EL PAíS › OPINION

La ley Gente Como Uno

 Por Horacio Cecchi

Llama la atención la brusca indignación y el reclamo de libertad. No ya de familiares y vecinos del detenido por homicidio en Zárate. Valga la síntesis. Cualquiera sabe de quién hablo sin siquiera mencionar su actividad. El papel de cierto periodismo es clave en la difusión de la indignación por la detención, en los reclamos de libertad. Clarín publicó una gran imagen del atrapado, herido, neutralizado, y luego atacado a golpes. Antes de morir. La publicación no busca indignar al lector por el ataque, sino que lo convoca a sumarse a los golpes. A ser uno más en agrandar la brtecha social que supuestamente no existe porque, desde ese punto de vista, clarísimo, los del otro lado no existen. No existen porque lo que se sostiene es que la ley es para los que la cumplen (aunque la violen).

Me pregunto por qué una agencia de noticias avanzó sobre un novedoso análisis del Código Procesal bonaerense y los artículos que habilitan a la libertad del detenido de Zárate. Novedoso porque ¿cuándo se habrá visto a cierto periodismo y ciertos periodistas preocuparse porque la prisión preventiva tiene límites? Si las cárceles argentinas están hacinadas de presos con preventiva, es decir, inocentes como el detenido de Zárate hasta que se demuestre lo contrario.

Esa misma agencia tituló que “Macri dijo que el carnicero debía ser excarcelado, pero una jueza ordenó su detención”. ¿Pero?

El periodismo ya estableció y establece todos los días las diferencias. Ya señalaba Clarín con profundo tono moral en un título que “muere el doble de víctimas que de ladrones”. Ahora, la preocupación es la preventiva y sus límites. No siempre, sólo ahora, cuando se habla de GCU, Gente Como Uno. No hubo preocupación ni cálculo por la preventiva de Belén, para dar un ejemplo. La joven tucumana castigada por ese cierto periodismo (in)moral. Las mujeres desobedientes (es decir, las que quieren hacer libremente como los hombres), los marginales y marginados, están del otro lado de la brecha social que no existe. Las leyes no los asisten, dice esa prensa. Las leyes los persiguen. Por eso reclaman. Por eso, Belén estuvo presa dos años por un aborto espontáneo y el carnicero de Zárate tiene que quedar libre.

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