[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

En medio de la fuerte disputa por el control de la CGT, Susana Rueda se hizo tiempo para generar un nuevo golpe de efecto y cuestionó la representatividad de la Central de Trabajadores Argentinos. “La CTA no tiene nada que ver con la actividad gremial y sindical”, dijo. “Sería importante aclararlo, es evidente que toda su actividad responde a una posición política con pretensiones partidarias.”
La cosecretaria de la CGT unificada criticó a la central de Víctor De Gennaro por “haber afiliado a pequeñas y medianas empresas (pymes), a organizaciones piqueteras, sociales y no gubernamentales (ONG). Eso no es el movimiento obrero”, señaló. En cambio, “la CGT representa y agrupa a organizaciones sindicales de trabajadores, como ocurre en todas partes del mundo. Por eso se la reconoce en el orbe como la única central de los trabajadores argentinos”.
Rueda formuló estas declaraciones tras quedar fuera del Consejo del Salario que se reunió por primera vez el jueves último. Los 12 lugares que le tocaron a la CGT, que inicialmente iban a ser repartidos en partes iguales entre los tres sectores de la organización sindical (el de Hugo Moyano, el de José Luis Lingeri y el de la propia Rueda) fueron finalmente divididos en cuatro, para hacerle lugar a Luis Barrionuevo, por lo que la mujer pegó el portazo. Aunque las leyes vigente sólo reconocen la personería de la CGT, en el Consejo también la CTA consiguió tener representación.
Las declaraciones de la sindicalista de la Sanidad fueron replicadas en la Central por Edgardo Depetri. “Casi un millón de trabajadores afiliados a la CTA ratifican que somos una organización de trabajadores que no hemos necesitado el permiso de la CGT para pelear diez años contra el menemismo que saqueó a la Argentina en complicidad con muchos dirigentes sindicales que hoy están a la par de Susana Rueda”, dijo el secretario de organización. “Para nosotros la pelea es contra los grandes grupos económicos y la banca acreedora, que fueron los verdaderos beneficiarios de las políticas neoliberales que se impusieron en el país.”
Depetri pidió “terminar con la esquizofrenia de los dirigentes sindicales que creen que son la única representación cuando, en realidad, no sólo existen dos centrales sindicales sino millones de trabajadores desocupados precarios e ilegales que no están afiliados a ningún lado y a quienes la CTA, por decisión política, resolvió organizar”.