EL PAíS › EL PARO DE PILOTOS Y MECANICOS SIGUE A PESAR DE LAS AMENAZAS

Los aviones siguen pegados a tierra

Ayer fracasaron las negociaciones entre los gremios, Aerolíneas, Austral y Trabajo. Ratificaron la continuidad de medidas de fuerza.

 Por Laura Vales

Hoy tampoco habrá vuelos de Aerolíneas Argentinas y estarán restringidos los de Austral por el reclamo de un aumento de salarios del personal técnico de ambas firmas y los pilotos de la primera. El conflicto que paraliza los servicios nacionales e internacionales entrará así en su tercer día, luego de que ayer fracasaran las negociaciones en el Ministerio de Trabajo. Aunque los sindicatos que ratificaron la continuidad de la huelga se cuidaron de usar la expresión “por tiempo indeterminado”, la situación es ésa, ya que anunciaron que no volverán a la actividad hasta que las firmas les otorguen el aumento. Ante la decisión de los gremios de no acatar la conciliación obligatoria, Trabajo les inició sumarios con la advertencia de que podría castigarlos con multas millonarias.
En el caso de los pilotos, en la cartera laboral hicieron saber que les corresponderá una sanción de dos millones 300 mil pesos, mientras que para los técnicos la amenaza de multa superaba los ocho millones. Las cifras, cuya variación está vinculada a la cantidad de personal en conflicto, se impondrían por no garantizar un piso de servicios mínimos, junto con el desconocimiento de la conciliación. Según lo estipulado por el ministerio, los servicios mínimos deben llegar al 50 por ciento para los vuelos de cabotaje y al 75 por ciento en los internacionales.
La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación de Personal Técnico (APTA) reclaman aumentos del 45 y del 75 por ciento, respectivamente, junto con la reincorporación de 11 despedidos. Los sindicatos argumentan que hace un año y medio que están negociando sin resultado y ya cumplieron todas las instancias de conciliación obligatoria que les son imponibles. Consideran que el llamado a una nueva conciliación no es legal. “Ya pasamos por todas las conciliaciones, hicimos conciliaciones voluntarias e incluso aceptamos períodos de paz social”, declaró Jorge Pérez Tamayo, presidente de APLA.
Los pilotos sostienen el pedido de una recomposición del 45 por ciento “por la inflación acumulada desde el 2001 hasta hoy, período en el cual Aerolíneas no otorgó ninguna mejora salvo los 200 pesos dados desde el gobierno por decreto”. La suya es una de las funciones con mayores sueldos de la actividad. Un copiloto cobra dos mil trescientos pesos y un comandante con la mayor antigüedad supera los cinco mil ochocientos. “Pero estamos hablando de una empresa con rentabilidad, que en su último balance declara una ganancia de 94 millones. Ese balance fue impugnado por el Estado, que considera que Aerolíneas ganó más. El aumento que pedimos representa entre 6 y 7 millones por año”, sostuvo Pérez Tamayo. “Por otra parte, en la balanza se debe poner nuestra formación; un copiloto es un profesional que estudia durante nueve años y que todos los años rinde seis exámenes para poder volar.”
El personal técnico, por su parte, pide una mejora del 75 por ciento para llevar el sueldo mínimo del sector a 1300 pesos. “Un técnico que despacha un avión hoy está cobrando 760 pesos, no tiene aumentos desde hace 10 años”, sostuvo Juan Papalardo, secretario adjunto de APTA.
La empresa les ha ofrecido 400 pesos no retributivos a los pilotos y 300 no retributivos a los técnicos, según detalló el gerente de Relaciones Institucionales de Aerolíneas, Julio Scaramella. El monto fue considerado insuficiente por APLA y APTA. Según los números de los dirigentes, la oferta empresaria es “de sólo el 1,7 por ciento”. “En España, ni se les ocurriría actuar como lo están haciendo acá”, definió Papalardo.
El conflicto convirtió al Aeroparque Metropolitano en una zona casi sin movimientos. Ayer no despegó ningún vuelo de Aerolíneas. La firma decidió cancelar sus salidas “porque había más de tres mil pasajeros varados en el aeroparque”, y decidió también suspender todas las salidas de hoy “por lo menos hasta el mediodía”. En Austral, afectada sólo por la huelga de los técnicos, pocos aviones pudieron cumplir con el servicio. Los pasajeros debieron optar por devolver su boleto (en cuyo caso les fue reintegrado el dinero) o reprogramar su viaje. A las personas de otras ciudades que no pudieron volver a su casa Aerolíneas les pagó el hotel y los traslados. Ese fue el caso de Roque Ayala, un tucumano que ayer debía regresar a su provincia y se encontró con el paro. “Voy a tratar de subirme a un avión de Austral que mañana sale a Salta. Ahora están tratando de conseguirme hotel”, contó en el hall del aeroparque.
Las negociaciones están siendo muy duras. El miércoles, Aerolíneas envió a los trabajadores en paro un centenar de telegramas intimándolos a volver al servicio bajo apercibimiento de despido. Ayer los retiró, luego de una intervención del Ministerio que pidió un gesto de buena voluntad para distender la situación. El propio Ministerio eligió luego la vía de las posibles multas a los gremios como mecanismo de presión. Para los sindicatos, el piso de servicios mínimos exigido es tan alto (50 por ciento de vuelos nacionales y 75 por ciento de internacionales) que convertiría al paro en una acción sin efectos.

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El Aeroparque fue un infierno: Aerolíneas suprimió los vuelos y Austral voló con demoras.
 
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