EL PAíS › CARLOS HELLER, CANDIDATO A VICEJEFE DE GOBIERNO CON FILMUS

“Macri dice ‘si digo lo que pienso, no me votan’”

Son los número dos de la elección del próximo domingo y comienzan la semana final de campaña con declaraciones afiladas y “en mensaje”. Campaña sucia, ideas para la ciudad, el nivel nacional del voto municipal y el tema del “modelo de los noventa”.

 Por Santiago Rodríguez

Carlos Heller repite eso de que “nada es imposible”, pero sabe que el domingo próximo sólo gana si consigue el voto de todos los que no votaron a Mauricio Macri en la primera vuelta de las elecciones porteñas. Por eso apunta a ese sector del electorado y advierte: “No votar, votar en blanco, abstenerse o no participar es votar por Macri”. A una semana del ballottage que determinará quién gobierna la ciudad de Buenos Aires durante los próximos cuatro años, el compañero de fórmula del candidato kirchnerista Daniel Filmus arremete contra Macri, a quien califica como un “fiel discípulo” de Carlos Menem y acusa de no decir lo que piensa “para que lo voten”. También pone énfasis en que la disputa electoral tiene un fuerte contenido político porque se trata de un distrito que trasciende el ámbito nacional.

–¿Qué chances de ganar tienen?

–Cuando hay convicciones, nada es imposible, como dice la consigna que lanzamos inmediatamente después de la primera vuelta. A Macri lo votó el 30 por ciento del electorado en condiciones de votar, pero hay un 70 por ciento que nos votó a nosotros, los que eligieron otras opciones y los que no votaron. El voto de Macri concentró todo lo de la derecha porque no había otras opciones, mientras que en el amplio espectro de opciones progresistas las propuestas sólo difieren en los matices. Cuando se llega a la segunda vuelta desaparecen los matices y hay sólo dos posibilidades. No votar, votar en blanco, abstenerse o no participar es votar por Macri. Los que no votaron ni por Macri ni por nosotros ya no votan según su elección sino por quien sienten más cerca o alejado de lo que quieren para Buenos Aires.

–¿Cómo se convence a ese sector del electorado?

–Le estamos diciendo “aunque no representemos plenamente lo que usted aspira, piense en las dos opciones que hay ahora y también que uno de los dos va a gobernar la ciudad; piense que su no participación no va a cambiar la situación”. Estamos en esto porque pensamos que podemos ganar. No estamos trabajando para el 40 por ciento, sino para sacar más votos que Macri.

–¿Qué opina de las agrupaciones de izquierda que llamaron a votar en blanco?

–La izquierda es un abanico mucho más amplio que tres fuerzas de origen trotskista que se unieron y dijeron eso. Desde el punto de vista electoral, creo que su posicionamiento tiene muy poca incidencia en el resultado. Desde el punto de vista político, no comparto la posición; decir que Macri y nosotros somos lo mismo es un error grave de apreciación política.

–Lo mismo plantea Claudio Lozano.

–No puede Claudio ponernos a nosotros en el mismo plano que Macri. De todos modos, el viernes pasado tuvimos una reunión con un amplísimo espectro de dirigentes de la CTA, incluido el secretario general Hugo Yasky, que nos brindaron su apoyo. Eso marca que quienes acompañaron otras expresiones seguramente van a estar con nosotros.

–¿Cómo vienen en la tarea de descontar la ventaja que les sacó Macri?

–Todos reconocen que estamos creciendo. La situación se parece mucho a la de la primera vuelta, en la que hasta tres días antes éramos terceros y decían que era imposible que entráramos al ballottage.

–¿Les cree a los encuestadores?

–Los encuestadores forman opinión; lo hacen con mayor libertad cuando están lejos de las elecciones y tienden a ir ajustando sus pronósticos a medida que se acerca el momento de votar. Hay mucha gente que no termina de estar entusiasmada con nuestra propuesta, pero que está dispuesta a hacer lo necesario para que Macri no gobierne la ciudad. Ahora, además, se empiezan a ver con más claridad cuestiones sobre las que venimos insistiendo desde el inicio.

–¿Qué cuestiones?

–Que decían que ésta era una elección municipal, pero ahora vemos solicitadas de lo que yo llamo el tren fantasma, donde aparecen firmando los hermanos Rodríguez Saá, los Menem, Puerta, Toma, y no hacen ninguna propuesta sino convocan a votar contra nosotros. Duhaldistas, menemistas y lavagnistas se han puesto de acuerdo; por eso Menem e Hilda Duhalde dicen que votarían por Macri. Lavagna también se ha pronunciado en ese sentido cuando yo lo he escuchado en conversaciones personales hablar de lo que Macri representa como expresión de quienes se han enriquecido a costa de los negocios con el Estado. Eso me confirma que en esta elección no están en debate sólo cuestiones locales, sino que tiene un fuerte contenido político porque se trata de un distrito que trasciende al ámbito nacional.

–Macri sólo habla de sus propuestas...

