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Desde el balcón

- Banderitas y globos. El record de cantidad de gente movilizada, una competencia clásica en todo acto peronista, la tuvieron los sindicatos y los movimientos sociales kirchneristas. De todos los gremios, Camioneros fue el que logró ocupar los lugares más cercanos al palco y ocupar muchos metros sobre la calle Hipólito Yrigoyen. Su secretario general, Hugo Moyano, los saludaba exultante desde el palco VIP. De vez en cuando mostraba un cartelito que decía “Clarín miente”. Con remeras verdes y carteles “Moyano conducción”, los Camioneros se hicieron escuchar con su cantito. “¡Ya lo veo/ya lo veo/a Cristina/la banca Camioneros!” Otros gremios que movilizaron muchos afiliados fueron la UOCRA y UPCN, que ayer cubrió los edificios públicos con banderas argentinas. En la Plaza tampoco faltaron los clásicos globos aerostáticos con las siglas de los gremios.

- El movimiento se demuestra andando. Los movimientos sociales kirchneristas aportaron una gran parte de la convocatoria. Organizados en columnas diferenciadas –una encabezada por la FTV, el Frente Transversal, filiales de ATE y organizaciones de base de la CTA; otra del Movimiento Evita y una tercera de Libres del Sur–, estas agrupaciones ocuparon la mitad izquierda de la Plaza. Se ubicaron sobre Rivadavia pero era tanta la gente que terminaron ocupando una buena parte del espacio que se extendía entre la Pirámide y el Banco Nación. Aunque ingresaron separadas, las columnas terminaron fundiéndose una vez que llegaron.

- Cantando bajo la lluvia. En la Plaza también se hicieron notar los grupos juveniles del kirchnerismo como La Cámpora, la JP Evita y la juventud del Peronismo 26 de Julio. Entre los jóvenes abundaban los brazaletes al mejor estilo ’73. Cuando terminó el discurso, muchos se quedaron para cantar y agitar banderas. Algunos se sacaron las ganas de cantar la marcha peronista, otros recordaron viejas consignas.

- El deseado pase VIP. El palco destinado a las figuras especiales estaba ubicado a la izquierda del escenario. Era una grada con varios escalones que se usaron como asiento. Allí se pudo ver a gobernadores, intendentes, dirigentes de organizaciones sociales, sindicalistas. También hubo figuras de los derechos humanos. Cuando terminó su discurso, Cristina desfiló entre las gradas VIP y las vallas que separaban al resto de la audiencia. La Presidenta dedicó casi veinte minutos a besar mejillas, estrechar la mano y ponerse gorritos mientras los manifestantes sacaban fotos con celulares. “¡Fuerza!”, le decía la gente. El saludo fue transmitido por las dos pantallas gigantes.

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