Aunque sigue imputado y en el banquillo por el escándalo de los sobornos en el Senado, Fernando de la Rúa podrá festejar el 31 porque zafó, por ahora, del juicio oral por la masacre con que culminó su gobierno, en diciembre de 2001. No así los familiares de las víctimas, que ayer masticaban su impotencia por el fallo de Casación que ratificó su sobreseimiento y consolidó once años de impunidad. “No vamos a dejar las cosas así, iremos a la Corte para que De la Rúa responda como responsable por el (dictado del) estado de sitio y por la muerte de nuestros compañeros”, dijo María Arena, viuda de Gastón Riva, uno de los cinco muertos (en Capital) tras la represión policial que sofocó aquella rebelión popular desatada por las últimas medidas de la administración aliancista.

Los camaristas de Casación validaron ayer la defensa del ex presidente cuando afirmó que no sabía nada y se enteró por Crónica TV de que había muertos. Gustavo Benedetto (23), Carlos Almirón (23), Diego Lamagna (27), Gastón Riva (31) y Alberto Márquez (57) habían quedado sobre el asfalto del microcentro, así como casi treinta personas más en el resto del país, mientras él se iba en helicóptero de la Casa Rosada.

En diálogo con Página/12 Arena dijo que este fallo “se lo veían venir” porque durante la audiencia de la semana pasada sintió que “estaba cocinado este resultado. Con la defensa, el tribunal tenía el mayor de los respetos y con nosotros una total mala onda”. Además, la viuda de Riva apunta que los argumentos de los abogados del ex presidente son “muy infantiles, defienden lo indefendible: siguen diciendo que no vio nada hasta las 16 del día 20, como si la imagen de Jorge Cárdenas desangrándose en las escalinatas del Congreso no hubiera recorrido el mundo”.

–No deja de joderme, de afectarme, porque pasaron once años y no tuvimos un juicio, no tenemos fecha, todos los años nos dicen el año que viene, ahora hay que ir a la Corte. Es otro paso hacia la eternidad de esta causa. A veces algún familiar me dice que le dan ganas de tirar todo al diablo, pero si no la peleamos nosotros esto no avanzaría.

–No tengo ninguna duda, los que mandan siempre protegen al poderoso y destrozan al débil, terminan condenando gravemente a Fernando Carrera por una cosa que no hizo, con causa armada, y se deja sin imputación al presidente que seguía durmiendo la siesta mientras el país se incendiaba.

–Les digo que es un camino largo, que el responsable político más importante no hizo lo que debía cuando tuvo que cuidar del pueblo.

–No puedo perder la esperanza, no voy a bajar los brazos, tiene que haber una reforma para que algo cambie, algún día va a haber justicia.