–Parece que hay alguien que tiene propuestas y alguien que habla de política, pero si de propuestas se trata, también tenemos y son muy amplias y abarcativas de los problemas que preocupan a los porteños. Nuestras propuestas son mucho más elaboradas, menos marketineras, pero mucho más realizables, además de contar con la posibilidad de la sumatoria de proyectos en común Nación-provincia-ciudad. Hay, además, dos ejes centrales en los que tenemos una diferencia sustancial. Macri es un defensor del mercado y se pasó la vida diciendo que es el mercado el que genera crecimiento y trabajo, mientras nosotros creemos que el Estado tiene que fijar los límites y definir dónde y con qué reglas actúa el mercado. La otra diferencia tiene que ver con el rol de los ciudadanos: decimos que hay que aplicar de inmediato el pleno funcionamiento de las comunas, pero no como dice Macri para facilitar la gestión administrativa acercándola a los vecinos, sino para que los vecinos participen efectivamente en la gestión.

–¿Qué es para Heller campaña sucia?

–Decir mentiras o meterse con la intimidad de las personas. Lo demás, en todo caso, es campaña que muestra cosas sucias. Por ejemplo, ¿por qué se ofenden cuando alguien dice Mauricio es Macri? ¿Cuál es la agresión que algunos dicen que hay cuando yo digo que Michetti es lo mismo que Macri? El PRO es un producto que toma a los ciudadanos como clientes y pone los ingredientes necesarios para convencerlos; hace estudios de mercado para ver lo que la gente quiere escuchar y elabora un discurso que trata de satisfacer esa demanda.

–Es lo que de un modo u otro hacen todos los políticos.

–Orgullosamente digo que estoy en condiciones de resistir el archivo. En 1991 dije que ése era un modelo que terminaba en exclusión, pobreza, cierre de miles de pequeñas empresas, crecimiento explosivo de la deuda, extranjerización.

–¿Considera correcto haber planteado los ’90 como tema de campaña habida cuenta que muchos funcionarios del Gobierno desempeñaron funciones públicas en aquellos años?

–La memoria es una virtud y no un defecto. Los ’90 no son una fecha en el calendario, sino una definición de modelo de país. Cuando Macri hace un par de años dice que los cartoneros son ladrones porque roban basura y los va a meter presos, expresa una manera de pensar parecida a cuando dice hagamos un banco de ADN. El asesor de Macri en materia de seguridad es Eugenio Burzaco, el mismo que asesoraba a (Jorge) Sobisch, pese a la huida espantada al día siguiente del asesinato de (maestro Carlos) Fuentealba. Ahora parece que va a tener que tomar distancia de Juan Carlos Blumberg, otro de sus aliados en materia de seguridad, por el asunto de su título. Macri es un fiel discípulo de Menem y dice “si digo lo que pienso, no me votan; digo lo que la gente quiere escuchar, para después hacer lo que creo que hay que hacer”. También debo decir que es absolutamente legítimo que el Presidente tome partido en una elección de un distrito como Buenos Aires. A quienes lo cuestionan les diría que averigüen si Sarkozy se mantuvo prescindente en las legislativas de la semana pasada. Pretender demonizar eso es no entender cómo es la política o querer sacar partido de una situación.

–¿Heller es un kirchnerista en otro envase?

–Está claro que no. En Diálogo por Buenos Aires nos definimos frente al Gobierno como autónomos no confrontativos. Y en el acuerdo con el Frente para la Victoria reafirmamos que íbamos a una construcción plural sin hegemonías y sectarismos, cuyo gran desafío era ser amplia y profunda.

–¿A quién votará en las presidenciales del 28 de octubre?

–El acuerdo entre Diálogo por Buenos Aires y el Frente para la Victoria tiene cuatro puntos: fórmula compartida, lista de legisladores separados, programa común y una lista de diputados nacionales de Diálogo por Buenos Aires el 28 de octubre. Tengo ese compromiso.

–¿Más allá de la simpatía por Boca, tiene algo en común con Macri?

–No. Mi diferencia con Macri es ideológica, profunda e histórica. En el 2000, cuando Boca quería firmar un contrato con ISL, escribimos cada uno una columna de opinión en Página/12 y los títulos definen todo. La de Macri decía “El buen camino” y la mía “Una claudicación”. En Boca el éxito deportivo hace que mucha gente haga innecesariamente negocios y se enriquezcan. No digo ilícitamente, pero se ha favorecido el negocio de gente muy cercana a Macri.

–¿Qué piensa hacer el 25 de junio?

–Espero festejar.

–¿Y si no?

–Seguiré acá en la presidencia del Banco Credicoop. Hace 44 años que estoy acá. Fui cajero, contador, gerente de una caja de crédito, estuve al frente del proceso de organización del banco, fui subgerente general durante muchísimos años y hace dos años que soy presidente. Me he pasado la vida gestionando, superando muchísimas adversidades y demostrando cómo se pueden defender intereses de terceros como si fueran propios.

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Imagen: Ana D´Angelo
 
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