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La CTA comienza a testear su capacidad electoral

Por ahora, la idea de encabezar un movimiento está en un impasse. Pero la CTA empieza a foguearse con algunas experiencias electorales en Neuquén, Misiones y Capital.

 Por Martín Piqué

Un aforismo famoso de Eduardo Galeano sostiene que la utopía, que está en el horizonte y casi siempre parece inalcanzable, sirve para caminar. La sentencia del escritor uruguayo podría describir la actualidad de la Central de Trabajadores Argentinos. Desde hace varios años, la CTA que ahora encabeza el docente Hugo Yasky viene hablando de la necesidad de construir un nuevo movimiento político, social y cultural. En los últimos congresos de afiliados, ese objetivo volvió a ser aprobado por amplia mayoría. Pero ese movimiento parece haber quedado en un impasse tras el debate interno que produjo la irrupción del kirchnerismo como fenómeno político. Sin embargo, y aunque las experiencias aún no hayan trascendido mucho a nivel nacional, en los últimos dos años la CTA compitió en varias elecciones provinciales. Los casos más recientes se dieron en Neuquén y Misiones, el próximo será en Capital. Los impulsores de estos desafíos electorales aclaran que no responden a la CTA como un conjunto (“somos algunos afiliados”, es la muletilla) y que el nuevo movimiento político del que hablan es algo nuevo por crear. De cualquier forma, con estas pruebas en la CTA se están preparando para lo que, imaginan, podría ser su nuevo perfil a partir de octubre de 2007.

En general, las tendencias surgen a partir de un caso puntual que es tomado como un ejemplo a imitar. Para la CTA esa experiencia particular fue la elección de convencionales constituyentes en Neuquén, a fines de 2005. La central decidió presentar una lista propia aprovechando la estructura sindical de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Así se formó la Unión de los Neuquinos (UNE), que designó como primer candidato a convencional al secretario general de ATE, Julio Fuentes. La CTA se oponía a los cambios que el gobernador Jorge Sobisch pretendía hacer a la Constitución provincial. “La intención de Sobisch era modificar derechos laborales y sociales y, por supuesto, también modificar algunas cuestiones de los recursos naturales. Por eso nos presentamos a la elección de convencionales constituyentes. Salimos tercera fuerza, con el 15 por ciento de los votos y 5 convencionales sobre 35”, cuenta Fuentes a Página/12. Elegido secretario adjunto de la CTA, tras la elección Fuentes se convirtió en el responsable de una experiencia a imitar.

A mediados de 2006, Fuentes viajó a Misiones invitado por el principal referente de ATE en la provincia, Juan “Chito” Pasamán. El neuquino contó cómo algunos afiliados de la CTA habían decidido formar un partido y presentarse a elecciones. Su testimonio entusiasmó a un variado arco de agrupaciones a las que unía el espanto ante el proyecto reeleccionista de Carlos Rovira. Recuerda Pasamán: “Una semana después de la charla de Fuentes, el gobierno de Rovira hace la convocatoria a elecciones de constituyentes. Vinieron muchos más sectores de los que preveíamos. Estaban el PS, el PC, una parte del PJ, UCR, ARI, la CGT, la CTA, sectores agrarios, movimientos sociales, grupos ambientalistas y el equipo de pastoral social del norte. Lo primero que acordamos fue hacer un pronunciamiento conjunto contra la reforma”. Con el tiempo, la coalición opositora a Rovira se fue poniendo objetivos más ambiciosos. Terminaron formando una mesa conjunta que propuso al ex obispo de Iguazú Joaquín Piña, como primer candidato. Lo demás es historia conocida. Victoria rotunda de Piña, sorpresa en la Rosada.

La experiencia del triunfo hizo que la CTA de Misiones propusiera formar una expresión electoral que le diera continuidad a la coalición. Aunque algunos sectores decidieron no sumarse a la propuesta, otros sí lo hicieron. En febrero, con la presencia de Piña y Víctor De Gennaro, se constituyó el Movimiento Social, nombre elegido para la incipiente alternativa electoral. “La discusión era si en lo electoral seguíamos delegando o si asumíamos la responsabilidad. Decidimos presentarnos. En octubre llevaremos candidatos a gobernador, diputado, intendente y concejales”, asegura Pasamán.

El tercer caso en que la CTA presenta candidatos propios es nada menos que la Capital. Según los analistas, la ciudad de Buenos Aires es una vidriera que muchas veces anticipa los fenómenos políticos que se extenderán luego al país. Algo de eso debe añorar el diputado y economista Claudio Lozano. Tras haber amagado con ser el candidato de otras alianzas, Lozano terminó postulándose por el Movimiento por Buenos Aires. “Las estrategias electorales se definen en cada lugar del país”, aclara Lozano a Página/12. En su opinión, las experiencias de la CTA en las elecciones de Neuquén, Misiones y Entre Ríos (compitió aliada con el diputado Emilio Martínez Garbino) son “parciales” y no deben ser tomadas como un indicador del tan mentado nuevo movimiento político. “En todo caso, lo que estamos haciendo es convocar al nuevo movimiento político. Poner en marcha ese camino es avanzar en su construcción. Aunque hoy ninguna fuerza expresa a todo el campo popular”, dice Lozano.

El dilema es entendido en la CTA. Se saben la segunda central de trabajadores, que aún está reclamando la personería con el aval de la OIT. Mientras aún debaten qué relación mantener con el Gobierno –la elección de Yasky como secretario general no hizo más que actualizar esa discusión–, también intentan fortalecerse con alternativas electorales. Y para los próximos años piensan en integrar ese nuevo movimiento, que quizá vea la luz cuando llegue el tiempo del poskirchnerismo.

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Lozano se postula en Capital.
 
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