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Una decisión de Bettini alejó a Rosetto de Madrid

“Me parece correcto que el Presidente haga valer el deseo delembajador”, dijo la actriz respecto de la decisión de nombrar a Alemán como agregado cultural en España. La palabra de Bayer.

 Por Diego Schurman

“Sé que Kirchner había querido favorecerme y reconocerme con la designación. Pero evidentemente tuvo que adaptarse a las necesidades coyunturales que tiene Bettini. Y me parece correcto que el Presidente haga valer el deseo del embajador.” Con esa frase, Cecilia Rosetto evitó ayer cualquier atisbo de conflicto en la decisión oficial de nombrar a Jorge Alemán como agregado cultural en España, pese a que en julio la actriz había sido designada para el mismo cargo y sólo restaba que se formalizara en los papeles.
Durante el último mes, a Rose-tto le habían llegado versiones sobre el cambio de decisión del Gobierno. Pero igualmente no dejó de sorprenderse cuando los periódicos, en el transcurso de esta semana, confirmaron a Alemán para la agregaduría.
A fin de evitar rispideces, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se comunicó el miércoles por la noche con la actriz para invitarla a participar del proyecto de Alemán a través de una suerte de “representación cultural” en Barcelona, donde reside desde 1991 y mantiene una buena relación con las autoridades locales.
Ese puesto deberá crearse ad hoc, ya que en la actualidad no existe. Y por lo tanto podría haber algún tipo de traba burocrática para financiar cualquier emprendimiento. Fernández, quien no quiere desaprovechar el vínculo de Rosetto con el presidente de Cataluña, Pasqual Maragall, y también el actual mandatario español, José Rodríguez Zapatero, le solicitó a la premiada actriz un plazo de 24 horas para seguir conversando sobre el tema.
Rosetto no quiere sumar un nuevo capítulo a la novela de la que se convirtió en protagonista involuntaria. Y de momento no ve factible la posibilidad de aceptar el ofrecimiento. “Supongo que no es viable estar en un lugar bajo las directiva de una persona si el embajador no lo desea”, señaló a Página/12 en referencia a Carlos Be- ttini, quien desde su asunción nunca negó su favoritismo por Alemán.
–Pero usted, en realidad, ya estaba trabajando.
–Es que ya me habían designado en julio. Y desde entonces yo dejé mi trabajo artístico para dedicarme a la agregaduría cultural. Esto requería exclusividad de pensamiento y de energía. No sé trabajar de otra manera. Había mucho que averiguar. Estuve trabajando mucho en Mallorca y Barcelona.
El 15 de julio, Rosetto, junto a su hija Lucía, compartieron un encuentro con Kirchner en la Casa Rosada. A esa reunión se sumó Fernández. Según la versión de la actriz, el Presidente le ofreció sin ambages la agregaduría cultural argentina en España. Según Fernández, sencillamente le pidieron que “colabore desde Barcelona” pero sin hacer mención explícita del cargo.
No hubo discusión semántica para los medios. Y menos para personalidades como Maragall, el presidente del Senado brasileño, Eduardo Suplicy, el canciller de Brasil, Celso Amorín, y la ministra de Relaciones Exteriores de Cataluña, Margarita Obiols –por nombrar sólo algunas– quienes inmediatamente marcaron el teléfono de Rosetto para felicitarla por la designación.
Las dudas comenzaron a surgir después. A principios de octubre, durante una recepción en la Embajada en España, Bettini presentó a Alemán delante de diez escritores argentinos como el nuevo agregado cultural, lo que despertó la atención de los presentes.
Uno de ellos fue Osvaldo Bayer, quien se acercó al embajador para preguntarle qué estaba sucediendo. No era para menos: el escritor recordó que semanas antes había enviado un e-mail a Rafael Bielsa felicitándolo por la nominación de Rosetto y que el secretario privado del canciller argentino le respondió agradeciéndole esa carta.
“No se trata así a Cecilia Rose-tto, quien tiene valores como mujer del arte y de la cultura. A mí me sorprendió mucho, y me sigue sorprendiendo, más porque fue una decisión del presidente de la República”, señaló Bayer a Página/12.
El 22 de octubre, para confirmar de boca del propio Kirchner lo que decía Bettini, el abogado Carlos Slepoy Prada y el actor Manuel Callau remitieron una carta a la Casa Rosada. El militante defensor de los derechos humanos, y uno de los motores del juicio por genocidio que instruye Baltasar Garzón en España, y el actual coordinador del Teatro por la Identidad, manifestaron su “preocupación” por “el retraso” del nombramiento de Rose-tto como agregada cultural. No obtuvieron respuesta. Eso era de por sí toda una respuesta.
De ahora en más, la actriz se abocará a un cúmulo de proyectos artísticos, como el documental sobre la historia de amistad entre sobrevivientes del campo de detención clandestino El Vesubio, donde se vio por última vez a Hugo Federico González, su marido, desaparecido desde agosto de 1976.
A esa decisión de seguir adelante con sus iniciativas, agrega otra: la de respaldar a Kirchner, más allá de los acontecimientos que la involucraron. “Reitero mi absoluta adhesión al Presidente y la emoción que nos han causado las medidas por él adoptadas a quienes durante tanto tiempo luchamos por los derechos humanos. Tengo la certeza de que este inconveniente –concluyó ante este diario– no distanciará nuestro mutuo respeto y admiración.”

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Carlos Bettini, embajador argentino en España, designó al psicoanalista Jorge Alemán como agregado.
Pero meses atrás, Alberto Fernández había anunciado que Cecilia Rosetto ocuparía ese cargo.
 
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