EL PAíS › BOTNIA REALIZA LAS ULTIMAS PRUEBAS EN SU PLANTA

“Próximos a la apertura”

La primera embarcación de transporte de celulosa fue cruzada por asambleístas. Uruguay aseguró que Botnia aún no produce.

 Por Laura Vales

Botnia mostró ayer cinco de sus chimeneas funcionando. Al puerto privado de la planta llegó, además, la primera de las barcazas destinadas a transportar pasta de celulosa. La novedad provocó una nueva protesta de los vecinos de Gualeguaychú, que salieron al río con lanchas y megáfonos y cruzaron por delante de la embarcación. El gobierno uruguayo aclaró que la pastera no produce todavía sino que está en la última etapa de pruebas, pero confirmó que sólo le falta tramitar un permiso. “Ya estamos próximos a la apertura”, definió Jaime Igorra, el viceministro de Medio Ambiente.

Los voceros de la empresa mantuvieron su habitual estrategia de bajarle el tono a todo lo relacionado con la actividad de la pastera. Sostuvieron que Botnia no comenzó a elaborar pasta de celulosa y añadieron incluso que en las pruebas “todavía no se utilizan productos químicos”, una afirmación curiosa si se tiene en cuenta que el mes pasado hubo un accidente tóxico que mandó a doce operarios al hospital. “El sulfuro de sodio se usó para un procedimiento interno. Lo que decimos es que los químicos que van a utilizarse en el proceso de blanqueo de la pasta de celulosa todavía no se están usando”, insistieron en la compañía.

Igorra, en cambio, contradijo en parte estos dichos y habló de pruebas más complejas que las admitidas por Botnia. “En esta última instancia que transita Botnia es lógico que se pruebe con una carga para el procesamiento de celulosa, ya que estamos próximos a la apertura”, dijo el viceministro.

José Pouler fue uno de los vecinos que participaron en la manifestación por la llegada de la barcaza. “Nos enteramos de que venía en camino y un grupo decidió convocarse en las lanchas. Cuando apareció, empezaron a pasarle por delante con banderas y pancartas, mientras otros fuimos hasta el puente por tierra. De la chimenea más alta salía humo negro y de las otras, blanco, como si fuese vapor.”

Pouler dijo que el reclamo de la asamblea “es en primer lugar por la violación del Tratado del Río Uruguay y en segundo lugar porque es una planta que en el tiempo se puede constatar que contamina, no lo decimos por futurólogos sino porque ocurrió en otras partes del mundo. Pero lo que más nos preocupó fue la fuga de los otros días, porque vimos que no tienen nada de control. No quiero levantarme un día a la mañana y que haya ocurrido un desastre porque otro accidente creó una nube tóxica”.

Una delegación de la asamblea de Gualeguaychú viajará el lunes a Buenos Aires para conocer la propuesta de vigilancia ambiental de la secretaria de Ambiente, Romina Picolotti (ver aparte). “Nuestra posición es que no podemos vigilar nosotros, como vecinos, sino que tiene que hacerlo el Estado. La asamblea no puede profesionalizarse ni tener gente a sueldo porque desvirtuaríamos lo que somos. En todo caso podemos controlar que el Estado cumpla con esa vigilancia”, consideró Pouler.

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Las chimeneas de la planta de Botnia empezaron a funcionar ayer.
 
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