EL PAíS › EL REEMPLAZANTE PARA DE MENDIGUREN SIGUE SIENDO UNA INCOGNITA

Recesión hasta para producir ministros

 Por Cledis Candelaresi

Quién reemplazará a José Ignacio de Mendiguren al frente del Ministerio de la Producción era hasta anoche una incógnita que varios empresarios intentaban despejar con ansias. Después que ejecutivos o accionistas definidos como “de primera línea” rechazaran el convite duhaldista de integrarse al Gobierno, talló más fuerte el nombre del dirigente siderúrgico y actual secretario de Industria, Carlos Leone, quien, con muchas ganas de afrontar el desafío, desde esa dependencia pública esbozó lo que podría considerarse un plan ministerial.
“Todo depende de cómo piense Duhalde reorganizar Producción”, relativizaba Leone ante este diario. Aunque el actual funcionario no lo aclaró, en el Gobierno existe un debate aún no clausurado acerca de si sostener esa cartera con la estructura actual o si subsumirla a Economía.
Naturalmente, a los empresarios con cierta llegada a los despachos oficiales les interesa que conserve el rango ministerial. En este caso, quien ocupe el máximo cargo tiene un rol político y no sólo técnico, lo que le da más injerencia en las grandes decisiones oficiales.
Apenas De Mendiguren resolvió dejar ese puesto, desde la Unión Industrial Argentina comenzaron a sugerirse algunos nombres. Entre ellos, el del propio Leone, así como el del actual secretario de Defensa de la Competencia, Pablo Challú. Este está identificado desde las propias huestes patronales como un lobbista incondicional de los laboratorios nacionales, poco proclive a asumir un compromiso más global. Aquél es el hombre del sector siderúrgico y por ello su postulación tiene el empuje de Techint, entre otras empresas.
El ex ejecutivo de Acíndar es bien considerado también por los técnicos del justicialismo, que le reconocen formación para un puesto de responsabilidad. Tal vez con este respaldo, Leone trabajó desde Industria –órbita de Producción– en un menú de propuestas para auxiliar a las empresas sobre las siguientes ideas fuerza:
u Ampliar el pago para pagar retenciones a las exportaciones, que hoy deben liquidarse sólo cinco días después que fueron despachados los productos hacia el exterior.
u Generar capital de trabajo para algunas empresas con fondos que hoy recaudan otras, que disponen de gran liquidez (por ejemplo, las concesionarias de peaje).
u Crear un mecanismo que permita volcar de inmediato a la economía los 250 millones mensuales que recaudan las AFJP.
Según anhelaba Duhalde, el hombre para comandar Producción era Oscar Vicente, con quien construyó una relación muy sólida desde su campaña presidencial, en 1999. Pero ni ésta ni ninguna otra figura destacada del mundo empresarial aceptó la propuesta presidencial de resignar las prerrogativas de la actividad privada y comprometerse con la gestión pública de un Gobierno al que no le ven horizonte ni destino cierto.
Quienes tuvieron contacto con el primer mandatario en los últimos días coinciden en que está agobiado por las presiones contrapuestas y debilitado por las marchas y contramarchas que genera su propio trastabillante Gobierno.

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