EL PAíS › LA HISTORIA DE ZANNINI, EL VICE DE SCIOLI

Del maoísmo al peronismo

“El hombre del presidente”, “la figura más influyente del gobierno”, “el que le da letra a Kirchner”, “el ideólogo”, son algunos de los modos que los medios usaron para definir a Carlos Zannini del 2003 a hoy. El secretario Legal y Técnico de la Presidencia es el funcionario que más cerca ha estado de las decisiones tomadas por Néstor y Cristina Kirchner en la Casa Rosada. Su biografía política, que se inició en su juventud dentro del maoísmo e incluyó cuatro años de prisión durante la dictadura, es inescindible de la historia de los dos últimos presidentes.

Zannini nació en Córdoba, en la localidad Villa Nueva, hijo de un albañil y un ama de casa que enviudó joven y pagó los estudios de sus chicos lavando ropa para afuera. Hizo la primaria y el secundario becado y se recibió con las mejores notas de su promoción. Para afrontar los gastos de parte de su carrera universitaria, jugó al fútbol en el club Leandro Alem, de su ciudad.

Eran principios de los ’70. En la efervescencia política del ascenso de Héctor Cámpora, Zannini se volcó a la izquierda, sumándose a la maoísta Vanguardia Comunista. Admirador del sindicalismo clasista de René Salamanca, el Chino ya era un militante estudiantil conocido para el activismo de Córdoba cuando la dictadura lo secuestró. Permanecería detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata.

Recuperó la libertad en 1979 y optó por quedarse en el país. Volvió a Córdoba, donde años más tarde se recibió de abogado. En 1984, buscando nuevos aires, se mudó con su familia a Santa Cruz para trabajar en una fiscalía. Allí, en la unidad básica Los Muchachos Peronistas conocería a Néstor y Cristina Kirchner, en 1984. Cuando Kirchner juró como intendente de Río Gallegos, en 1987, asumió como asesor y más tarde como su secretario de Gobierno.

La sociedad, salvo un breve lapso de unos meses en los que estuvieron distanciados, no se rompería hasta la muerte del santacruceño. Zannini fue ministro de Gobierno de Kirchner gobernador, y cuando Cristina dejó la legislatura provincial para ir al Congreso Nacional, fue electo diputado y después jefe del bloque de legisladores provinciales. En 1999, Kirchner lo designó presidente del Superior Tribunal de Justicia de Santa Cruz.

Desde la llegada del kirchnerismo al poder es secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación. En la Casa Rosada le atribuyen un humor a prueba de estrés.

Casado con Patricia Alzúa –ex funcionaria del gobierno de Santa Cruz– y padre de cuatro hijos –dos de un primer matrimonio–, Zannini cumplió el año pasado 60 años. Les escapa a los medios, que en general han tenido que conformarse con calificarlo como el “enigmático” hombre fuerte del gobierno y, aunque alguna vez lo ha hecho, es raro verlo ocupar el centro de un acto como orador. El secretario Legal y Técnico se resguarda de los flashes. Y prácticamente no habla con los periodistas, salvo algunos contactos en off, tan salteados como infrecuentes.

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