EL PAíS › EN GUALEGUAYCHU VOLVIERON A HABLAR DE CORTES

Los asambleístas se preparan

Los ambientalistas evitarían los cortes de ruta hasta que el tribunal de La Haya dé a conocer su fallo, pero protestarán en las embajadas. Uruguay reclamará que se garantice la circulación en el puente internacional.

 Por Laura Vales

El pelo cano, en la cara las primeras pecas de la edad, Juan Veronessi podría confundirse con cualquiera de los jubilados de Gualeguaychú que los fines de semana juegan al tejo bajo los árboles de la playa. Y de hecho, lo es: un maestro jubilado, pero que no se ha retirado de la vida activa. Con su mujer, Gilda, tiene un local de artículos regionales camino al balneario más tradicional de la zona, el Ñandubaysal. También es apicultor. El martes a la noche, Veronessi fue a la reunión de la asamblea ambientalista. El teatro estaba lleno; los vecinos hacían un balance de la presentación argentina ante la Corte de La Haya. En medio del debate alguien preguntó qué va a pasar si los jueces rechazan el pedido de paralización de las plantas. A Veronessi le salió su alma de maestro: “Bueno –contestó–, si La Haya no para a las pasteras, lo vamos a tener que hacer nosotros.” Fue una intervención a título personal, pero el aplauso cerrado que siguió a sus palabras mostró el clima que se vive en la ciudad. Pasados los alegatos ante el tribunal internacional, la tensión vuelve a centrarse en ese punto de la frontera con el Uruguay en el cual Botnia construye su planta y Ence espera.

Como era de esperar, los dichos repercutieron en las radios y tomaron rápidamente dimensión política. Pimienta a la situación no le falta: en la misma asamblea, otro vecino dijo que “Gualeguaychú está estudiando medidas de acción secretas para seguir esta lucha”.

Del otro lado del teléfono, ayer Veronessi no sabía si reír o llorar por la avalancha de consultas periodísticas:

–No quisiera que hubiera confusiones: me ratifico en lo que dije. Pero lo dije en el sentido de que si tenemos que estar toda la vida luchando contra la instalación de Botnia y Ence, lo vamos a hacer. Vamos a hacer todo lo posible, pacíficamente y mientras vivamos, para que Ence y Botnia se vayan.

En la asamblea, el abogado Fabián Moreno Navarro había trazado el panorama abierto en el conflicto. Definió tres grandes posibilidades: que La Haya otorgue la cautelar y ordene paralizar las obras por el tiempo que lleve hacer un estudio de impacto ambiental acumulativo y transfronterizo; que rechace el pedido o que tome una medida intermedia, que buscara conformar a los dos países (ver aparte).

Si bien la asamblea todavía no resolvió ninguna medida, sus integrantes evalúan nuevas acciones de protesta. La opinión mayoritaria es evitar los cortes de ruta hasta que La Haya dé a conocer su dictamen, lo que sucedería recién a fines de julio. En el intermedio, vendrán a Buenos Aires para hacer nuevas movilizaciones frente a las embajadas de los países europeos, para expresar el pedido de que los bancos de ese continente no financien a Botnia y Ence.

Al menú pueden agregarse otras acciones: es posible que el embajador francés visite este fin de semana la ciudad de San José. Si lo hace, una delegación de vecinos tratará de hablar con él para hacerle este planteo. Y el 21 de julio, cuando el presidente Tabaré Vázquez viaje a Córdoba para la cumbre de presidentes del Mercosur, es seguro que se encontrará con alguna manifestación contra las papeleras.

Desde Montevideo, el gobierno uruguayo hizo saber que aprovechará la reunión del Consejo del Mercosur que mañana se realizará en Buenos Aires para reclamar garantías de que no se reanudarán los cortes en el puente Gualeguaychú-Fray Bentos.

De acuerdo con fuentes oficiales citadas por el diario Ultimas Noticias, el canciller Reinaldo Gargano viene con la intención de plantear el tema de los piquetes en el ámbito del Mercosur. “No se va a ir a agravar el conflicto, pero se va a plantear que los cortes no se pueden volver a repetir”, citó el medio.

Uruguay buscará además un pronunciamiento de Paraguay y Brasil en rechazo a la violación del derecho a la libre circulación de las personas, bienes y mercancías, establecido en el artículo 1º del Tratado de Asunción. Kirchner y Tabaré se verán la cara muy pronto, el 4 de julio, cuando participen en Caracas de los festejos por la integración de Venezuela como miembro pleno del Mercosur. Sólo un fracaso en las conversaciones que los cancilleres tendrán mañana en Buenos Aires, en las que deben acordar el documento que los cinco presidentes van a firmar en Caracas, podría hacer naufragar esa cumbre. El encuentro abre expectativas sobre la posibilidad de un acercamiento bilateral por las pasteras.

El canciller Gargano aclaró, sin embargo, que “sería apurado iniciar negociaciones antes de conocer la opinión de La Haya. Por ahora, puede haber un acercamiento entre Uruguay y Argentina pero no una negociación”, dijo ayer por la tarde, al brindar un informe ante la Cámara de Representantes.

A la misma hora, el asambleísta Veronessi se reunía en Gualeguaychú con los integrantes de la cooperativa apícola de la región para estudiar los protocolos que les exige Europa para aceptar la miel de la región. “Hoy podemos exportar, pero ¿qué cree que va pasar cuando vean que a 25 kilómetros de acá tenemos una plata contaminante como va a ser la de Botnia? Porque ni siquiera ellos niegan que van a contaminar.” La pregunta ayuda a entender los múltiples y complejos factores cruzados en este conflicto. También, a dimensionar las dificultades que deberá sortear cualquier negociación.

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