con la Nación, un objetivo nada fácil si se tiene en cuenta la tensa reunión que mantuvo el último viernes con Néstor Kirchner. El gobernador de la provincia de Buenos Aires tenía previsto desembarcar ayer en la Casa Rosada, pero un fuerte estado gripal lo obligó en principio a postergar un día la cita, ya que oficialmente aún nadie confirmó el encuentro.
Solá volverá a reclamar, entre otras cosas, el giro de 300 millones de pesos para la caja previsional bonaerense. El monto está presupuestado, pero la Nación asegura que es no significa necesariamente que se tenga que adjudicar. En cambio, el gobernador desistirá de reclamar un aumento de los montos coparticipables. El Presidente y su jefe de Gabinete, Alberto Fernández, le pidieron explícitamente el viernes que no insistiera sobre ese tema.
Solá tenía pensado reunirse hoy con Fernández. Los dos adujeron un estado gripal. Para los conspirativos: el jefe de Gabinete igualmente se apareció por la tarde en la Rosada para participar de la cumbre con el neuquino Jorge Sobisch, y cerrar así la ronda de consultas de gobernadores.
Allegados al gobernador no quisieron herir susceptibilidades. “Hablaron los dos: los dos se avisaron de que estaban engripados y sabíamos que Alberto sí iba a participar de otras actividades”, relató la fuente consultada, quien sintetizó la situación con una figura automovilística: “Pusimos el marcador en cero de nuevo”.
Sobisch, con Solá y el salteño Juan Carlos Romero, son los tres mandatarios provinciales que se oponen a la Ley de Coparticipación oficial. “Queremos tener la seguridad de que el reparto será equitativo y que no dependerá de nada más que de la ley. Pretendemos que los fondos no estén en manos de la buena voluntad de algún ministro, y tenemos predisposición a encontrar soluciones”, remarcó ayer el gobernador neuquino apenas culminó el encuentro con Kirchner.
Sobisch aclaró, sin embargo, que está dispuesto a consensuar posiciones si el gobierno nacional aporta fondos para las obras del ferrocarril trasandino y de la represa hidroeléctrica Chihuidos II. El propio Fernández destacó los términos de la reunión, aunque admitió que “será difícil” para el Ejecutivo nacional “convencer” al gobernador neuquino.
Las diferencias, más que por los temas específicos en sí, aparecen en el horizonte por la puja política con Sobisch, quien después de Carlos Menem es el único político en lanzar su candidatura a presidente para el 2007. Todo un adelantado.
La pulseada política parece indefectiblemente atravesar todas las negociaciones por la coparticipación. De hecho, aún persisten los chispazos por la irrupción de Eduardo Duhalde en escena, cuya anunciada cumbre con Kirchner aparece como improbable.
Pese a ello, Aníbal Fernández bajó ayer un decibel el tono de sus dichos y admitió que el ex presidente tiene derecho a reclamar por una provincia que gobernó durante ocho años. La semana pasada, el ministro del Interior había dicho que Duhalde era un “jarrón chino en una casa chica, porque donde lo ponen molesta”, lo que generó furia entre algunos bonaerenses, ya que Fernández fue un funcionario todoterreno de la administración duhaldista.
Más allá de lo que ocurre en superficie, ayer en el entorno del ex presidente evaluaban la mejor manera de recomponer las relaciones con la Casa Rosada, no sólo deterioradas tras las duras declaraciones de Kirchner (había dicho “¿quién es Duhalde para decir quién tiene la verdad?) sino también por la ya decisión tomada de lanzar a Cristina Kirchner como candidata a legisladora bonaerense sin consulta previa a los caudillos bonaerenses.
Justamente sobre este tema abundaron anoche el Presidente y un grupo de intendentes que le están mostrando fidelidad, como Hugo Curto (Tres de Febrero), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Rubén Pereyra (Florencio Varela), entre otros.

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El presidente Kirchner recibió al gobernador neuquino Jorge Sobisch. No se pusieron de acuerdo.
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