EL PAíS › LOS AERONAUTICOS DECIDIERON LEVANTAR AYER LAS MEDIDAS DE FUERZA

A ponerse en la fila para el check-in

La protesta se suspendió luego de amenazas de despidos por parte de la empresa. La semana próxima podría haber nuevas medidas.

 Por Laura Vales

El conflicto en aeroparque entró en una impasse y, si el clima acompaña, hoy los vuelos empezarán a normalizarse. Los trabajadores de mostrador de Aerolíneas y Austral resolvieron, con una votación en asamblea, levantar las medidas de fuerza que mantenían desde el sábado en pedido de una reducción de la jornada de trabajo y por mayor seguridad ante agresiones por parte de los pasajeros. La suspensión de la protesta fue resuelta luego de que la empresa advirtiera que despediría a quienes no retornaran a sus puestos, aunque las medidas de fuerza podrían continuar la semana próxima.

“Vamos a volver a trabajar normalmente hasta el miércoles que viene, para organizarnos mejor y pensar cómo seguir con el reclamo”, señaló Paula Aragón, integrante del cuerpo de delegados. También explicó que se abrirá una mesa de negociación con la empresa, la secretaría de Transporte y el Ministerio de Trabajo para discutir la situación.

Voceros del Grupo Marsans, controlante del paquete accionario de Aerolíneas y Austral, estimaron que la retención de tareas afectó a unas once mil personas que debían viajar en los 150 vuelos que debieron ser suspendidos. Los horarios en que fueron reprogramados estos servicios pueden consultarse en la web www.aerolineas.com.ar o al 0810-222-86527.

La retención de tareas había comenzado el sábado cuando, tal como informó Página/12, un pasajero golpeó a una empleada del check-in. El domingo hubo una nueva agresión de un pasajero violento; durante todo el fin de semana, la niebla agravó las demoras y cancelaciones.

Los trabajadores de atención al público (unas 150 personas que cumplen funciones en las áreas de reclamos, ventas, caja, espigón y tráfico) reaccionaron con un reclamo de medidas que les garanticen su integridad “física y psíquica”. Entre ellas, que se reduzca por “insalubridad” la jornada laboral “de las actuales nueve horas diarias de trabajo a siete”. De la misma manera, plantean “que la semana se baje de cuatro días por dos francos a tres por dos”, como una forma de compensar el desgaste que les generan las condiciones de atención a los pasajeros, detalló el delegado Cristian Fontana. El origen del problema, añadió Fontana, es el “vaciamiento” que el grupo Marsans “está haciendo de la flota. Gran parte de ella está fuera de servicio por falta de repuestos, pero programan vuelos como si estuviera completa y, entonces, deben reprogramarlos. Así, el pasajero se siente manoseado”.

Los reclamos están potenciados por un conflicto de representación gremial, ya que el cuerpo de delegados fue elegido en oposición a la conducción del sindicato, la Asociación del Personal Aeronáutico. “Nosotros venimos hace más de un año y medio denunciando el tema de los pasajeros violentos, un fenómeno que se da en todo el mundo por problemas no resueltos en los aeropuertos”, dijo ayer Edgardo Llanos, el titular de APA. “Las agresiones son cada vez más por la tensión que generan las demoras; este fin de semana la gente explotó con toda razón e hizo medidas de fuerza. Sin embargo, el lunes, en una audiencia en el Ministerio de Trabajo, la empresa y el Gobierno se comprometieron a dar seguridad. Nosotros llevamos este mensaje a los trabajadores del aeroparque y cuando lo planteamos la asamblea salió con el pedido de otros puntos como la reducción de la jornada de trabajo.” Para el secretario general del sindicato, este tema “no puede comenzar a discutirse sin llamar previamente a una asamblea extraordinaria de afiliados”.

Llanos no comparte el criterio de que el trabajo de atención al público deba ser considerado insalubre. “Yo digo que es de mucho riesgo y hasta penoso, pero no sé si insalubre”, consideró. El dirigente acusó a los delegados de “querer imponerse por la fuerza” y haber llevado “medio confundidos a una medida de fuerza” a los trabajadores del aeroparque. A su vez, los delegados acusaron a Llanos de “estar con la empresa”.

En esta situación, delegados, dirigentes de sindicato y representantes de la empresa tuvieron una reunión en el Ministerio de Trabajo. Sin acuerdo entre las partes, los funcionarios anunciaron que daban por terminada la conciliación obligatoria, y la empresa advirtió que habría despidos. Por la tarde, los trabajadores resolvieron levantar sus medidas de fuerza.

Es muy posible que la semana próxima el conflicto se reflote. No sólo porque el cuerpo de delegados se tomó ese tiempo para resolver nuevas acciones, sino porque la propia dirigencia del sindicato también anticipó que podría llamar a un paro por un aumento salarial, motivo por el cual la semana pasada ya se habían realizado protestas.

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Con el levantamiento de las medidas, se normalizarían los vuelos.
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