EL PAíS › TESTIMONIO DE UN ARREPENTIDO QUE PAGO COIMAS EN EL CASO THALES

El financista suizo de Carlos Menem

Se trata de Lionel Quedot. Dijo haber girado unos 25 millones de dólares a cuentas bancarias que podrían ser de funcionarios menemistas, según supone la OA, que presentó la denuncia.

 Por Adriana Meyer

La Oficina Anticorrupción (OA) presentó a la Justicia el testimonio de un ciudadano suizo que participó en la maniobra de presunto reparto de sobornos por parte de la empresa Thales Spectrum durante el gobierno de Carlos Menem y que aseguró que el empresario Jorge Neuss le presentó al ex presidente en París. Además, aportó los números de cuentas a los que giró dinero: dos envíos de 10 millones de dólares en 1998 y 1999, y transferencias mensuales por 135 mil dólares. “Esto es importante porque por fin tenemos datos precisos que comprueban las versiones periodísticas”, comentó el fiscal Daniel Morín, a cargo de la OA, quien contactó al testigo cuando viajó a Suiza, en abril. “Y es un impulso fundamental a la causa porque ahora, si el juez trabaja bien, podemos llegar a los nombres de los ex funcionarios que habrían cobrado las coimas”, agregó. Las esenciales nuevas pruebas fueron presentadas ayer al juez federal Jorge Urso, que lleva adelante el caso, con una serie de medidas sugeridas tales como la prohibición de salida del país para Neuss.
Durante el mundial de fútbol de 1998, Lionel Quedot, el operador suizo de transferencias ahora convertido en testigo, fue invitado a una cena en el Museo de Louvre en París a la cual asistieron Menem y Neuss. Este empresario, de vínculos estrechos con el menemismo y compañero de golf del ex presidente, le presentó allí a Quedot a Menem y a otras personas que ocupaban altos cargos en Thales.
Neuss era miembro del directorio de esa empresa que en 1997 ganó la concesión del control del espacio radioeléctrico. En febrero, el gobierno de Kirchner anuló ese contrato y acusó a la compañía de haberle causado al Estado un perjuicio de 300 millones por incumplimientos e irregularidades.
“Quedot afirmó que aquella cena de presentación reforzó su idea de que existía un acuerdo entre Thales y el gobierno de Menem”, dice el escrito que la OA presentó ayer. Si bien Morín obtuvo esta declaración hace dos meses, la traducción oficial y la documentación probatoria llegaron recién el mes pasado por vía diplomática porque el testigo no fue interrogado, sino que aportó una declaración ante la embajada argentina en Ginebra.
En la OA no ocultaban su satisfacción por el valor de la prueba, porque ratificaría la hipótesis del pago de millonarios sobornos para la firma y continuidad del contrato entre el Estado y Thales. “Conseguimos confirmar que lo publicado por la revista Le Point –la primera en denunciar la maniobra– es cierto. Lo dice la persona que giró el dinero y entrega los números de las cuentas de destino final de las transferencias, lo cual nos evitó años de trámites”, se explayó Morín en diálogo con Página/12. Los fondos recibidos eran transferidos a “cuentas cifradas en Estados Unidos, distribuidas en cuatro bancos: Bank of New York, Citibank, la Brown Brother Harriman de Nueva York y la First Union National Bank de Filadelfia”. Así quedó descripta en la denuncia la ruta del dinero.
Según la OA, puede advertirse el rol preponderante de Neuss, gestionador de negocios del menemismo en Europa, junto a Jean Nicolas d’Ancezune y Guillaume Dehollain. “Neuss tenía interés en el resultado y la marcha de las operaciones que realizaba Thales Spectrum Argentina (TSA) y por eso intercedió para que pudieran celebrarse las operaciones financieras realizadas entre Thales y Finego –la fiduciaria del suizo Quedot–, y de esta forma se pudiese transferir a diversas cuentas el dinero correspondiente a los sobornos que se pagaron para que TSA obtuviera la concesión en cuestión”, explicó el organismo que es querellante en la causa. Con el decreto 127 de 1998 Menem aprobó la adjudicación de la gestión del espectro radioeléctrico a TSA.
Morín y sus investigadores pidieron al juez que prohibiera la salida del país de Neuss, D’Ancezune y Dehollain. Además solicitaron que se libraran exhortos a Estados Unidos y Francia pidiendo información sobre cinco cuentas bancarias. Respecto del First Union National Bank of Philadelfia, la OA requirió que se informara si algunos de los presuntos sospechosos -entre ellos Menem, Neuss y el ex secretario de Comunicaciones, Germán Kammerath– poseen cuenta allí.
Quedot, un ex mercenario internacional, contó que en 1997 fue contactado por Neuss, quien le presentó a D’Ancezune, un empleado de Thales Francia que residía en Buenos Aires. La revista francesa que originó el caso mencionó sobornos por 25 millones de dólares, y Quedot confirmó con detalles las transferencias. Su empresa Finego firmó un contrato “pantalla” con Thales por 130 mil dólares mensuales como pago de una supuesta asistencia. En realidad, se le encomendó recibir y gestionar desde Ginebra fondos de Thales transferidos a Serba, una empresa con sede en Irlanda que hasta ahora no había aparecido en el expediente.
Esas primeras operaciones son de 1997 y coinciden con la fecha de la adjudicación del contrato en beneficio de Thales. Las transferencias más importantes son de 1998, cuando se firmó el decreto de concesión. Y los movimientos de 1999 ocurrieron en medio de la reprogramación de los plazos contractuales. Según los investigadores de la OA, todo esto demostraría la continuidad del pago de los sobornos no sólo para obtener la adjudicación sino para mantener la vigencia del contrato, sobre todo cuando la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) objetó a Thales por incumplimientos.
También se pudo comprobar que Thales Holanda controlaba el 99 por ciento de Thales Argentina. Y en la filial holandesa aparece Neuss a la cabeza.

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Las pruebas presentadas por la Oficina Anticorrupción complican aún más la situación de Menem.
 
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