EL PAíS › ADOLFO URIONA DIO MISA Y FUE RESPALDADO POR SUS FIELES EN AÑATUYA

Ovación al obispo en la Catedral

Después de la denuncia y detención por el supuesto abuso deshonesto a una joven en un ómnibus, el obispo de Añatuya decidió presentarse en la misa dominical. La catedral quedó repleta. Uriona repitió que es “inocente” y dijo que fue víctima de “un agravio”.

A las diez de la mañana, el obispo Adolfo Uriona salió a dar su misa dominical como de costumbre. La catedral de Aña-tuya estaba repleta. Sus 400 espacios libres no alcanzaron para contener a los pobladores que esperaron de pie, en los pasillos y hasta afuera para manifestar un gesto de apoyo al obispo. Lloraron y lo vivaron con poderosos aplausos después de la homilía. Uriona tomó la decisión de presentarse ante su gente unas horas antes de la celebración, después de una consulta a su círculo más estrecho de colaboradores y al nuncio apostólico Adriano Bernardini. “Sintió que necesitaba el contacto cara a cara con la gente cuanto antes, frente a una calumnia como ésta”, señaló al final del día Hernán González Cazón, vicario de la diócesis. El obispo hoy se presentará ante la Justicia cordobesa para declarar por la acusación de haber manoseado a una joven.

Distinto a lo que sucedió con Juan Carlos Maccarone, a quien el escándalo sexual lo alejó rápidamente de las luces de Santiago del Estero, Uriona decidió presentarse ante todos. A las diez de la mañana presidió la celebración de la misa de los domingos como lo hacía habitualmente. Y aun después del escándalo, la gente no se escapó. Estuvo allí para recibirlo. Hubo fieles adentro, afuera; sentados, de pie.

Durante la homilía, el obispo dijo centralmente lo que había dicho en un mensaje destinado a los feligreses de la diócesis de Añatuya, difundido un día antes desde la Catedral: “Estoy profundamente en paz con mi conciencia y Dios es testigo de ello”. El mensaje de ayer avanzó en esa línea. El obispo aprovechó un texto evangélico de Job sobre el sufrimiento y las tentaciones para presentar lo sucedido: “Yo esta semana he tenido esta experiencia del encuentro con el misterio de la iniquidad”, dijo en alusión al episodio del ómnibus y la denuncia de abuso que pesa en su contra. Luego de ello, explicó que aún no está seguro de por qué ocurrió lo que ocurrió con la denuncia. En el Obispado aún discuten si fue producto del comportamiento de tipo histérico de una pasajera o consecuencia de un complot por su trabajo con los campesinos sin tierra de Santiago o de su compromiso con los pobres.

“Todavía no sabe por qué le pasó esto –explicó anoche González Cazón–. ¿Por qué le tocó esto, sin comerla ni beberla, como quien dice. Uno no sabe a qué atenerse. Acá hay cosas muy turbias, desde el hecho de que se tomó lo que sucedió como una denuncia real cuando si usted se fija el contenido, la denuncia no dice nada”. El padre González Cazón, como el propio Uriona y los curas de los alrededores siguen paso a paso las informaciones de prensa para saber el contenido de una causa que, aseguran, es una “calumnia”. Discuten con énfasis la veracidad de la declaración de la víctima que trascendió en los medios. Según los curas, la declaración es falsa y aún esperan conocer el nombre de la víctima.

En la homilía, el obispo no mencionó directamente estos puntos pero les pidió a los suyos una y otra vez que, frente a los “agravios”, “no me dejen solo: ayúdenme para que no me caiga”. Lo dijo en la homilía, pero se los recordó en el final. En uno y otro momento fue aplaudido por quienes estuvieron ahí. “Fue muy emotivo”, dijo ayer el padre González Cazón. “Era su primer contacto con la gente, pero era un contacto que creímos necesario.”

Uriona tomó la decisión apenas un día antes con un círculo de sus sacerdotes amigos y más cercanos. El obispo está al frente de la diócesis de Añatuya tras el desplazamiento de su predecesor, Antonio Baseotto. Desde que llegó se ha trasformado no sólo en una referente para los grupos de campesinos y asociaciones de derechos humanos locales. Especialmente en los últimos meses y tras el desplazamiento de Maccarone, se ha convertido además en uno de los referentes de muchos sacerdotes de la ex diócesis de Maccarone. “Yo por eso no descarto que haya algo turbio”, dice verborrágico, el padre González Cazón. Durante esta mañana, el obispo estará en los tribunales de Córdoba con la voluntad de declarar en la causa judicial.

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Adolfo Uriona se presentó ante sus fieles y fue respaldado.
Imagen: Gentileza El Liberal
 
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